Miguel Barbachano Ponce
No olvidemos a Fellini

Rimini (''ese menjurje confuso, miedoso, tierno, con el gran respiro que significa ser un extenso vacío abierto al mar") es el ámbito espacial donde nació, el 20 de enero de 1920, Federico Fellini. Precisamente en la calle Fumagalli vino al mundo.

''Papá dijo: naciste allí; y el coche se deslizó velozmente. Otra de nuestras casas estaba cerca de la estación. Fue la casa donde creo haber tenido el signo de la predestinación. Era un hotelito con jardín delante''.

''El inmueble de la calle Clementini número 9 es el del primer amor. Pero también había oído hablar de una casa que albergaba a cierta clase de mujeres en la calle Clodia, era la casa de la Dora... En las escuelas Teatini hice la primaria.

''Durante esos años íbamos al bar de Raoul, el café de los amigos. La vida también transcurría en el Café Comercio, frente al cual pasaba la Gradisca, que despertaba auténticas pasiones: hambre, apetito, ganas de leche. Una vez que fui al cine Fulgor vi a la Gradisca sola en la sección de los distinguidos. Salté la empalizada que separaba a los populacheros de los distinguidos, me senté a su lado, alargue una mano y toqué su opulento muslo, hasta la liga... Salí de Rimini en el 37; volví en el 46. Llegué entre una marea de escombros. No quedaba nada...'', escribió el cine director en la introducción al libro Mi Rimini, en 1967.

Más tarde, sus biógrafos escribirán sobre su movilidad en el espacio y en el tiempo: estancia en Florencia, traslado a Roma, trabajos en el semanario humorístico Marc Aurelio, fatigas como ilustrador y traductor de fotonovelas (experiencia que recogerá en Lo sceicco bianco, segundo filme) matrimonio, en octubre del 43, con Giulietta Masina, y en el 44, con el arribo triunfal de las tropas aliadas a Roma, la apertura de su ''Funny Face Shop", donde dibuja caricaturas y retratos de los soldados y donde ellos podían grabar su voz en discos ųuna especie de casino con ''signorine", confiesa Fellini, en agosto del 61 al semanario Segnacolo de Boloniaų; en 1945 encuentra a Roberto Rosellini y le ayuda a realizar Roma, cittá aperta el primer filme neorrealista de la historia del cine.

Si tradujesemos al preciso lenguaje de los números, más de 46 años de labor de Fellini, pues comenzó como gag man (creador de chistes visuales) en el 39, trabajando para Mario Mattoli en el filme Lo vei dove sei? obtendríamos los siguientes resultados: 22 películas realizadas (18 largometrajes, tres sketches, y la cinta de difícil clasificación, Block notes di un regista), ocho premiadas en los grandes festivales del mundo: I vitelloni y La strada, leones de Plata en Venecia 53 y 54; Oscar a La strada, La notti di Cabiria y Amarcord, por ser la mejor película extranjera en 56, 57 y 75; Ocho y medio obtuvo el Gran Premio de Moscú y el Oscar a la mejor dirección en 63; y La dolce vita ganó la Palma de Oro del festival de Cannes, también en ese año.

Ahora bien, sus colaboradores más asiduos fueron: en organización visual, Otello Martelli, se encargó de la fotografía de sus películas siete veces (1950-1962), posteriormente Giusseppi Rotuno, ocho veces (1968-1983) ha sido su cameraman estrella; en el renglón de la organización narrativa, sus dos inseparables guionistas llevan el nombre de Tullio Pinelli y Enmio Flaiano, aunque también trabajaron con él Bernardino Zapponi y Tonino Guerra; un indiscutible creador, Nino Rota, escribió la música de sus películas, desde Lo sceicco bianco (1952), hasta Prova d'Orchesta (1978), Ruggero Mastroianni fue su editor fidelísimo desde 1965 con Giulietta degli Spiriti hasta E la nave va (1983).

Finalmente, en actuación, son Giulietta Masina (ocho papeles a partir de Luci del varietá hasta Ginger e Fred) y Marcello Mastroianni (cinco intervenciones que se iniciaron en 1959 y termina en 1985 con la famosa Ginger...) sus actores preferidos.

Y para terminar recordemos que antes de morir en Roma, año 93, encargó a su médico de cabecera que bromeara con la prensa y le informara que el realizador estaba ''encerrado en un recinto hospitalario con tres bellísimas enfermeras...."

No olvidemos a Federico Fellini, no olvidemos tampoco que desde La voce della Luna (1990), recibimos a diario su último mensaje.