n Así lo establece el decreto que crea el IPAB
El PRI tendría que devolver las presuntas aportaciones de Cabal
El Partido Revolucionario Institucional tendría que devolver los 25 millones de dólares que el ex banquero Carlos Cabal Peniche afirma que aportó para las campañas de Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo y Roberto Madrazo Pintado, de acuerdo con el decreto que crea el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y que sustituye al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
La presunción de que en la panza del Fobaproa estaban recursos que fueron destinados a las campañas priístas en 1994, llevó a los legisladores de oposición en 1998, cuando se aprobó el organismo que sustituye al Fondo, a establecer claramente en su articulado la obligación de devolver esos recursos.
En el artículo siete, tercer párrafo del IPAB, se establece que ''si de las auditorías realizadas aparecen operaciones de mutuo préstamo otorgados por las instituciones auditadas cuyos recursos se hayan donado o aportado por los acreditados, directamente o por interpósita persona, a entidades de interés público que reciban financiamiento público y que por tal motivo hayan generado quebrantos financieros a las instituciones acreditantes, dichas entidades devolverán el monto de las operaciones de crédito involucradas con cargos a los financiamientos públicos que, conforme a las leyes que las rigen, reciban ordinariamente''.
En una carta que el ex banquero mexicano -acusado de defraudar a los clientes de los bancos Unión y Cremi con 700 millones de dólares- entregó al diario estadunidense Miami Herald, se confirma la aportación de 25 millones de dólares para las campañas electorales del PRI en 1994, incluida la que llevó a la Presidencia a Ernesto Zedillo, y que forman parte del Fobaproa.
Cabal Peniche, preso desde el año pasado en la cárcel de Port Phillip, en Melbourne, Australia, afirmó que ese tipo de donaciones ''son normales en México... Eran parte del sistema entre hombres de negocios y políticos. Todos tenían que hacerlo. Mi participación inicial en las donaciones a la campaña de Colosio fue promover y facilitar la entrega de 15 millones de dólares al PRI. Zedillo supo de esas donaciones porque era el coordinador de la campaña de Colosio", quien fue asesinado en marzo de 1994.
Cabal no explicó al Herald si el dinero salió de sus bolsillos, pero algunas fuentes cercanas al diario señalan que los fondos se originaron en sus bancos y fueron entregados como préstamos a docenas de personas, quienes a su vez hacían las contribuciones a un fondo de campaña que el propio ex banquero supervisaba. Esta triangulación de recursos en favor de partidos políticos está tipificada en el artículo séptimo del IPAB.
Financiamiento priísta en el Fobaproa
La intervención de los negocios bancarios de Cabal Peniche fue la primera operación de rescate a la que acudió el Fobaproa, que en ese tiempo debió absorber pérdidas por 4 mil 650 millones de pesos, cantidad a la que después se sumaron otros 700 millones de dólares que se autoprestó el ex banquero detenido en Australia.
Parte de esos recursos fueron a parar a las arcas priístas, y poco a poco se pasó de las acusaciones a un gobernador por gastos excesivos en la etapa de proselitismo, al financiamiento de la campaña presidencial, aunque nadie reconocía las aportaciones de Cabal. El escándalo del financiamiento del ex banquero a las campañas del PRI surgió en 1995, cuando decenas de cajas con documentos probatorios fueron entregadas en el Zócalo de la ciudad de México al entonces dirigente nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador.
La denuncia judicial sobre el excesivo gasto de campaña y el origen poco claro de los recursos, fue presentada ante la PGR en 1995 por López Obrador, a la que siguió la del diputado panista Juan José Rodríguez Prats. El entonces procurador Antonio Lozano Gracia recibió varias cajas con documentos que sustentaban la demanda de los perredistas, y en su momento el funcionario se comprometió a investigar exhaustivamente la denuncia. De acuerdo con las pruebas, Madrazo Pintado gastó 237 millones de pesos, cien millones más de los que oficialmente gastó Zedillo. Sin embargo, la dependencia consideró que el asunto debería ser resuelto en el ámbito local y fue remitido al Congreso de Tabasco, que desechó las pruebas.
Los documentos entregados a la PGR por los perredistas incluían cheques emitidos por Banca Confía, propiedad del ex banquero preso, como el destinado a apoyo a prensa y propaganda del PRI para el cierre de campaña de Ernesto Zedillo en Mérida por 325 mil pesos, o el que recibió el equipo de campaña de Roberto Madrazo para la convención del 12 de junio del 94, cuando resultó designado como candidato a la gubernatura de Tabasco.
Cuatro años después, el 15 de septiembre de 1998, el PRD interpuso una queja administrativa ante el IFE para que se investigara el origen de los recursos privados que, a través de fideicomisos empresariales y aportaciones particulares, se hicieron al PRI durante la campaña federal de 1994.
Y es que del análisis de las intervenciones bancarias del Fobaproa, se encontró que los recursos que se utilizaron para financiar la campaña presidencial estaban contenidos en este proceso de rescate bancario; que se entregaron créditos sin garantías, autopréstamos y créditos cruzados por grandes montos, entre ellos los 25 millones de dólares que financiaron las campañas priístas.
Incluso, el pasado 12 de mayo, el propio Roberto Madrazo reconoció públicamente lo que su partido había negado: ''Carlos Cabal Peniche financió mi campaña, dentro del marco de la ley, y también aportó dinero para apoyar a Colosio y Zedillo''.
Sin embargo, después de ocho meses en los que el IFE tuvo el expediente, el instituto declaró la queja perredista ''parcialmente improcedente''. La carta de Cabal vuelve a poner a debate el tema del financiamiento privado al tricolor. O los donativos que, asegura Cabal, ''son parte del sistema entre empresarios y políticos'' y que ''todos tenían que hacer''.