El panameño presenta su nuevo disco Tiempos


Ya estuve a la vanguardia en la salsa, ahora soy más experimental: Blades

Busco una corriente continental, dice en exclusiva a La Jornada

Ernesto Márquez n Se le conoce como el poeta de la salsa; en Panamá, su país de origen, todo mundo le llama Rubén y en Estados Unidos su apellido Blades es pronunciado indistintamente en inglés y español. Saltó a la fama con canciones sobre barrios, malandros e injusticias. Es actor "por accidente" y "por gusto". Ha incursionado en la política, "en donde gané a pesar de haber perdido". Está por cumplir 51 años de edad y, tras siete de no publicar una obra propia, da a conocer por estos días su nuevo material discográfico, Tiempos, un álbum de 14 canciones en el que dice haber logrado un "color" panamericano.

En realidad se trata de un espléndido trabajo musical que representa una coherente apertura de la música caribeña y latinoamericana fuera de los cánones comerciales y del cual el compositor y cantante no deja de manifestar su contento, tal y como nos lo refiere en entrevista.

"Quedé muy satisfecho con el resultado de esta producción -comienza por contarnos-. Trabajé intensamente con el grupo Editus de Costa Rica -una excelente agrupación de músicos académicos-, hasta alcanzar este sonido tan especial y tan bueno que, pienso yo, nos prepara hacia lo que viene, hacia el futuro.

"Este es un trabajo musical que tiene un encuadre moderno y plural. Lo que quiere decir que hay una fusión de ritmos, de elementos o géneros musicales que más me han motivado como artista. Por un lado la música flamenca; por otro, el rock, el jazz y, por supuesto, la música del Caribe. Pero también hay elementos del sur de América, como la aportación de Astor Piazzola, y músicas de regiones que hasta ahora no había tocado, como Chile, Argentina, Uruguay y Perú.

"Yo siempre trabajé dentro de las limitaciones que ofrecía el género afroantillano. Y digo limitaciones porque, a pesar de que es muy rico y muy festivo y muy emocionante, y la continúo usando, la música caribeña tiene la limitación que impone su estructura: guía-brake-coro-soneo-mambo-coro-soneo-coda.

"En este disco empiezo a salirme de eso, del problema de la clave, si estoy o no en clave. Después de haber estado a la vanguardia de la salsa por tantos años, ahora avanzo en otra dirección, hacia un trabajo más experimental".

ƑSalsa sin salsa?

-ƑEsto quiere decir que te retiras de la música afroantillana?

-No, lo que ahora estoy buscando es una corriente que tenga un contenido americano, continental; refiriéndome a todas las posibilidades que hay en términos de ritmos, en términos de música, a lo largo y ancho del continente americano. Y en la que, desde luego, tiene mucho que ver la música caribeña. Lo que estoy buscando, así como se buscó la piedra filosofal, es un sonido propio, una música latina internacional que sea representativa de lo que somos.

-Tiempos es un disco que tiene salsa, pero no es de salsa.

-Ciertamente, este disco no es de salsa y ahí está lo complejo del asunto ya que, repito, en él están planteados una combinación de elementos musicales que, yo creo, son los que van a ir determinando la realidad de la música mundial hacia el año 2001. No es lo msimo de todo el tiempo. Es otro concepto de disco, muy distinto a los anteriores porque son otros tiempos, y no sólo en términos de mi evolución personal, sino de un concepto de música global.

"La instrumentación que usamos: violín, guitarra acústica, acordeón, sax soprano, bombo legüero y cajón perua-no no es la habitual en la salsa comercial. Pero eso no quiere decir que dentro del álbum no existan temas afrocubanos. De pronto te encuentras una canción como Vida, que es una guaracha; Tiempos, que es un guaguancó, o una canción como Creencia, que es un son montuno. Pero, cuidado, tienes que oir el trabajo musical y percatarte de que lo que estás escuchando no es una guaracha, un guaguancó o son montuno como se tocan tradicionalmente, sino un complejo sonoro, mezcla de muchos géneros, que remiten a diferentes ambientes musicales en los que de repente aparecen el rock, el jazz, la música clásica, la chacarera..."

Narrar lo que se ve, cantar lo que se vive

Lo que ofrece este disco, además de una música sugestiva, es también la visión de una realidad inmediata descrita en canciones inspiradas en el pulso de la agitada vida de nuestras ciudades. Ejemplo de ello es el tema Sicarios, el relato de un asesino a sueldo que se encuentra a punto de matar a alguien por encargo de la narcomafia. La frialdad del personaje y la descripción de la situación ponen al escucha en tensión, pero la melodía y el testimonio en primera persona resultan sutilmente seductores.

"Si, Sicarios es el Pedro Navaja de los 90", admite Blades. "La canción tiene una explicación personal del porqué ese hombre hace lo que hace. Para ellos, lo que hace no sólo es normal, sino correcto. Al final un aguacero que cae lo di-suade de matar a nadie ese día. Pero este personaje reacciona con la frialdad de quien va a la oficina.

"En el origen de este tema hay dos libros: La Virgen de los Sicarios, de Fernando Vallejo, e Historia de un se-cuestro de García Márquez. Uno, el de Vallejo, es ficción basada en realidad, y el de García Márques es periodismo -realidad- que suena a ficción. Como en el espeluznante libro de Vallejo, yo tampoco hago ningún juicio moral en la canción. Y es así porque es la única manera de que la gente entienda el horror de la situación, la más cruda realidad. Esto sucede todos los días y la mentalidad de los sicarios es ésa".

-Sin embargo, hay temas como el de Aguacero o Puente del mundo que trans- piran melancolía.

-Sí, melancolía, no tristeza... Hay melancolía, pero no de esa que derrota. Tiempos es una especie de balance de dónde están las cosas ahora y hacia dónde pueden ir.

Política con ritmo

Cinco años después del fallido intento por ganar la presidencia de Panamá, Rubén Blades confiesa que no se ha desilusionado de la política.

"Por el contrario -afirma-. Constitui-mos un partido político (Papa Egoró) que tuvo un éxito tremendo. Entramos para probar que el proceso político puede ser noble, correcto y honrado. Representa- mos la integración de toda una esperanza nacional. Ahora, el pueblo es más consciente de lo que que ocurre en los partidos de corte tradicional. Los independientes están ofreciendo alternativas que están acabando o poniendo en cuestión ese sistema. Eso mismo está pasando ahora en América Latina. Yo estoy optimista, aunque sigue habiendo enorme diferencias sociales y hay un largo camino por recorrer".

-ƑContinuarás en la política?

-En la política seguiré trabajando en la medida que mi país me necesite. Sin embargo, no viviré de eso. No pretendo convertirme en político profesional. Me integré al proceso político como un acto de defensa propia y de probar a la gente que sí se puede. Mi sostén económico vendrá de las actividades que realice como artista".