Tres heridos circunstanciales: una historia truncada
Elia Baltazar n Llegó herido a las 12:30 de la mañana, y murió apenas rebasadas las 2 de la tarde. Doce horas después su cuerpo aún no había sido entregado a sus familiares.
Juan Manuel de Jesús Núñez, un hombre de 30 años, corredor de seguros de la empresa Nacional Provincial, fue herido de manera circunstancial en el estacionamiento del restaurante El charco de las ranas, donde ocurrió el atentado en el que murió Francisco Stanley, y del cual salía De Jesús Núñez luego de desayunar con su esposa.
En medio de la ráfaga, dos balas se alojaron en su abdomen y espalda, a consecuencia de lo cual murió casi dos horas después en el hospital de Xoco, adonde fue trasladado por un helicóptero del Agrupamiento Cóndor, que lo recogió en el óvalo de San Jerónimo, luego de haber recibido los primeros auxilios de manos de los paramédicos de la ambulancia 36012 del ERUM, la misma que llevó al hospital Médica Sur al conductor Jorge Gil.
No corrió con igual suerte Juan Manuel Núñez ni su esposa, Lourdes Hernández, de 27 años, quien también resultó herida de bala en el pie izquierdo durante el ataque del mediodía de ayer, lo mismo que el valet parking de la empresa Alfer, Pablo Hernández Pérez, de 25 años, quien recibió un balazo en el muslo derecho.
A excepción del primero, cuyo estado de salud obligó a trasladarlo en helicóptero, los otros dos fueron llevados al mismo hospital Xoco en la ambulancia 633 de servicios médicos de la delegación Alvaro Obregón, que arribó al nosocomio aproximadamente a las 12:40.
Los familiares de los tres heridos no pueden explicar el porqué las víctimas no recibieron la atención médica en alguno de los hospitales cercanos a la zona donde ocurrió el ataque, como Los Angeles o Médica Sur. Pero tampoco hubo explicación por parte de las autoridades, ya fueran de la SSP o del Equipo de Rescate y Urgencias Médicas. Ninguno de los familiares, según sus propias declaraciones, fue avisado por las autoridades: "Nos enteramos por los medios de comunicación", dijeron, evidentemente molestos.
A la sala de espera del hospital Xoco llegaron primero la madre y el hermano de Juan Manuel de Jesús, la señora Carmen Núñez y José Arturo de Jesús Núñez. Más tarde se presentó el primo del valet parking, Ernesto Pérez, luego llegó la madre de Lourdes Hernández, y algunos familiares más, a quienes durante horas no se les ofreció ninguna información médica ni se les permitió ver a los heridos.
Se trata de familias de escasos recursos. Juan Manuel, quien era el mayor de tres hermanos, compartía su casa, ubicada en la calle Paloma Roquiza, colonia Barranca Seca, de la delegación Magdalena Contreras, con uno de sus hermanos, su madre, su hija Janet, de siete años, y su esposa Lourdes, quien también trabaja para la empresa del Grupo Nacional Provincial, pero como secretaria.
Pablo Hernández sostiene, con su sueldo de valet parking, a su madre y dos de sus hermanas, una estudiante y la otra secretaria.
Originario de Puebla, vive muy cerca del Panteón Civil de la delegación Iztapalapa. El recibirá el apoyo de su empresa, cuyo representante, Francisco Marín, se presentó en el hospital para tramitar el traslado de su empleado a un hospital privado. Los dueños de la empresa, Gerardo y Alfonso Fernández Padre instruyeron para que los gastos médicos corrieran a su cuenta.
La familia de Juan Manuel sólo contará con su seguro de vida para afrontar los gastos funerarios.