Masiosare, domingo 27 de junio de 1999


Mediocracia vs. política


El laboratorio
que no existió


Alberto Aguirre M.


En el estado de México el PRI nominó a su peor candidato y anda en guerra interna; el PAN fabricó a su abanderado con mil anuncios en las cadenas nacionales de tv, y el candidato perredista se desinfló entre la falta de consistencia y los platos rotos de la elección del 14 de marzo. En los comicios del próximo domingo se acabará el mito del ``laboratorio'' donde los partidos ensayan sus estrategias rumbo al 2000. A los tres partidos les servirá poco esta experiencia en la elección presidencial

Toluca, Méx. ``El voto útil''. Eso es lo que quiere propiciar el PAN entre el electorado mexiquense para que su candidato a la gubernatura estatal, José Luis Durán Reveles, tenga posibilidades reales de competir con el priísta Arturo Montiel.

``Es el único que le puede ganar'', dicen sus corifeos -entre ellos el gobernador Vicente Fox- en decenas de anuncios radiofónicos que se escuchan en los últimos días.

¿Dónde quedaron las propuestas? Quién sabe.

Pero el PAN mexiquense, apoyado por un extraordinario uso del marketing electoral -como nunca antes lo había hecho alguna fuerza opositora en la entidad-, piensa que así puede derrotar al grupo Atlacomulco.

Será que el escenario mexiquense -con sus 13 millones de habitantes y 7.5 millones de votantes, de los cuales 80% se enteran de lo que pasa por la tv- no puede dominarse de otra forma.

¿Acabará el 4 de julio con la hegemonía del grupo Atlacomulco en tierras mexiquenses?

Según las encuestas, nunca en la historia de la entidad un candidato de la oposición había estado tan cerca de lograrlo.

Empate técnico, indican casi todas.

Pero el PRI tiene todavía la estructura para salir adelante, con todo y el candidato que nominó esta vezÉ gracias al gobernador César Camacho, quien personalmente tomó las riendas de la campaña.

Como anécdota quedará el intento de las directivas locales del PAN y el PRD para lanzar un candidato común.

Los tres ya descubrieron las claves y los defectos en la disputa por el voto.

La fiesta de Durán

Al iniciar el año, el PAN aparecía en las encuestas con 17% de las preferencias electorales. Por eso, cuando José Luis Durán inició su campaña -en marzo- centró su estrategia en crecer lo más posible, a fin de alcanzar al PRD y desbancarlo.

Y apostó a la colocación de espectaculares y la difusión de spots televisivos. Se convirtió en un candidato de los medios, alejado de la retórica ideológica o de las pugnas políticas.

Un hitazo. ``Funcionó tan bien que terminamos quitándole votos a los dos partidos, más o menos en la misma proporción'', sostiene el candidato de la coalición PAN-PVEM.

***

Verano de 1993.

El PAN había lanzado como candidato al gobierno del estado de México a Luis Felipe Bravo Mena, quien se había hecho de un sólido prestigio como líder de colonos en Naucalpan y ya despuntaba como uno de los ideólogos más relevantes del partido.

Pero sus mítines eran un fracaso.

Se recuerda uno, cuando el actual dirigente nacional del PAN hablaba del cambio y la transición democrática, mientras que el auditorio -medio millar de personas- le pedía gorras a gritos.

Era tanto el barullo que el candidato reaccionó iracundo: ``¿Qué es lo que quieren: democracia o gorras?'', preguntó.

El coro fue brutal: ``Go-rras, go-rras, go-rras...''.

Seis años después, los mítines del PAN son diametralmente distintos: ahora son ``fiestas cívicas'' a las cuales la gente llega atraída por grupos musicales y rifas de despensas y artículos electrodomésticos (más de 50 mil despensas se han otorgado en el transcurso de la campaña).

La cultura del circo y el regalo.

¿Igual que el PRI? En absoluto, según el candidato.

¿Cuál es la diferencia? ``El PRI chantajea, condiciona el voto, coacciona. Nosotros no. Y podemos regalar, siempre que no sea legal y moralmente sancionado.''

Al margen de discusiones éticas, hay una justificación mercadológica para que Acción Nacional optara por ese esquema: así, el candidato se da a conocer en los lugares donde su presencia era prácticamente inexistente.

Efectivamente, el reparto de utilitarios es pobre en rentabilidad electoral. En una idea de máxima eficacia, sólo le dará al PAN 1% de sus votos. Los spots le dieron 10% de un jalón.

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¿Dónde hacer campaña? En los medios electrónicos, entendió el candidato del PAN y subió como la espuma en las encuestas.

Allí está el spot que abrió la campaña -``Antes, para que las cosas funcionaran necesitabas un amigo en el gobierno. Lo que yo te propongo es que el gobierno sea tu amigo''- y su publicidad virtual en los partidos de la selección mexicana de futbol.

Cuando termine la campaña, el PAN habrá gastado 75 millones de pesos -tres cuartas partes de los gastos autorizados por el órgano electoral- en su ``publicidad activa''.

Serán casi mil spots en Televisa y Televisión Azteca, con dos etapas -al inicio y al final de la campaña- de hasta cuatro anuncios diarios en horarios de mayor audiencia, en los que colocaron un tercio de los mensajes.

Cada anuncio en Televisa, por ejemplo, le costó a Durán 272 mil pesos en horario triple A.

Con tarifas más económicas, en tv Azteca los spots corrieron en todos los horarios.

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¿De quién es el mérito de esta campaña tan exitosa?

Sin duda, del equipo de campaña que conformó Durán y en el que están puros cercanos: su compadre, el diputado local Juan Carlos Núñez Armas, es el coordinador general; su principal asesor es José Luis Salas Cacho, ex clouthierista y uno de los más cercanos a Diego Fernández de Cevallos. También está el diputado Javier Paz Zarza, ex dirigente del PAN mexiquense y responsable del ascenso blanquiazul en el oriente de la entidad.

Atrás de ellos están las empresas de marketing que elaboraron la publicidad y prepararon la estrategia. Una es el despacho del Angel Villanueva, creativo michoacano que ganó fama por la campaña de promoción de la visita del papa Juan Pablo ii.

También está la empresa que asesoró a Clinton para la primera campaña presidencial, que recomendó Luis Felipe Bravo.

Las encuestas del candidato están a cargo de Rafael Giménez -uno de los pocos especialistas en prospectiva política en México- y de una empresa llamada Econometría.

- Una gira intensa para penetrar en el segmento electoral al que el PAN no estaba vinculado en la entidad.

- Una buena prensa

- La mejor publicidad.

Esas fueron las estrategias los asesores en marketing político le recomendaron a José Luis Durán.

Y el ingeniero, de 46 años, siguió las instrucciones al pie de la letra.

Sin hacer política.

Paradójicamente, donde Durán está más débil es en el área electoral que controla absolutamente el CEN del PAN.

El drama de Higinio

Higinio Martínez inició como el ``caballo negro'' de la contienda electoral mexiquense.

El piso con el que arrancaba su partido -33% de los votos en 1997- hacía suponer que rivalizaría al tú por tú con el priísta Arturo Montiel.

Su campaña -que empezó justo hace seis meses- no pudo tener mejor inicio. Un acto que reunió en el estadio Neza 86 a más de 40 mil militantes y tuvo la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador.

Luego de dos meses, todo el capital político del PRD estaba dilapidado.

¿Por qué se derrumbó?

Es culpa del CEN del PRD, dicen colaboradores de Higinio.

Se quejan de haber sido los ``damnificados'' de la elección interna; lamentan que la directiva nacional no haya liberado los recursos económicos para la campaña con oportunidad; reniegan del pleito entre Porfirio y Cuauhtémoc; repudian a Pablo Gómez por no haberse comprometido en la lucha por la gubernatura...

En Monterrey 50 platican otra historia: Higinio invirtió demasiado tiempo en una operación cicatriz para reunificar al perredismo mexiquense y simuló abrir espacios en su equipo de campaña para las corrientes que perdieron la elección interna.

En el pecado llevó la penitencia. A esos grupos les concedió posiciones importantes de la campaña y puso a trabajar una estructura paralela.

Además, deslizan, Higinio es un candidato ``de bajo perfil'' que nunca oyó a sus asesores ni preparó un discurso convincente. Algunos lo describen a estas alturas ``muy cansado, harto de todo''.

Incluso, refieren que rechazó la asesoría en ingeniería electoral que le ofreció el gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal.

``Higinio no generó el gran consenso interno -no por falta de voluntad, sino por la cerrazón de los grupos al interior de su partido-, y el CEN del PRD no asumió la elección con seriedad'', se queja González Yáñez, el dirigente local del PT.

Hay otro factor del que pocos hablan:

Cuando la elección interna, y mientras Higinio trataba de amarrar los consensos internos, José Luis Jaimes Correa, el presidente del partido en la entidad, y Mauricio Valdés, coordinador de la campaña, dejaron de hacer proselitismo por la gubernatura, operaron en favor de Amalia García... y descuidaron la campaña.

Aislado del CEN, sin recursos, Higinio inició con una pésima campaña publicitaria en televisión y con una apuesta mayor: que Andrés Manuel López Obrador se convirtiera en el jefe de su campaña cuando dejara la presidencia nacional del PRD.

López Obrador no aceptó, pero se comprometió a apoyar los trabajos de ingeniería electoral. Al final, lo dejó colgado de la brocha.

Para abril, el PRD había bajado 10 puntos en las encuestas.

En mayo las cosas empezaron a cambiar. El CEN le entregó recursos; se montó la estructura de promoción del voto con Brigadas del sol en todo el estado; se lanzaron otros spots en televisión, elaborados por la productora Argos, y Cuauhtémoc Cárdenas empezó con sus giras de fin de semana por la entidad.

Esta semana las encuestas ubicaban al PRD en 25% de las preferencias. Regresó a donde estaba hace seis meses... sólo que faltan dos semanas para la elección.

``Todavía tenemos un último chance'', dice González Yáñez.

Muestra una sondeo de opinión elaborado por Alduncin y Asociados, en el que consta que 45% de los ciudadanos mexiquenses que piensan votar el 4 de julio aún no han decidido por quién lo harán.

En estas dos últimas semanas, Higinio piensa amarrar los votos que se tienen seguros en los 15 distritos de mayor votación perredista y las Brigadas del sol trabajan con intensidad en los segmentos de indecisos.

Si se mantiene la votación que obtuvo en 1997 en la zona oriente del estado, estaremos en la pelea, dice Higinio.

¿Y si no?

``Tengo clara la responsabilidad que tengo que asumir después del 4 de julio. Pero no pienso en la derrota. En todo caso, concedo que puede haber un resultado muy apretado. Si así fuera, estoy preparado para ganar las defensas del voto y de la jornada electoral''.

PRI, la farsa de la unidad

Martes 8 de junio. En un salón principal del restaurante El Caballo Bayo -muy cerca del campo militar 1- el gobernador César Camacho preside una reunión de la ``clase política'' que congregó a ex alcaldes, diputados federales y locales, ex legisladores y dirigentes del PRI de Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán.

Ante ellos y el candidato a la gubernatura del estado de México, Arturo Montiel, el Ejecutivo mexiquense dice que el PRI no perderá las elecciones del 4 de julio y por eso exhorta en tono imperativo:

``El responsable político de lo que pase aquí soy yo. Y no voy a dejar que aflojemos el paso. Vamos a ganar por el PRI y por nuestro estado. La elección es de todos y todos debemos entrarle.''

***

Un ``sinnúmero'' de ataques, motivados por ``propósitos oscuros'', ensombreció la campaña de Arturo Montiel, denunció -el 2 de junio- Enrique González Isunza, coordinador de los diputados priístas del estado de México en la tribuna del Senado.

Hablaba con conocimiento de causa.

Las especulaciones sobre la incapacidad física del candidato -por enfermedad-, de un supuesto atentado y de su eventual sustitución (el emergente sería Oscar Espinosa Villarreal) cobraron mucha fuerza.

Según el legislador, esas versiones obedecían a una estrategia ``francamente infame'' que acrecentaba la idea de que Montiel sería ``sacrificado'', luego de una concertacesión con el PAN.

¿El PAN es tan perverso? Quién sabe.

Lo cierto es que esos rumores -ya lo comprobó el ``área de investigaciones políticas'' de la oficina del candidato, a cargo de Olga Navarro- salieron de la propia sede priísta, directamente de la oficina del presidente estatal del partido, Jaime Vázquez Castillo.

Son las muestras de las pugnas en el grupo Atlacomulco, que han marcado a la campaña de Montiel desde antes que comenzara.

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Pugnas en el equipo de campaña. Rumores. Y una publicidad en los medios -elaborada por Carlos Alazraki- que se revirtió, luego del anuncio de las ratas.

Quizá por eso, el gobernador Camacho Quiroz tomó la batuta.

A media campaña, mandó a una decena de servidores públicos, entre ellos dos secretarios de su gabinete y cuatro directores generales, a la estructura de organización de la campaña.

Antes, su secretario de Gobierno -Jaime Vázquez Castillo- había llegado a la directiva estatal del PRI para controlar la rebeldía de los grupos inconformes con la nominación de Montiel y consolidar la estructura electoral.

Vázquez Castillo, un cuadro político del ex gobernador Emilio Chuayffet, no pudo con el paquete.

En los últimos dos meses, Camacho Quiroz ha entregado obras y recursos en casi todos los municipios de la entidad, afianzando ``la alianza que tiene el gobierno y la comunidad para que a todos nos vaya bien''.

Además, lanzó una agresiva campaña de medios, con el lema ``Cumplir es lo que cuenta''.

El activismo del gobernador quiso ser frenado por el Instituto Estatal Electoral, cuyos consejeros le enviaron una carta exigiéndole que cancelara su propaganda.

``Una cosa es la imparcialidad y otra la neutralidad'', les respondió. Y le siguió.

En su gira, la entrega de obras va acompañada por una descarada promoción priísta.

Como en otros estados, la presencia del presidente Zedillo en la entidad ha sido constante. Su activismo en Ecatepec -dicen líderes opositores- es directamente proporcional a la posibilidad de que la oposición obtenga los votos en ese municipio.

Pero el jefe del Ejecutivo no ha estado solo. En las últimas semanas estuvieron aquí los secretarios Mariano Palacios Alcocer, Esteban Moctezuma, José Angel Gurría, Juan Ramón de la Fuente, Miguel Limón Rojas, Luis de Pablo, Eduardo Robledo Rincón y Carlos Ruiz Sacristán.

El colmo: además de cumplir con muy apretadas agendas, los funcionarios del gabinete presidencial han tenido tiempo para recibir al candidato del PRI.

***

Hace seis meses, cuando eligió candidato, la clase política local tuvo que obedecer la moda impuesta por el presidente Ernesto Zedillo y abrirse a las ``consultas ciudadanas''.

En esa coyuntura, el ex gobernador Ignacio Pichardo Pagaza promovió a su protegido Humberto Lira Mora, quien también llevaba el respaldo del entonces secretario de Gobernación Francisco Labastida.

Cuando supo de esas aspiraciones, Emilio Chuayffet lo vetó y propuso que el candidato fuera el senador Héctor Ximénez González.

Este último perdió el respaldo del ex secretario de Gobernación, cuando trató de ganar popularidad alimentando el rencor que algunos grupos le tienen y se inclinó por Arturo Montiel. Y de paso, logró los avales de Carlos Hank y del gobernador César Camacho.

Chuayffet se involucró directamente en el proceso de selección, al grado de jugar con un segundo aspirante -el ex senador Heberto Barrera- y de tener a Jaime Vázquez Castillo como emergente.

Pichardo, Lira Mora y Labastida poco pudieron hacer ante el grupo Atlacomulco.

La nominación de Montiel -se interpretó- era un éxito para el ex secretario. Y se especulaba de su posible retorno a la política nacional.

Otros priístas platican una historia distinta:

Hace un año, Camacho Quiroz platicó con Hank sobre la sucesión. El veía que el estado estaba dividido y temía por el efecto Chuayffet.

``Sería muy arriesgado apostar por un solo hombre'', habría dicho.

En sus cálculos, quedaba claro que el nuevo líder del grupo Atlacomulco y que tenía como aliados a los políticos que aún eran leales a otro ex gobernador, Alfredo del Mazo.

La solución fue una tercera vía: Arturo Montiel.

Si esa versión es cierta, Chuayffet tuvo la suficiente habilidad para colarse en la campaña y operarla.

Ya en la contienda, la pugna entre Chuayffet y Pichardo no amainó y afloraron nuevos puntos de división, ahora de Ximénez González contra el gobernador con licencia.

(Actualmente, el senador no participa en la campaña y sus principales cuadros, en el oriente del estado, trabajan con el PAN).

De los pleitos entre Camacho Quiroz y Chuayffet hay evidencias. Se sabe que por lo menos dos de los principales asesores del gobernador en funciones -César Augusto Santiago y Manuel El Meme Garza- le recomendaron romper con su antecesor.

¿Para qué? En la definición de la candidatura presidencial, Chuayffet iría con José Angel Gurría o Roberto Madrazo. ``Y eso es ir contra el presidente Zedillo''.

En los últimos meses, Chuayffet se ha marginado de los actos políticos de la entidad y se le ha visto poco en Toluca. Ha preferido viajar al extranjero -ya estuvo en Texas y celebrará los 15 años de su hija en Europa-. Se va con el aval presidencial y el permiso de Francisco Labastida.

De tal forma, no estará el 4 de julio en la entidad. Pero el resultado de la elección -sea cual fuere- tendrá que ver con lo que hizo o dejó de hacer.

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En las últimas dos semanas, en la entidad se ha vivido una intensa guerra de encuestas que ubican al PRI en una franja de entre 32 y 40%; al PAN entre 27 y 32%, y colocan al PRD abajo de 19%.

Inducidas o no, debido a estas cifras permea la idea que PAN y PRD están en un virtual empate técnico.

En el PRI estiman que Montiel ganará. Su escenario pesimista es de 36%, con una participación de 55% de los empadronados.



La alianza fallida

Al ir separada, ¿la oposición dejó ir el triunfo en el estado de México? Tal vez. Pero nadie podrá decir que el intento no se hizo.

En una primera etapa, Higinio fue quien promovió la alianza. Luego la invitación fue a la inversa.

``Uno de los objetivos iniciales de la campaña fue construir una candidatura común con el PAN'', revela el diputado federal José Luis Gutiérrez Cureño, uno de los operadores políticos de Higinio.

La idea -complementa- era convencer a Durán de que la única posibilidad real de disputarle al PRI la gubernatura la tenía el PRD.

Los primeros contactos no costaron trabajo, pues había antecedentes.

A mediados del año pasado, el pt, por medio de su dirigente en la entidad, el ex diputado Oscar González Yáñez, llamó al resto de las fuerzas a la conformación de un frente opositor mexiquense.

La intentona no pasó de ahí.

Hace cinco meses las negociaciones corrieron rápido. Se dieron cuando ambos partidos se ubicaron 24 puntos en las encuestas. Y el único punto a discusión era quién declinaba primero.

Higinio pidió para sí la candidatura y a cambio ofreció una integración ``equitativa'' del gabinete.

El PAN pidió tiempo para evaluar.

Todo terminó cuando los periódicos locales revelaron detalles de las conversaciones. El PRD acusó a los panistas de las filtraciones.

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A mediados de mayo -con Higinio en franco desplome- el PAN reactivó la idea de la coalición.

Aún no terminaba el plazo legal para hacer cambios en las planillas. Durán utilizó otra vez a los medios para hablar del tema.

La alianza ``sería un inmediato knock-out técnico a Montiel``, decía.

Higinio negó que hubieran negociaciones y llamó mentiroso al panista, quien había dicho que los contactos estaban muy avanzados.

La fecha pasó y cada uno de ellos siguió su camino.

Hace tres semanas, de gira por la entidad, el presidente nacional del PVEM, Jorge González Torres, pidió al perredista que declinara para que Durán pudiera ganarle al PRI.

Empezaba la idea del ``voto útil''.

***

¿Qué detuvo al PAN para la coalición?

No contar con el aval de la directiva nacional, suelta Durán.

No sólo eso.

También la ``prospectiva electoral''.

Estudios de mercado comprobaron que una coalición PAN-PVEM le sumaba a Durán dos puntos, mientras otra PAN-PVEM-PT le restaba uno.

En esos mismos sondeos, el PRD -solo- tenía 25 puntos y en alianza con el PT 23.

Conclusión: ``El PT resta, tiene muy mala imagen''.

Al final, el PRD se alió con el PT y el PAN con el Verde Ecologista.

-¿Le pesa que la coalición se haya caído? -se le inquiere a Higinio Martínez.

-Sí. Pudimos haberla hecho, pero nos faltó tiempo. Y debe sacarse una lectura de esto: si para el 2000 se quiere una alianza entre las fuerzas opositoras debe trabajarse con mucho tiempo.



¿Dónde está el gane?

``El único partido que realmente tiene chance de ganarle al PRI es el PAN'', dice la rasposa voz del guanajuatense Vicente Fox en casi todas las estaciones de radio de la capital del país.

Este spot -cortesía de los Amigos de Fox- forma parte de la última etapa de la estrategia de campaña de José Luis Durán, que busca ahora arrebatarle votos al PRD.

Es ``el voto útil'', según los panistas.

Y el reconocimiento de que el PRI tiene asegurada una votación no menor a 30% para el 4 de julio.

De sobra es conocida la radiografía electoral de la entidad.

En las últimas elecciones locales -en 1996- la oposición ganó la mitad de los ayuntamientos y obtuvo la mayoría en el Congreso local.

En 1997 el PRD se adjudicó 34% de los votos por 22% del PAN. El partido del sol azteca se erigió como la primera fuerza electoral en Nezahualcóyotl, Texcoco y Ecatepec, mientras que el blanquiazul ratificó su hegemonía en los municipios del norponiente (Naucalpan, Tlalnepantla. Atizapán).

En esa elección, el motor del crecimiento perredista fue el efecto Cárdenas.

El PAN tiene un voto duro de 15%. El del PRD es de 16%. El PRI tiene 30%. Los demás -40%- o son abstencionistas o indecisos.

Según un estudio elaborado por Alduncin y Asociados, las visitas domiciliarias y los debates podrían hacer que este segmento de los votantes mexiquenses cambiaran su opinión.

Según los estrategas del PAN, la ``publicidad directa'' será una herramienta muy útil.

El gran temor de la oposición es el abstencionismo.

En las últimas cuatro elecciones, en el estado de México no han votado más de 45% de los empadronados.

``La gente no desperdicia su voto. A ellos les diremos `vota por Durán -no por el PAN- para que le ganemos al PRI'. Así podemos ganar hasta cuatro puntos. Si los tenemos, estaremos dándole la pelea a Montiel'', dice el candidato panista.

Caballo que alcanza gana, dicen los panistas. Lo mismo decían -Fox mismo- en Chihuahua el año pasado, cuando perdieron la gubernatura frente al PRI.