n El sismo dañó también la iglesia de La Compañía
Reparación urgente del templo de San Andrés, piden expertos
Angélica Abelleyra, enviada, y Lesly Mellado, Cholula, Pue., 19 de junio n De las 39 iglesias en Cholula por lo menos una decena resultaron afectadas por el sismo del martes 15, pero destaca por la gravedad de los daños el templo de San Andrés, calificado por el especialista Eduardo Merlo, director del Museo Poblano de Arte Virreinal, como un monumento "importantísimo del arte mexicano del siglo XVI".
Esta es la imagen de Puebla que ha recorrido el mundo con las siglas del desastre: a 27 metros de altura, un boquete en la bóveda de la parroquia y una cúpula hecha añicos, que se mantiene desperdigada en el piso del templo fundado por los franciscanos. Una y otra vez, los restos de ángeles y santos se difundieron por la televisión y los diarios de muchos países que acompañaron al presidente Ernesto Zedillo en las tres visitas que ha hecho a la entidad, donde ahora existen tantos dictámenes como iglesias.
A decir de Merlo, coordinador de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología (INAH) en Puebla, la iglesia cholulteca presenta "un derrumbe del total de la cúpula y fisuras gravísimas en el resto de la bóveda; desprendimientos de las torres de su base y una inclinación peligrosa de cada torre hacia fuera". Durante una visita a la zona, Merlo subrayó la necesidad de "una actuación urgente" en este caso, de manera coincidente con el arquitecto Sergio Zaldívar, responsable de los trabajos de recimentación de la Catedral Metropolitana y que fue invitado por la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) a título personal.
En compañía de Merlo, Sergio Zaldívar explica: "En San Andrés Cholula sucedió ya el colapso de la cúpula del XVIII, muy defectuosa en su trazo y con un gran contraste entre los muros del siglo XVI, su ábside y los contrafuertes, que deben haber producido una vibración grave para que la cúpula tronara en su remate. Esto se podrá ir trabajando poco a poco. Pero la situación más grave es en las dos torres falladas con un deslizamiento, y que no va a ser fácil apuntalar". Ante ello, el especialista sugiere "amarrar las torres con cables de alta resistencia y contemplar la posibilidad de acceder con grúas de brazos" hacia esas zonas, para que los obreros asignados trabajen con cierta seguridad.
A siete kilómetros de Cholula, en pleno Centro Histórico de la capital poblana, otro monumento religioso gravemente dañado es La Compañía, iglesia "de lujo" por excelencia en la Angelópolis.
Fisuras en su bóveda, desprendimientos en algunos tramos de ese cuerpo y la separación de dos torres del resto del inmueble han sido consideradas como condiciones "graves" en las cuales "más que de dictámenes se requiere de una actuación urgente", aseguran Merlo y Zaldívar de manera extraoficial, a diferencia del INAH que considera que La Compañía no corre riesgo de venirse abajo.
Promotor del patrimonio histórico del estado, Merlo explica que el templo anexo al edificio Carolino cuenta con "la fachada más barroca de la ciudad", llena de símbolos jesuíticos, yesería y un pórtico de hierro forjado, que en conjunto es un monumento "significativo del orgullo de Puebla como una ciudad que se creía superior al resto de las ciudades de la Nueva España". De los interiores en la iglesia que es "un ejemplo magnífico de la arquitectura criolla jesuita del siglo XVIII", Merlo destaca las tres naves con planta basilical y sus dos torres soportadas sobre un pórtico de piedra que robó terreno a la calle.
Sobre las posibles intervenciones en el monumento, Zaldívar destaca que la nave central se encuentra "en una situación particularmente crítica", por lo que requiere primero de una "estabilización para poder acceder a otras partes del edificio y proceder a un sistemático y cuidadoso proceso de consolidación".
El problema, añade, se presenta en la riesgosa aproximación del personal al acercarse a trabajar, pues la condición de la bóveda de ladrillo "da una sensación de peligro intenso". Ambos profesionales llamaron a las autoridades responsables a ser cautelosas en la organización de los trabajos y atender con urgencia estos dos monumentos religiosos dañados por los sismos.