n Gira en Jalisco
Tuvo Zedillo "una tentación autoritaria"... en la final de futbol
Rosa Elvira Vargas, enviada, Zapotitlán, Jal., 8 de junio n Del llano rulfiano en el sur jalisciense al pago de apuestas tequileras, en Zapopan, y la confesión de autoritarismo reprimido, marchó hoy la gira del presidente Ernesto Zedillo.
Dos lujosos estuches de plata con sendas botellas de tequila Real Don Julio ųmás de tres mil pesos cuesta cada una-- fueron el pago del mandatario al gobernador Alberto Cárdenas en la sede del Club Atlas, equipo favorito del panista y que durante la temporada que apenas finalizó, hizo morder el polvo a la escuadra predilecta de Zedillo, el Necaxa.
Durante mucho tiempo, y merced a los resultados en la cancha, el abastecimiento viajó de Guadalajara a Los Pinos y entonces, señaló el Presidente, "tenía yo segura mi dotación de tequila cada vez que jugaban el Atlas y el Necaxa o cosas así. Bueno, gracias a ustedes --dijo a los jugadores--, pues ya se me acabó esa fuente segura de tequila, y ahora, yo estoy en la situación exactamente contraria''. Enseguida, llamo a su asistente personal y extrajo de un portafolios las opulentas botellas que entregó al mandatario local para pagar la que llamó "una deuda de honor''.
Pero también --y en lo que fue un breve encuentro sin las estrellas rojinegras Rafael Márquez, David Osorno y Miguel Zepeda, porque están seleccionados-- los jovencísimos cracks oyeron la confesión presidencial de que el domingo pasado y ante el persistente empate entre Toluca y Atlas en la final de la primera división, Zedillo tuvo "una tentación autoritaria''.
Y aunque dijo que es el único impulso de ese tipo que ha tenido como Presidente de la República, confesó que el domingo estuvo tentado a "hablar por teléfono y decir: 'este juego ya no continúa; los dos son campeones. No se vale que alguno de los equipos pierda, por la manera como han jugado a lo largo del torneo y en estos dos partidos'''.
Gira la de hoy, con remate futbolístico, pero en la que también se vería que, aunque de manera velada, las diferencias entre el gobernador Cárdenas Jiménez y el jefe del Ejecutivo trascienden el plano futbolero.
El primero demandó una política social "diferenciada'' para Jalisco, y el mandatario federal defendió sus estrategias y pidió para esa amplia región, --tradicional expulsora de mano de obra aunque hoy con nuevas fuentes de empleo-- extender los hoy "muy mínimos y precarios servicios'' que tiene aquí el IMSS.
Claro que apenas serían aspectos de matiz, porque para el jefe del Ejecutivo es convicción que el de aquí es un gobernador "entusiasta, trabajador, con visión de futuro y gran promotor'', y al que lo une la gran coincidencia de que la industria eléctrica debe privatizarse.
Cárdenas aseguró en San Gabriel que es obvia la necesidad de que en el país "avancemos en esta propuesta que usted ha hecho al Congreso de la Unión para que tengamos otra base, otros esquemas de generar energía eléctrica''.
El presidente Zedillo respondió, ya en Zapotlán el Grande (Ciudad Guzmán), que si existen inversionistas privados --nacionales y extranjeros-- que tienen mucho interés en invertir en la industria eléctrica, deben hacerse los cambios legales "para que puedan hacerlo y entonces el gobierno, en vez de estar gastando todo lo que gastamos y durante muchos años en la industria eléctrica, podamos ahora invertirlo en otras cosas, que son incluso más importantes para la vida de todos los días, para el bienestar del pueblo, de la población de nuestro país''.
Aludió de nuevo a su argumento de que las inversiones privadas podrían dotar de la energía eléctrica que requiere el desarrollo del país, y liberar esa capacidad de inversión del gobierno hacia cosas mucho más importantes. "Por eso, sigo diciendo y seguiré diciendo a los señores legisladores --diputados y senadores del Congreso de la Unión--que consideren y, en su caso acepten, esas reformas que he propuesto''.
Entonces, aprovechó para agradecer el apoyo que ha dado a su iniciativa del gobernador blanquiazul, "cada vez que ha tenido oportunidad''.
Para iniciar su gira, Zedillo aterrizó primero en Colima y de ahí, en helicóptero, llegaría primero a Zapotitlán de Vadillo, luego a Tolimán, a San Gabriel y, por último, a Zapotlán el Grande. Luego volaría hacia el centro de esta caprichosa geografía.
En Tolimán, y para mostrar que gracias a la agricultura de invernadero y a la agroindustria se puede ir a contracorriente en esta extensa planicie, Roberto Vargas Maciel citó aquel rulfiano fragmento: "ƑY para qué Dios hizo este llano tan grande, si no hay agua para echarse un buche? ƑY en este comal acalorado quieren que sembremos, si aquí nada se da, nada se dará? ".
En ese lugar se cultivan jitomates cherrus, cereza, acerola, pasiflora, gengibre y jamaica; se dan melones "canarios'' y otros que se les conoce como "piel de sapo'', frutos desconocidos para muchos, porque todo se va para la exportación a "mercados específicos''. Ahí se realiza una "revolución silenciosa''.
Y fue en ese marco en el que el gobernador Cárdenas --aficionado al micrófono y orador en casi todos los actos del recorrido presidencial-- se reveló "respetuosamente'' contra los esquemas de política social de esta administración y pidió se le permita presentar "una alternativa de política social diferenciada para Jalisco'', y de ese modo canalizar recursos para crear una armonía "entre el campo, las familias y el mismo Estado''.
Cierto es que Cárdenas nunca detalló esa alternativa a lo largo de la gira, y funcionarios federales que acompañaban al Presidente finalizaron el recorrido sin haberse enterado de su contenido. Pero el mandatario estatal siguió. Y ya en Ciudad Guzmán y con su hermano el alcalde, su mamá doña Margarita y demás familiares, de nuevo volvió al micrófono, una vez que tras complicada búsqueda encontrara su discurso, en una demora que le valió un aplauso del respetable iniciado por el propio Zedillo.
Ahí, Cárdenas Jiménez aseguró que los tiempos que se avecinan, "tiempos electorales'', no lo desviarán de los programas de su gobierno para el campo, pero luego falló la proyección de un video sobre algo que seguramente tendría que ver con las actividades agropecuarias.
Zapotlán el Grande vio nacer al muralista José Clemente Orozco, al escritor Juan José Arreola y a la compositora Consuelito Velázquez. Pero también a los Cárdenas Jiménez, cuya jefa del clan, doña Margarita ("la primera mamá del estado'', dijo Zedillo), en pleno Casino de la Feria, donde se realizó el acto, dio con su cartera de mano dos sonoras y nada discretas nalgadas a su hijo, una vez que aquél pasó a saludarla acompañado del jefe del Ejecutivo.
En El Salto, en la planta de la IBM donde ya estuvo hace tres años, Zedillo inauguró la nueva unidad de Cabezas Lectoras Magnéticas --siempre entre alusiones y bromas sobre el futbol, pues en esa planta casi todos le van a Las Chivas-- y en Tlajomulco, asistió a la apertura de las instalaciones de la empresa JPM Pantera que produce cables planos y arneses para sistemas de cómputo y de telecomunicaciones.
El cierre fue con el Atlas, ese club que tiene una escuela de quince mil muchachos a la espera de cumplir sus sueños con el balón y que hoy estuvieron invitados a las modernas y elegantes instalaciones.
Quizá por la visita presidencial, pero los subcampeones iniciaron hasta hoy sus, dirían todos, merecidas vacaciones. Volverán a los entrenamientos el cinco de julio y esperarán el inicio de una nueva temporada del balompié donde quizá correrán con mejor suerte, en más de un sentido.
Por lo pronto, hoy Zedillo les dijo gracias por el magnífico espectáculo que dieron en esta temporada; mientras hablaba, algo musitó a su espalda Alberto Cárdenas. Zedillo se interrumpió brevemente para decirle: "No me esté molestando, gobernador, luego hablamos''. Siguió con su elogio al desempeño atlista y finalizó con las dos planteadas botellas de Real Don Julio.