n Esta riqueza no es propiedad del instituto, afirma María Teresa Franco


Un mito, que el INAH puede evitar la destrucción del patrimonio cultural

n Es necesario modificar la ley vigente o crear otra para actualizar el contexto normativo, sugiere

Renato Ravelo n Es un mito considerar que el Instituto Nacional de Antropología e Historia, con su capacidad institucional, puede impedir la destrucción del patrimonio cultural del país, asegura María Teresa Franco, y agrega:

''El instituto es maduro, con enorme experiencia, pero debe dar el salto cualitativo y asumir el compromiso con una sociedad que avanza en una democratización que significa participación."

El patrimonio cultural no es propiedad del INAH, dice Franco, en referencia a otro de los mitos vigentes: ''Entre otras de las fantasías que circulan, entre quienes trabajan en la institución, está la de creer que los agentes externos -sea que se presenten como gobiernos estatales o asociaciones- son potencialmente destructivos y en extremo ignorantes".

La directora del INAH habla -en entrevista exclusiva- sobre esa mitología que entorpece el avance de lo que ella considera un proceso inaplazable: ''El cambio de la legislación en torno de la protección del patrimonio cultural. Existe otro mito que dice que lo único que se necesita es aplicar bien la ley de 1972; yo le puedo dar una extensa lista de casos en los que ha demostrado su limitación jurídica, hasta el punto que se encuentra amenazada por amparos que pueden llevar a que la abroguen".

Luego de su reunión de intercambio de documentos con los trabajadores: los técnicos y manuales, los investigadores, ''y los de la nueva delegación de arquitectura", se realiza la entrevista, por lo que la primera cuestión es sobre las posibilidades de avance de la iniciativa de Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación entre la comunidad del INAH.

''Déjeme decirle que es un proceso complejo que requiere de muchísima reflexión, donde las posiciones son bastante diversas y en el que, a mi juicio, debemos buscar ciertos consensos.

''Creo que el planteamiento ampliamente aceptado y que parece claro es que hay la necesidad de actualizar el contexto legal, sea mediante la propuesta que se analiza o con una actualización de la ley federal vigente."

-Antes de seguir adelante, usted habla de la delegación de arquitectura como un hecho. Se dice que las autoridades están detrás de esta disidencia sindical, Ƒhasta qué punto así sucede?

-Le puedo decir que el instituto no tiene ninguna participación en la vida interna del sindicato. El conflicto que derivó en la constitución de una delegación sindical tiene varios años de ser público. Se agudizó desde hace más de un año y culminó con la creación de esta delegación. Se trata de conflictos internos bastante profundos y, sobre las razones que cerraron las puertas del diálogo entre las partes, compete a los actores dar la explicación.

Concurrencia de los sectores sociales

En un documento que las autoridades del INAH entregaron a las partes sindicales, sobre la iniciativa proveniente de la Cámara de Senadores, se destacan los puntos de coincidencia con esa propuesta legislativa. Para empezar, se señala que ''la formulación de una ley general atiende a las demandas de una mayor participación de los gobiernos estatales y municipales, así como de la sociedad en la protección del patrimonio cultural".

Teresa Franco asegura: ''En el proceso de democratización del país se incluyen las legítimas demandas de participación. El INAH no puede hacer un acto de omisión de los gobiernos de los estados.

''El mito de que la conservación de la riqueza patrimonial es exclusiva del sector educativo y cultural quedó rebasado. Esta tarea compete a muchas más políticas públicas."

-Se teme por la tendencia privatizadora de la iniciativa, Ƒeso forma parte del nuevo INAH?

-Hay quien afirma que en la redacción del artículo 29 hay una posibilidad de privatización. Mi impresión y la de varios juristas es que no tiene una tendencia en ese sentido. Sí hay un patrimonio privado que debe protegerse, es importante reconocerlo. También creemos que deben participar todos los sectores sociales, lo cual debe favorecer la generación de mejores instrumentos en favor de la conservación del patrimonio: que en las políticas de desarrollo el patrimonio se tenga presente.

-ƑEn la discusión se tomará en cuenta la posición crítica de los sindicalizados?

-Habría que preguntar hasta qué punto la academia, la investigación científica está representada en las dirigencias sindicales. Creo que hay una distancia considerable entre lo que es la producción intelectual, técnico-científica, que siempre tiene niveles de libertad y autonomía, y lo que por otro lado es el pensamiento y las posiciones de carácter sindical que son corporativas.

-ƑCuáles son los aspectos que modificaría de la iniciativa?

-Creo que debe quedar muy claro que en la propuesta de un sistema nacional de patrimonio cultural debe establecerse, sin posibilidad de equívoco, que la normatividad y las disposiciones técnicas que den sustento al sistema deberán ser emitidas por el INAH.

-ƑQué tanto estuvo atrás la directora del INAH en la elaboración de esta iniciativa?

-Creo que en la iniciativa veo varias de las ideas que he manifestado de manera pública en distintas ocasiones, así como he visto las ideas de otros actores políticos y sociales.

-Cuando hablamos del amparo que le dieron a los demandantes de Cuicuilco, le planteé que estaban tratando al INAH como adulto, cuando las atribuciones que se le habían conferido eran de adolescente, Ƒesta iniciativa de ley contempla la madurez del INAH?

-Creo que el instituto es maduro, tiene enorme experiencia y acervo de conocimientos, pero le hace falta dar el salto cualitativo, asumir su compromiso con una sociedad en profundo cambio. La actuación del INAH ha sido endogámica, ahora debe ser rector de lo que se haga con el patrimonio, pero en relación con el resto de las fuerzas de la sociedad. El INAH va a tener que romper con mucha de su mitología.

-ƑCómo cuál?

-Entre otras, la fantasía de que los agentes externos que se presenten bajo la forma de gobiernos o asociaciones son potencialmente destructivos del patrimonio cultural e ignorantes. Tenemos que renovar la convicción que se expresó en la exposición de motivos del INAH, según la cual sólo la sociedad, en la concurrencia de los tres niveles, puede lograr la conservación del mismo.

Enorme responsabilidad social

-Pero la actuación del INAH ha sido históricamente reconocida como protectora del patrimonio...

-Como en la historia del instituto se tiene esa nobilísima parte, de lo que como organismo hemos preservado, existe una especie de mito que impide aceptar que nuestra capacidad institucional no puede evitar la destrucción del patrimonio y no se ha podido ejercer cabalmente esa función asesora.

''Tenemos que reconocer los límites de nuestra fuerza, admitir que el patrimonio es de todos los mexicanos y no propiedad del INAH, por lo que la responsabilidad social es enorme.''

-ƑQué otro mito reconoce en este sistema de creencias generalizadas?

-Hay una mitología que considera al patrimonio como una ''riqueza dada" y no visualiza su acrecentamiento. Hay una auténtica satanización de la iniciativa privada y ello lleva a mitificar al coleccionismo como algo inherente al tráfico de piezas y al saqueo y no verlo como una legítima actividad para integrar grandes acervos nacionales.

''Existe un patrimonio cultural privado y eso debe reconocerse. Hay también la posibilidad de ampliarlo con la riqueza indumentaria, gastronómica. Existe la concepción de que el patrimonio para ser de la nación tiene que estar estatizado. Esa apreciación obliga a una discusión seria.''

-Si desaparece el mito de un INAH protector, Ƒqué queda?

-Parte de esa mitología impide ver con claridad los retos: hay que aceptar que en 60 años de existencia, con una actividad relevante, no hemos podido crear instrumentos básicos como el registro nacional de zonas y monumentos. Es evidente que no lo vamos a hacer solos y que requerimos de todos los recursos del país. Ocultar, por ejemplo, la información del atlas arqueológico con objeto de que no saqueen los sitios, no es la mejor manera de corresponsabilizar a la sociedad.

''Los arqueólogos dicen que hay 200 mil sitios arqueológicos, y se tiene el registro de 27 mil. Se requiere de la participación de la sociedad para cuidarlos. Sin demeritar el valor de la ley del 72, que fue pionera, ésta ya no es vigente.''