n Transportistas le ofrecen autobuses sin costo


Labastida iniciará campaña con una ofrenda a Colosio

Ciro Pérez Silva n Francisco Labastida Ochoa empezará este domingo su campaña proselitista colocando una ofrenda en la tumba ''de quien fuera mi amigo, Luis Donaldo Colosio'', en Magdalena de Kino, Sonora, para continuar por Guasave, Los Mochis, Mazatlán y Guamúchil, en Sinaloa, recorrido que hará en camiones que los transportistas le ofrecieron gratuitamente, a diferencia del resto de los aspirantes, quienes tendrán que pagar por ello.

En la pequeña sala de juntas de su casa de campaña, el aspirante a la candidatura del PRI a la Presidencia de la República anunció también que abrirá una página en Internet con información sobre las aportaciones que reciba para financiar ''esta primera campaña''. Los donativos, aseguró, ''no serán mayores a 500 o mil pesos por persona'' y quien esté interesado en conocer la procedencia y destino de esos recursos podrá consultarlo en cualquier momento.

Labastida Ochoa siguió recibiendo ayer apoyos de toda índole; algunos merecieron su atención personal, pero los más tuvieron que conformarse con dejar una tarjeta de presentación, una carpeta, una carta o un simple saludo verbal a los ayudantes que custodian la puerta principal de la casa de Chapultepec 494 con la promesa de que ''el licenciado'' recibiría el mensaje: ''Pierda cuidado, yo se lo hago llegar al licenciado Labastida, pierda cuidado''.

Otros recibieron un trato menos cordial. Alejandro Lambretón, ex secretario de operación política del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en tiempos de Mariano Palacios Alcocer, seguía con la mirada, desde la calle, a los que subían o bajaban por la escalinata de acceso al primer piso de la casa de campaña. ''Si ves a Gamboa, dile que aquí estoy'', repetía ante quien, desde adentro, le mostraba el menor gesto de reconocimiento. Esperó bajo el sol del mediodía más de una hora, pero no tuvo suerte.

Entre los que eran esperados y pasaron sin dilación estaban el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Sarukhán Kermez, con quien el ex secretario de Gobernación platicó durante una hora, y más tarde, durante 30 minutos, con el ex gobernador poblano y ex embajador de México en El Vaticano, Guillermo Jiménez Morales. Ambas reuniones fueron privadas y no estaban previstas en la agenda que la oficina de Labastida hizo llegar a los medios de comunicación.

No fueron sólo catedráticos y diplomáticos. El sector empresarial también tuvo su lugar. Como lo hicieron en su momento con Carlos Salinas, Colosio y Zedillo, también ofrecieron su apoyo, que se traducirá en transporte terrestre gratuito para ''esta campaña y la otra'' de Labastida.

Fue un acto público en la sala de juntas de la casa de campaña, donde el presidente de la Cámara Nacional de Autotransporte de Pasajeros y Turismo (Canapat), Carlos Sánchez de la Peña, informó que luego de ''consultar'' a la dirigencia del organismo que representa ''y a los trabajadores'', decidieron que su candidato es Labastida, y dejó claro que ni Roberto Madrazo ni Manuel Bartlett gozarán de la misma garantía; ''ellos van a tener que pagar'', aunque reconoció que puede haber alguno dentro de la Canapat que tenga un candidato ''distinto del de la mayoría'' y que eventualmente decidiera apoyar a otro aspirante.

Sánchez de la Peña informó que estarán a disposición de Labastida Ochoa ''los vehículos que requiera'' durante esta campaña, pero cuando habló de camiones de lujo, ''de los que cuestan 200 mil dólares'', el aspirante priísta se apresuró a corregir: dijo que no usará ese tipo de vehículos, sino los comunes, en los que se transporta 80 por ciento de los mexicanos que utilizan este servicio. ''Quiero viajar como ellos'', aseguró.

ƑA qué compromete este ofrecimiento? ƑA qué amarra a Labastida? ƑQué piden a cambio?, se le preguntó al empresario y se le recordó que otros transportistas que hicieron la misma oferta a otros candidatos terminaron con un escaño o una curul en la legislatura correspondiente.

''šA nada! --respondió el empresario, sorprendido por la pregunta--. šA nada! Desde hace diez años la Canapat no ha tenido ninguna posición política; hemos trabajado con los funcionarios; queremos que (Labastida) conozca las carencias, la inseguridad'', dijo para tratar de enmendarse.

Atento a la dificultad que el empresario --amigo de Labastida desde que éste trabajaba en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes-- tenía para responder, el aspirante a la candidatura priísta salió al paso y aseguró que no se trata de perseguir un interés individual o de grupo, sino público; ''se trata de que la gente esté mejor. Cuando uno identifica objetivos podemos trabajar juntos para ver cómo ofrecemos algo mejor a la gente'', dijo.

Interrogado a su vez sobre los señalamientos de otros precandidatos acerca de que se ha beneficiado de la tradicional cargada, Labastida aseguró que ''no hay ninguna cargada'', sino que resulta ''lógico y natural'' que las personas se manifiesten por quien sienten más simpatía.

Lo que se debe tener presente, advirtió, es que el sistema priísta de elección cambió, y ahora van a ser millones de mexicanos los que decidan quién los va a representar en las elecciones presidenciales del 2000, ''y se llega al triunfo sólo por la fuerza de la gente y de las organizaciones''.

Fue en este momento cuando se refirió a las aportaciones para su campaña, recursos que planea obtener ''de una base social amplia de mexicanos'' a través de donaciones de ''entre 500 y mil pesos''. Anunció que organizará cenas y comidas y que convocará a reuniones para tal fin.

--ƑNo teme que se utilice este financiamiento para lavar dinero? --le preguntó un periodista cuando Labastida se había levantado de su silla para dar fin a la conferencia de prensa y dirigirse a su oficina.

--ƑNo le parece un poco ilógica la pregunta? --respondió divertido--. Estamos hablando de aportaciones de 500 o mil pesos, Ƒno le parece ilógico?