En actos con sello priísta, Zedillo aclara que no hace proselitismo

Rosa Elvira Vargas, enviada, Ecatepec, Edomex, 3 de junio Ť Otras veces ha estado el presidente Ernesto Zedillo en entidades que viven las vísperas de comicios locales. Pero hoy, las abrumadoras evidencias de que sus oyentes y el entorno de sus actos tenían el sello del PRI, lo obligaron a precisar: ``Este cumplimiento de la palabra empeñada, esta nueva obra que hoy entregamos no es un acto de proselitismo político; no es el venir a decirle a la gente que nosotros sí cumplimos''.

Tiene que quedar claro, enfatizó, que sin importar filiación o militancia política del gobernante, el día que es electo "está ahí para servirle a todo el pueblo, con independencia del partido en el que crea ese pueblo''.

Y es que hoy no eran necesarias las suspicacias. Clarito lo dijo Antonia Viveros cuando habló en la ceremonia donde se entregó el agua potable a un millón 400 mil habitantes de Ecatepec: "Muchas gracias señor presidente Zedillo; muchas gracias señor gobernador del estado. Y arriba el Partido Revolucionario Institucional''.

Falta exactamente un mes para que se realicen las elecciones para gobernador en esta, la entidad con el mayor padrón de votantes en el país. Y hay quienes afirman que aquí se libra una verdadera guerra electoral impulsada desde la muy variada representación partidista en los más grandes e importantes municipios.

Incluso, alguien directamente vinculado con la introducción del agua potable comentó que cuando la obra ya estaba concluida y a punto de empezarse la dotación del líquido, se descubrió que gente del ayuntamiento de Coacalco (en manos del PAN) había maniobrado con las válvulas para impedir que el fluido pudiera llegar a su destino.

Pero en esta, la séptima estancia de Zedillo tan sólo en lo que va de 1999, no sólo los priístas aprovecharon la ocasión para hacerse de los pasacalles en aquellos sitios donde se realizarían los actos y mostrar a su candidato Arturo Montiel (aunque también discretamente podían verse por ahí algunos del PRD). También el gobernador César Camacho hizo lo propio y en forma mucho más patente.

Predecible, porque su modus operandi es casi siempre el mismo cuando recibe al jefe del Ejecutivo, el mandatario mexiquense reincidió en el excesivo acarreo en todos aquellos actos en los que se entregaron obras sociales. También, y como siempre, se programó para hablar prácticamente en todas las ceremonias, aunque en una de ellas -en Toluca-, donde no aparecía como orador, habló su esposa, María Eugenia San Martín de Camacho.

No fue lo único. Desde Huehuetoca, primer punto del recorrido presidencial, "surgieron'' sus panegiristas. Varios hombres detuvieron al Presidente para decirle que la labor más importante de la actual administración en el estado de México "es la que no se ve; es la obra social. Pero además, el de César Camacho es un gobierno para todos''. Ya aquí, en Ecatepec, otro señor salió al paso para comunicar: "Señor Presidente, tenemos al mejor gobernador del país''.

Al fondo del gran llano polvoso donde el gobierno reunió a diez mil personas para recibir la buena nueva del agua potable, empleados gubernamentales lucían camisas blancas con una leyenda en letras rojas en sus espaldas que decía: "Cumplir es lo que cuenta, César Camacho'', mientras que a toda la gente se le dotó de gorras verdes con la leyenda: "Ecatepec con Zedillo''.

Y es que hasta la saciedad se sabe que este es el municipio favorito del Presidente. El considera que la gente de aquí son sus hermanos. Y en correspondencia a tal distinción, el alcalde priísta Jorge Torres Rodríguez le dijo a Zedillo que "hoy, usted nos ha cargado las pilas'', pues "si aquí a don José María Morelos y Pavón la reacción le arrebató la vida, esta obra del presidente Zedillo le trae vida a los habitantes de esta gran ciudad de colores siempre patrios''.

Además, aseguró que la obra del agua potable se logró con la nobleza del mandatario, y por ello "nuestro reconocimiento al estadista y al hombre, a este ser humano sensible, sencillo y cordial''. El gobernador Camacho tampoco había regateado prosa: "No hay bienestar sin dignidad, no puede haber dignidad sin agua''.

A su vez, Ernesto Zedillo, y una vez que hubo precisado que entregar obras sociales "es simplemente el cumplimiento de nuestra responsabilidad como gobernantes'', destacó que dotar de agua potable a los ecatepenses representa un acto de justicia social, entre otras razones porque aquí, desde hace 40 años, se saca agua para llevarla a otros lados, incluyendo el Distrito Federal, y no era justo que su población no la tuviera. Pero otorgar ese servicio no es todo, convino entonces, y enseguida hizo el compromiso de seguir trabajando "como una gran familia'' para dotar del líquido a quienes aún les falta.

Esta vez la gente no tuvo posibilidad de desbordarse y crear grandes tumultos para saludar al Presidente. Se colocaron rejas de metal que la contuvieron, y que sin embargo no impidieron que una pequeña de diez años se acercara al mandatario para, sin rubor, pedirle un autógrafo, abrazarlo y decirle: "Yo te veo en la tele''. "ƑEn qué telenovela?'', le respondió sonriente Zedillo. "En las noticias...''. "šAh! Esa es otra telenovela'', cerró el mandatario.

Mientras caminaba surgieron también algunas voces que le pidieron "que nos cumpla el Distrito Federal con el Metro'', y otras más demandaron trabajo y que se deje de quemar basura en las inmediaciones del deportivo Villas de Guadalupe, donde tuvo lugar el gigantesco acto. Casi al final, un joven de escasa estatura saludó afable al mandatario. Como si fueran viejos conocidos, pues le reiteró su adhesión, al tiempo que con una señal discreta mostraba una pequeña insignia: "Para que vea que también estamos con aquél''. Era de Arturo Montiel.

Otros servicios había entregado ya a estas alturas de su gira. En Huehuetoca inauguró el Hospital General que dará servicio a más de 30 mil personas. La construcción del nosocomio había iniciado en 1994 y se suspendió por razones presupuestarias. El año pasado se reanudó y al final la inversión fue de 12 millones de pesos.

En este lugar y como lo reiteraría más tarde en Toluca, el mandatario revisó el estado de los servicios de salud y ratificó la meta de que para el 2000 la totalidad de sus habitantes cuenten con acceso a la medicina.

También aquí destacó las disposiciones para lograr la recuperación salarial del personal de este sector, virtud de las cuales un médico de la Secretaría de Salud recibe 60 por ciento más de salario contra lo que recibía en 1998; en el caso de los auxiliares de enfermería dicho incremento ha sido de 35 por ciento.

En este lugar, la niña Raquel González se acercó al Presidente para pedirle la ayude a localizar a su padre, quien desde hace dos años, cuando se fue a Estados Unidos, "nos abandonó y no nos manda dinero''. Al escucharla, Zedillo comentó: "šAh qué papá tan baquetón!", pero de inmediato tomó con seriedad el asunto y pidió a la pequeña le envíe una carta a Los Pinos.

Otra mujer, Irene García, le pidió vaya a inaugurar la remodelación de la catedral de Texcoco, que tiene una antigüedad de 400 años. "šInvítenme!", le respondió el Presidente, y ella aprovechó el inicio del diálogo para pedirle dos escuelas en el fraccionamiento Las Vegas. Zedillo se volvió al gobernador Camacho para encargarle esa solicitud, pero le previó: "No te vayas a ir a las otras. Es en Las Vegas de Texcoco''.

En Ecatepec inauguró la primera etapa del hospital de Diagnóstico Especializado, que dará servicio a los trabajadores del estado y los municipios. Luego, en Ixtapaluca hizo una breve escala para inaugurar la ampliación de la empresa Yakult y voló a Toluca, donde concluiría la gira.

En la capital mexiquense el titular del Ejecutivo inauguró la planta de aditivos y lubricantes Bardhal (donde también habló Camacho) y ahí, al encomiar la inversión que atestiguaba, indicó que el gobierno realiza una política social que permita seguir combatiendo la pobreza y ofrecerle a los mexicanos mecanismos "igualadores'', como educación, salud y servicios básicos. No es tarea únicamente del gobierno, dijo, se requiere de la producción, de los empresarios para crear industrias competitivas y acrecentar la presencia de México en los mercados internacionales.

Por último, el inauguró la remodelación del hospital de Ginecología y Obstetricia. Hizo en su discurso amplio elogio al papel de la mujer en la construcción y desarrollo del país, la formación de sus hombres y la aportación de soluciones en todo el quehacer nacional. Además, revisó los indicadores de salud de la entidad y se refirió al programa Progresa, de combate a la pobreza, que en el estado de México atiende a 154 mil familias en más de 2 mil 250 comunidades de 66 municipios.

Y ya regresaba al Distrito Federal cuando toluqueños, inmersos en la pasión futbolera del primer partido finalista de la Primera División, se acercaron al Presidente para pedirle una porra para los Diablos Rojos, "aunque usted no le vaya al Toluca, pero para que pierda el Atlas''.

Este diálogo de banqueta tenía de fondo, como en todos los otros sitios que hoy visitó, la ostensible propaganda del PRI.