n La justicia militar debe ser adecuada, pero sin perder sus objetivos, dice


No politizar discusión sobre el fuero de guerra: Macedo

Jesús Aranda n El procurador general de Justicia Militar, general Rafael Macedo de la Concha, advirtió ayer sobre el riesgo de que se "politice" la discusión acerca de la vigencia del "fuero de guerra", y precisó que la legislación militar debe ser adecuada, pero sin perder sus objetivos de garantizar la disciplina, la seguridad y la excelencia de las fuerzas armadas. Al mismo tiempo, el militar rechazó que en el interior del Ejército se solape la impunidad por corrupción o por la violación a los derechos humanos, al afirmar que, cuando se detecta algún ilícito, "procedemos de manera enérgica y ejemplar".

Al clausurar ayer el congreso nacional Fuero de Guerra, su Constitucionalidad, que durante seis días reunió a especialistas militares y civiles en la materia, Macedo de la Concha dijo, por otra parte, que la participación del Ejército en el combate al narcotráfico "no debe ser permanente" sino que se ha de mantener en tanto se fortalecen y se profesionalizan los cuerpos policiacos.

A pesar de que el Ejército participa activamente en el "sellamiento" de las fronteras para combatir el tráfico de drogas, y creó recientemente un grupo anbifio para el mismo fin, el general aceptó que cuanto mayor es la participación de los soldados en este rubro, más crece el riesgo de que algunos elementos se aparten de la ley. Posteriormente, en entrevista, Macedo aseguró que cada vez es menor el número de efectivos que están involucrados en actos de corrupción, y aseguró que "en ningún momento, los militares que se apartaron de los valores que nos formaron en el Ejército" que se corrompieron ("que han sido los menos") han dañado la imagen del Ejército; al contrario, "ésta se conserva muy en alto y con plena convicción de combatir este cáncer social".

Paralelamente, en su intervención ante militares y civiles especialistas en derecho, justificó la participación del Ejército en la lucha contra el narcotráfico, al decir que es válido utilizar la fuerza del Estado en contra de quienes envenenan la salud de jóvenes y niños, y que, además, atentan contra la seguridad nacional.

Ante los señalamientos de parte de dirigentes de la oposición y miembros de organizaciones no gubernamentales, en el sentido de que los soldados violan los derechos humanos de la población civil, el procurador castrense aseveró que en las fuerzas armadas no se tolera la impunidad, aunque enfatizó que tampoco aceptará "calumnias, y que se llegue a la difamación" sobre la actuación de los soldados. Y eso, subrayó, lo defenderemos ante las instancias nacionales e internacionales correspondientes.

En este contexto, admitió su preocupación por la corriente internacional que supedita las leyes nacionales a los acuerdos internaciones -que se da en naciones latinoamericanas y europeas-. "Soy partidario -dijo- de la supremacía constitucional, porque sería preocupante que esos preceptos jurídicos se adoptaran en México, ya que se vulneraría el derecho interno ante los acuerdos y convenciones internacionales que suscriba nuestro país.

Sin mencionar directamente el caso del general José Francisco Gallardo, comentó que es preocupante el hecho de que organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, emitan recomendaciones, a pesar de que no se hayan concluido los procesos penales interno correspondientes.

Ante el embate de "organizaciones internacionales" en contra del Ejército Mexicano -al que acusan de violar los derechos humanos-, el general Macedo expresó que la mejor manera de defenderse es a través de la consolidación del sistema jurídico, "dándole fuerza al texto constitucional", aunque dejó en claro el riesgo de que cualquier reforma al fuero de guerra sea politizada por grupos o partidos políticos.

Luego de fundamentar en el artículo 13 constitucional la legalidad del fuero de guerra, y la necesidad de que éste se mantenga en sus actuales condiciones, el militar rechazó que en el Ejército se dé una "justicia de mando", al afirmar que los tribunales castrenses son autónomos e independientes.

Tampoco es cierto, dijo, que los altos mandos del Ejército -o él, en su caso- instruyan a los jueces militares para que fallen en uno u otro sentido, porque eso sería ilegal y "aberrante".

Asimismo, abundó, en clara alusión al movimiento militar disidente que en diciembre pasado demandó la desaparición del fuero de guerra: "La disciplina militar no atenta contra la dignidad ni la entereza de los militares".

Añadió que en el Ejército no se castiga la libertad de expresión, sino que se castigan conductas que atentan contra la seguridad de la propia institución.

En este contexto, destacó la garantía de audiencia de los procesados por la justicia castrense, y el que existan dos instancias en el fuero de guerra para que los acusados prueben su inocencia. Además del derecho que tienen los acusados de acudir al juicio de amparo, durante o al final del proceso en su contra.

Al respecto, comentó que no ha lugar decir que en los tribunales militares se violenta la ley, no sólo por la transparencia de sus procedimientos, sino porque, al llegar los asuntos al fuero federal, cualquier acusación infundada sería revocada por las autoridades civiles.

De ser ciertas las críticas en contra de la justicia castrense, "tendríamos muchos cómplices en su interpretación y su aplicación", dijo en tono sarcástico, antes de negar nuevamente que la justicia en ese ámbito se ejerza por consigna.

Macedo insistió en que el código de justicia militar se diferencia del código civil en que, para las fuerzas armadas, el mantenimiento de la disciplina y la obediencia es fundamental y que cualquier transgresión a los mismos debe ser castigada ejemplarmente, porque está en juego la propia estructura de la institución.

Por ejemplo, comentó, en el medio civil no se castiga la cobardía, ni la embriaguez en público -salvo de manera administrativa-, pero en las fuerzas armadas no hay lugar a ese tipo de conductas.

La justicia castrense tampoco reconoce los derechos colectivos, porque "imagínense que los soldados dejaran de trabajar, hicieran un paro o manifestaran que no tienen ganas de trabajar o que van a la huelga. Eso en el Ejército es inadmisible", puntualizó

En ese sentido, justificó plenamente el que los consejos de guerra sean integrados únicamente por militares, ya que un abogado civil no está en condiciones de valorar lo que representa el que un vigía se quede dormido o que abandone su puesto. Además, insistió, el procedimiento incluye la presencia de un juez militar que le da sustento legal a las decisiones que adopte el consejo de guerra.

Ya en la entrevista, el general se refirió, por otra parte, al caso del teniente coronel Hildegardo Bacilio, quien intentó suicidarse la semana pasada en el penal militar de Mazatlán. Indicó que éste se encuentra en buenas condiciones físicas y que se atiende ya la petición de sus familiares para que sea sometido a estudios psiquiátricos. En todo, afirmó, es procedente la petición de que sea trasladado a un hospital para que sea atendido, aunque acotó que será el juez de la causa el que resuelva si se concede su traslado o no.