n También hay contaminación de zinc, cadmio y arsénico
La gente no cree en una solución al problema del plomo en Torreón
Matilde Pérez U., enviada /III y último, Torreón, Coah. n Una aparente apatía que va junto con la alarma, con la sensación de que no habrá solución, y el inicio del caos y la desgracia para muchas familias de Torreón, es el ambiente que, de acuerdo al doctor Gonzalo G. García Vargas, de la Universidad Juárez de Durango, prevalece en la zona dañada por el plomo, particularmente en la colonia Luis Echeverría, en cuyo suelo también se ha detectado zinc, cadmio y arsénico.
Explica que esa situación existe porque la sociedad está de un lado, con muy mala información, y por otro las autoridades que actúan sin vínculos directos y claros con la población afectada.
Preocupado porque las acciones emprendidas si bien responden a la emergencia ambiental, no tienen metas claras, García Vargas habla de la urgencia de crear un sistema de vigilancia ambiental y epidemiológica para los próximos diez años, pero "lo ideal sería que ello fuera ya permanente".
Considera que las autoridades deben fomentar la creación de grupos o comités de salud, educación e información con los habitantes de las once colonias para terminar con las dudas y desconfianza social. "No se trata sólo de dar reglas técnicas sino de convivencia", enfatiza y aclara: "Se trata de que ambas partes participen y que ninguna quiera sacar ganancias de la situación".
Entre la población hay inquietud por conocer si sus colonias siguen siendo habitables y eso sólo puede responderse con un estudio de suelo, pero también con una planeación del desarrollo urbano, ya que las colonias señaladas como "prioritarias" son producto de añejos asentamientos irregulares, tolerados por las autoridades estatales, abunda.
Afirma que su investigación --que sirvió para armar el rompecabezas final para confirmar la presencia de altos niveles de plomo en la sangre de cientos de niños-- no tuvo ningún fin político, como lo pensaron en un momento autoridades de la Secretaría de Salud y estatales. "El resultado está ahí", dice. Agrega que el interés es impedir que continúe el envenenamiento, contribuir con las autoridades de salud para que se trate adecuadamente a los niños y con las ambientales para que se solucione el problema. "No se trata de enjuiciar a nadie, sino de evaluar las técnicas y fomentar la participación social para lograr esa convivencia amigable".
Sin embargo, para la población directamente afectada, las autoridades ambientales actuaron tardíamente y sus acciones son limitadas, posiblemente --dicen-- atadas al "poderío económico de Met Mex Peñoles".
El 28 de febrero, luego de que las autoridades sanitarias confirmaran la presencia de altos niveles de plomo en la sangre entre la población de Torreón, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) emitió 81 medidas para que la empresa "redujera de modo sustancial y a corto plazo sus emisiones de polvos y gases con plomo", e indicaba que hasta mediados del año 2000, Met Mex Peñoles concluirá la instalación de "sistemas avanzados de control para operar dentro de la normatividad ambiental". Indicaba que a largo plazo, el plomo acumulado en el ambiente urbano se "eliminará mediante un programa de limpieza".
Hasta el 6 de mayo, se dio a conocer públicamente el resultado del monitoreo cotidiano al complejo metalúrgico y anunció que la empresa aceptaba el Plan de Contingencia acordado por las autoridades. El 21 de mayo, las autoridades reconocieron que la empresa no había logrado el "pleno cumplimiento de la normatividad ambiental" y decretaron la fase dos de contingencia.
Pero la discusión entre la sociedad, autoridades y empresa gira en torno al cierre del complejo metalúrgico.
Resanar la imagen
Instalado desde 1901 en Torreón, el complejo metalúrgico Peñoles ųpropiedad de Alberto Bailleres González, uno de los diez empresarios con mayores ganancias en el país-- creció y se consolidó hasta convertirse en uno de los centros productores de metales no ferrosos más importantes del mundo; exporta a 35 países y mantiene oficinas comerciales en Estados Unidos, Brasil y Venezuela. Con ventas de 771.5 millones de dólares y una cartera de 400 clientes nacionales e internacionales, dos mil 158 empleados y una nómina mensual de 12 millones de pesos, Met Mex Peñoles está interesado en reconstituir su imagen pero en "los ámbitos en los que no es conocido".
Luis Rey Delgado García, gerente de Vinculación y Desarrollo Social de la empresa, asegura que la contaminación por plomo entre la población infantil de once colonias "no afectó la credibilidad ni confianza de la industria entre sus clientes". Sin embargo, su interés "es eliminar la situación de riesgo, tranquilizar a los vecinos y convivir en armonía".
Pero acepta que a pesar del monitoreo que llevaban de sus emisiones y el estudio de suelo que habían realizado, la emergencia ambiental fue inesperada. "No imaginábamos esta situación, ni que el enemigo silencioso (plomo) había trascendido las fronteras del complejo industrial". Sin embargo, "en la discusión interna no está el posible cierre y cambio de éste", asienta.
Menciona que la empresa ha destinado ya la tercera parte de sus activos al control ambiental, 60 millones de pesos para la constitución de un fideicomiso y que considera prioritario adecuar su tecnología para reducir sus emisiones contaminantes, y como ejemplo se refirió a la construcción de un enorme domo para evitar que las tolvaneras del semidesierto expandan el plomo. Lamenta que entre la opinión pública se hable más de los "niños con plomo" que de aquellos que "ya tienen menos plomo" en la sangre, del respaldo médico que ha otorgado la empresa y de su "esfuerzo por cuidar la salud, el medio ambiente, el empleo y el bienestar de todos".
En la oficina que ocupa dentro del complejo metalúrgico, Delgado García señala que los efectos económicos y productivos se resentirán en los próximos 45 días, por eso "estamos haciendo todo lo posible para que esto se resuelva en menos de ese tiempo". Para ello hay "voluntad, credibilidad, garantía y confianza".
Por la instalación de una fundición y refinería de plomo y plata, así como de una planta electrolítica de zinc, a las que se suma un ramal ferroviario, un sistema para generar electricidad y todos los servicios necesarios para un poblado de seis mil habitantes, Torreón se convirtió a partir de 1973 en uno de los centros productores de metales no ferrosos más importantes del mundo.
Met Mex Peñoles es así el primer productor de plata y bismuto del mundo y produce 50 por ciento de la plata que se consume en el país; es el cuarto productor de plomo y el número 14 entre las empresas que producen zinc en el mundo. En sus inmensas instalaciones recibe concentrados de plomo de más de 130 compañías mineras, de las cuales 80 por ciento son pequeñas. Su presencia en esta ciudad, se amplia con la empresa Fertirey ( productora de agroquímicos) y Sipsa (Servicios Industriales).
Pero en el territorio de Coahuila, Peñoles tiene otras instalaciones: Química del Rey, Salinas del Rey, Alea Zinc y Magnelec. La primera fue fundada en 1962 y cuenta con la planta de sulfato de sodio más grande del mundo en su ramo, con una capacidad para producir 510 mil toneladas métricas al año, mientras que Magnelec cuenta con una planta de óxido de magnesio con capacidad para 100 mil toneladas anuales.
Ese es el tamaño de este consorcio que a partir de 1968 empezó a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores y que no tiene entre sus planes salir de esta región.
Pero un grupo de 38 familias --con 50 niños con plomo en la sangre, que no confiaron en esa voluntad y con el respaldo del presidente del Colegio de Abogados de la Laguna, Juan Puentes Flores--, interpusieron una demanda (250/99) en contra de la empresa ante la juez quinta de lo civil, Laura Sotomayor. Otras 88 familias también podrían tomar la misma decisión. "Las familias tienen la razón y confían en que las autoridades judiciales del estado se apeguen al derecho y actúen sin importar el poder económico de Peñoles", dice el abogado y afirma que no abandonará el caso.