n El obispo Arizmendi insta a legisladores a no congelar la ley sobre indios
El Congreso tiene ahora la palabra en la crisis chiapaneca
José Antonio Román n En la solución al conflicto de Chiapas la tarea más importante pertenece en este momento al Congreso, afirmó el obispo de la diócesis de Tapachula, Felipe Arizmendi Esquivel, quien exhortó a los legisladores a "no congelar" ninguna de las iniciativas de ley sobre derechos y cultura indígenas.
Sin embargo, señaló que es necesario analizar la legislación que satisfaga a todo el país, no sólo a un grupo o a unas etnias chiapanecas.
"Busquen una ley que ayude a todos los indígenas de México sin fraccionar al país; es difícil pero no imposible, porque es lo que queremos: que no se busque sólo una ley para dar gusto a un grupo, sino para que todos los indígenas vivan con dignidad y con justicia; no es imposible, ya algunos intentos se están haciendo. Vamos haciendo estos intentos; lo grave es que se quede todo congelado".
Entrevistado luego de concelebrar la misa de la peregrinación anual de las tres diócesis de Chiapas a la Basílica de Guadalupe, el obispo advirtió que de no encontrar una ley adecuada, los indígenas de todo el país se encontrarán en una situación peor de la que están en este momento. "Lo que importa es reconocer sus derechos a ser distintos dentro de la dignidad de ser iguales con todos".
Arizmendi, quien hace unos días tomó posesión en Colombia de su nuevo cargo como secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), destacó que no solamente están los acuerdos de San Andrés, sino los de San Miguel, los cuales establecen que el diálogo no se puede interrumpir por ningún motivo.
"Instamos a todos a que sigan dialogando. La Iglesia insistirá machaconamente en que se escuchen unos a otros; nadie puede pretender tener la verdad absoluta, sólo Dios. Todos los demás damos nuestros puntos de vista y colaboramos en el esclarecimiento de la verdad; hay que saber escuchar con humildad y con respeto", dijo el prelado.
En una conferencia de prensa, donde estuvieron también los obispos de Tuxtla Gutiérrez y de San Cristobál, Arizmendi se refirió también a la llegada de Diódoro Carrasco a Gobernación. "Todos al empezar tenemos las mejores intenciones, ojalá las podamos cumplir", dijo.
Respecto de la necesidad de una nueva instancia mediadora, el obispo de Tapachula apuntó que hasta ahora no se ha visto la necesidad de ella, ya que lo importante es que cualquier instancia sea escuchada y aceptada por las partes, y éstas tengan una apertura a escuchar y proponer soluciones.
Consideró, por otra parte, que ni el gobierno federal ni el EZLN quieren una salida violenta al conflicto, lo cual significa una "enorme ganancia", pues hay otros casos, como el colombiano, donde se registran enfrentamientos entre la guerrilla y el gobierno, pese a indicios de diálogo y negociación.
Señaló que por el mismo desgaste de las partes involucradas, Chiapas ya no ocupa el primer lugar en las prioridades nacionales, lo cual, en parte, es positivo en cuanto a que existe un mayor ambiente de serenidad, hay menos enfrentamientos y violencia, aunque los peligros -reconoció- aún subsisten.
"Esto ya nos da la esperanza de que no sigamos siendo una primera plana siempre, porque la vida ordinaria se sigue desarrollando. Lo digo porque en la costa, todo lo que es recuperación en puentes, caminos y casas ha sido extraordinario y estamos trabajando todos juntos: Iglesia, gobierno, sociedad, grupos y damnificados, aunque eso desgraciadamente no es noticia, pero es un ambiente sereno de trabajo, que tambien es lo que debe prevalecer".
La sucesión en San Cristóbal
Por otra parte, el obispo titular de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, quien en noviembre próximo deberá presentar su renuncia al gobierno pastoral por llegar a los 75 años de edad, señaló que existen "fuerzas extrañas" que pretenden que su salida de la diócesis sea conflictiva.
Incluso acusó directamente a la La Jornada de ser una de estas fuerza extrañas. Dijo que inexplicablemente en este diario apareció, en días pasados, una fotografía de él con Manuel Camacho Solís, en una visita reciente que el ex comisionado para la paz hizo a San Cristóbal. La foto era, según Samuel Ruiz, de 1994.
Dijo que este mismo diario publicó que durante el encuentro de los presbiterios de San Cristóbal, Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y Tabasco hace unos días en la ciudad de Villahermosa, iría el nuncio apostólico Justo Mullor, y que en él entregaría el báculo del gobierno pastoral a su sucesor, Raúl Vera López.
Sin embargo, toda esta información la proporcionaron varios sacerdotes de la diócesis de San Cristóbal que asistieron a Oaxaca, días antes, al cuarto Encuentro Nacional de Sacerdotes Indígenas, además que el traspaso del gobierno de la diócesis se ha hecho, desde hace más de un año, con múltiples celebraciones religiosas.