n Terminaron tres décadas de inmovilización y férreo control sindical
Miles de miembros del SUTERM protestaron por la apertura eléctrica
n Llegaron de todo el país para marchar en contra de las reformas a los artículos 27 y 28 constitucionales
Elizabeth Velasco C. n La voz de miles de integrantes del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) abrió ayer una grieta en el monolítico y vertical feudo de Leonardo Rodríguez Alcaine. Después de más de tres décadas de inmovilización y férreo control, miles rompieron el cerco y de los cuatro puntos cardinales del país llegaron a esta ciudad para -desde el Angel de la Independencia hasta el Palacio Legislativo de San Lázaro- hacerse escuchar de viva voz y decir: ''No a la privatización de la industria eléctrica''.
Unas cuarenta secciones del sindicato, más de tres mil trabajadores -seis mil, a decir de los electricistas-, decenas de pancartas y una sola voluntad para exigir la destitución de Rodríguez Alcaine -a quien José López Portillo bautizara como La Güera-, su líder, que desairó la demanda de los electricistas de encabezar lo que llamaron una ''jornada histórica de todo México en defensa de la soberanía nacional''.
Igual que aquellas de la década de los sesenta, que encabezaran Rafael Galván, de la Tendencia Democrática del SUTERM, y luego Francisco Pérez Ríos, ''auténtico líder al que La Güera le cargaba el portafolios'', evocaron los jubilados.
''Güera Ƒdónde estás? šO te unes o te vas!'', una de las consignas
De entonces a ahora, el hartazgo ''por el centralismo y verticalismo'' de un líder impugnado por su ''complicidad'' con el gobierno federal. ''Güera Ƒdónde estás? šO te unes o te vas!'', coreaban en medio de sonora rechifla con maternal dedicatoria, extensiva más de una vez al secretario de Energía, Luis Téllez.
Al también líder ''traidor'', que entre goyas pidieron enviar a Almoloya, le exigieron convocar a un congreso nacional extraordinario para que se escuche el sentir del SUTERM, ''porque no es verdad que estemos de acuerdo con la privatización'' de la industria eléctrica.
La columna de manifestantes se empezó a formar a las 9 de la mañana de este sábado frente al Angel de la Independencia. Llegaron en decenas de camiones desde el valle de México, Tula, Hidalgo; Guaymas, Sonora; Guasave, Sinaloa; San Cristóbal de las Casas, Comitán y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Rosarito, Baja California; Tuxpan y Jalapa, Veracruz; Pinotepa e Istmo de Tehuantepec, Oaxaca; Guadalajara, Jalisco; Salamanca, Guanajuato; Villa Hermosa, Tabasco; Campeche, Campeche, y más. No faltaron los jubilados. ''Aquí están los electricistas del norte, sur, este y oeste del país'', exclamaban satisfechos.
En la descubierta, los integrantes de la coordinadora nacional de las secciones sindicales del SUTERM dirigían el contingente que, en un momento de la manifestación, ocupó tres bloques de Paseo de la Reforma. Desde el Angel hasta la estatua de Cuauhtémoc.
''šNo somos uno, no somos cien, Güera Rodríguez cuéntanos bien!'', coreaban, al tiempo que levantaban pancartas y mantas con mensajes al ''doctor Ernesto Zedillo'' y al secretario de Energía, Luis Téllez: ''No a la imposición autoritaria del gobierno federal; no a la privatización de la industria eléctrica; los bienes de la patria no se venden''.
La manifestación, decían, es ''simbólica''. Una ''pequeña demostración'' del descontento que priva en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el intento oficial de modificar los artículos 27 y 28 constitucionales y la actitud ''complaciente'' de su líder.
A la marcha se unieron pequeños contingentes de maestros de Oaxaca, ferrocarrileros, representantes de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y la simpatía de los transeúntes.
A su paso por el Senado de la República, en la vieja casona de Xicoténcatl, los electricistas hicieron un descanso y un ''mitin relámpago''. Era mediodía y un sol plomizo caía inclemente sobre la masa trabajadora.
Turistas extranjeros los miraban fascinados. Y es que la Plaza Tolsá quedó atiborrada de hombres y mujeres enfundados en uniformes caqui que, al calor del discurso de sus líderes, gritaban al unísono ''fueeeras'' al dirigente sindical que identificaban como su adversario y el aliado de un gobierno que mereció rechiflas e impugnaciones.
''A más de 150 años reencarna en la presidencia Antonio López de Santa Anna, por querer vender el patrimonio de la nación. ƑSe va a permitir que se venda a los intereses extranjeros una industria que ha sido construida por todos los trabajadores?'', preguntaron. ''šNoooo!'', respondían.
''ƑCuándo los empresarios han respondido a los intereses del pueblo y de la soberanía? šNuuunca!''.
Pero había más: ''La CFE es una de las diez mejores industrias a nivel mundial, por eso estamos aquí, en pie de lucha... šPorque la industria eléctrica es propiedad de la nación, no de los gobernantes!'', manifestaron José Luis Rivera, líder de la sección 104 de Guaymas; Juan Gasca Ricaña, de la sección 89 de Pinotepa Nacional; Héctor Lorenzo Hernández, de la 55 de Tuxpan, y Armando Arriaga, en representación de los jubilados.
Una CFE autónoma, la demanda
Sus voces, acalladas durante décadas, también retumbaron frente al Palacio Legislativo de San Lázaro, para exigir a Ernesto Zedillo ''que cumpla el mandato de la nación de velar y defender la soberanía, como juró cuando rindió protesta como Presidente''.
Primero en el Senado y luego en la Cámara de Diputados, los trabajadores electricistas exigieron la creación de una Comisión Federal de Electricidad autónoma, económica y administrativamente, que se mantenga bajo la supervisión del Congreso de la Unión para que éste sea responsable de complementar sus requerimientos de inversión y diversificar sus fuentes de financiamiento al menor costo posible; que ''la inversión privada sea autorizada únicamente para financiar nuevas instalaciones que, adicionalmente a las nuevas inversiones de la comisión federal, mejoren la capacidad eléctrica instalada y que ningún activo sea enajenado''.
En sendas cartas, demandaron a los legisladores ''atender los intereses del país y el sentir del pueblo mexicano que, desde muchos rincones de la patria, ha dicho como nosotros ahora, no a las reformas de los artículos 27 y 28 constitucionales''.
Al filo de las 15 horas, poco antes de concluir la manifestación, los electricistas que se manifestaron para ''enriquecer el amplio debate al que fuimos convocados por el Presidente'', anticiparon que volverán muchos más cuando inicie el periodo extraordinario de sesiones, el 31 de mayo próximo, ''porque ésta sólo es una marcha simbólica''.
Además, no descartaron una ''fractura'' en el SUTERM y una alianza con el Sindicato Mexicano de Electricistas, si el dirigente Leonardo Rodríguez Alcaine se niega a encabezar esta lucha contra las privatizaciones que, dijeron, ''es de todos y unifica a los mexicanos''.
Finalmente, anunciaron la realización de un foro los días 26 y 27 de junio próximo, en Tapachula, Chiapas, en donde electricistas e integrantes del Consejo General de Huelga de la UNAM, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y de diversos gremios vinculados con la salud, la educación y el sector eléctrico definirán una estrategia ''para contrarrestar los embates de la política neoliberal''.