n La intérprete escenificará su más reciente ritual, en el Metropólitan
No hay que ver u oír a Diamanda Galas, sino sentirla
Juan José Olivares n Los conceptos para definir a Diamanda Galas no terminarían: animal nocturno y ambiguo, experimento de la metamorfosis humana, vestal de lo prohibido o prominente performancera de la vida.
Lo que importa es que, ahora, la intérprete está en México con la idea de actuar para un público ávido de extrañas emociones y que será víctima de una dulce violación auditiva.
La artista greco-estadunidense, nacida en San Diego (California), concedió a La Jornada una breve entrevista para decir, visceralmente, lo que es: ''Soy simplemente como cualquier otro ser humano. Aunque tengo que verme en un espejo para saber que no soy ni una serpiente ni un monstruo; que soy una mujer".
Sida, mal que creamos
ųƑTienes alguna obsesión por encontrar el lado oscuro del ser humano?
ųNo hay obsesión. Es una expresión natural en mí, de mis raíces musicales. Lo que hago tiene sólo la intención de llegar a las vísceras del ser humano, a sus venas y a su interior. Para mí no es ningún lado oscuro. Mi música es el reflejo de mis emociones, de cosas que me han pasado en la vida. Es más fácil hablar de las cosas reales que de un misticismo falso.
ųƑEs difícil convencer a un público que no conoce tu trabajo?
ųSólo estoy para ofrecerme, y las personas que me van a escuchar y ver pueden hacer lo que quieran: interrumpir con ruido el recital o irse de la sala.
Esta ''diva del morbo", que utiliza la técnica del bel canto, no sólo se ha introducido en el mundo del performance auditivo con sus creaciones discográficas influidas por grandes compositores griegos como Iannis Xenellas Artesanifiestos de Charles Baudelaire, Antonin Artaud y Edgar Allan Poe, sino que ha incursionado en la literatura con el libro The shit of god, el cual tiene letras de sus canciones (del disco Schrei X), así como dos temibles ensayos que vislumbran la fragilidad humana.
ųƑCuál es tu influencia literaria más relevante?
ųMi hermano Dimitri fue mi principal influencia. Fue un gran poeta del cual aún escucho su voz y creo en ella. Aunque no me gusta hablar de eso. También me encantan la obra de Baudelaire y algunos textos bíblicos.
Luego de la muerte de su hermano y de algunos de sus mejores amigos a causa del sida, Diamanda dedicó algunos de sus discos (Divine punishmente, Saint of the pit, Plague mass) y muchas presentaciones para combatir ese terrible mal de la humanidad.
ųƑCrees que el sida es una especie de castigo divino para la humanidad?
ųNo pienso que esa sea la expresión adecuada. Es más bien el mal que nosotros mismos creamos.
Desde sus realizaciones, You must be certainb of the devil, The mask of the red death, Diamanda Galas, Vena Cava, The singer o Sporting life ųdonde trabajó con John Paul Jones, ex Led Zeppelinų, la actitud radical de esta spinto soprano ha traspasado las barreras de lo meramente musical, convirtiendo sus recitales y sus discos en auténticas misas desvariantes: actitudes performanceras de lo que es la vida misma.
Catarsis humana
ųƑExisten límites en tus performances?
ųMis performances no son sólo auditivos, también están basados en actitudes teatrales. Por ejemplo, en el disco Schrei X se redefine el concepto de que un animal es atacado repetidamente dentro de un espacio limitado y eso tiene que ser representado con todo mi cuerpo; o en The letanies of satan, es la exteriorización de mi poder; un poder sano. Una catarsis humana.
ųDiamanda Galas realiza una especie de satanismo en su música, un satanismo divertido.
ųNo tengo nada en contra del diablo, creo que es muy entretenido. De lo que hablo es de un ser terrenal, como dijo Baudelaire: Príncipe del exilio, quien fue desposeído y quien jamás aumentó su fuerza cuando fue oprimido, Satán ten misericordia en mi angustia... Es del demonio que vive dentro de nuestro cuerpo. O quizá esté representado por alguna persona terrenal.
Después de todo lo que se ha dicho en torno de este ser de estrepitosa voz de cuatro octavos de rango, los calificativos terráqueos se quedan cortos, luego de permanecer algunos minutos cerca de ella, de él o de eso...
Para entender un poco, sólo hace falta acudir este jueves por la noche al teatro Metropólitan para volcarse uno mismo sobre su parte sicalíptica y lóbrega, y aceptar el reto de no escuchar o ver a la Galas ųque no Callas, aunque también excelsa cantante griegaų, sino de sentirla.
Será una fecha memorable para los mexicanos gustosos de la música.