Ayer se estrenó en México su película Celebrity; actúan Leonardo Di Caprio y Winona Ryder
Como famoso no tengo gracia: Woody Allen
En Celebrity, Allen se ocupa de la fama, una presencia constante en su vida que se incrementó notablemente algunos años atrás, cuando su escandalosa separación de Mia Farrow y su romance con la hija de ésta, Song-Yi lo pusieron en la tapa de todas las revistas del mundo. Filmada totalmente en blanco y negro y sin que Woody aparezca frente a las cámaras, el filme cuenta la historia de un periodista de espectáculos (Kenneth Branagh), cuya ex mujer (Judy Davis) de pronto se ha transformado en una celebridad televisiva. En el extensísimo elenco se destaca Leonardo Di Caprio, encarnando a un actor famoso que destroza cuartos de hotel "a la Johnny Depp" y otros nombres pesados como Winona Ryder, Melanie Griffith, Charlize Theron, Joe Mantegna, Hank Azaria y Famke Janssen.
--ƑCómo se lleva usted con su propia fama?
--Todavía me siento incómodo con este tema. Cuando recién empezaba como comediante, me encontré con gente que manejaba lo de la fama de mil diferentes maneras. Había comediantes que se sentían muy a gusto con la atención de los demás, que eran capaces de meterse en un enorme salón en Las Vegas con mil personas jugando y hacer algo como para llamar la atención de todo el mundo y armar allí mismo un show. Yo siempre estuve en la orilla opuesta, siempre fui un hombre muy tímido, quizás porque poco a poco me fui convirtiendo de comediante en guionista, que es un trabajo mucho más aislado que el de comediante. Siempre me sentí un guionista. Por eso todo lo que está vinculado con la fama, como el reconocimiento constante y que me estén pidiendo autógrafos todo el tiempo me resulta muy incómodo y molesto. Es algo que no puedo llevar muy bien. Como famoso no tengo gracia. No puedo negar que la fama te abre un millón de puertas y te hace la vida más fácil de muchas maneras, pero emocionalmente siempre me he llevado muy mal con ella.
--ƑPor qué otra vez ha filmado en blanco y negro?
--ƑY por qué no? Queda muy bien. Y muchas de las películas que me gustan son en blanco y negro. Es una de las elecciones que puede hacer un director cuando decide hacer una película. Es una de las opciones que están en tu arsenal, por eso de vez en cuando me gusta hacer una película en blanco y negro, particularmente si está ambientada en Nueva York. Es que esta ciudad queda muy bien en tonos grises y a mí me resulta muy familiar, probablemente por haber crecido leyendo los periódicos neoyorquinos que siempre venían en blanco y negro.
--ƑEs más barato?
--No, para nada. A decir verdad es mucho más complicado porque no todos los laboratorios de cine trabajan con blanco y negro. Siempre termina siendo un dolor de cabeza e invariablemente me arrepiento. Luego digo que no voy a volverlo a hacer nunca más, y pasan cuatro o cinco películas hasta que me olvido y vuelvo a reincidir.
--ƑCómo logró contratar a Leonardo Di Caprio?
--Yo lo vi en Marvin's Room, porque Diane Keaton, que es muy cercana a mí, trabajaba en esa película y lógicamente la fui a ver. Le dije que Leonardo me había parecido maravilloso como actor. Ella me dijo que era una persona muy agradable y un excelente actor. Cuando me senté a elegir el elenco para mi próxima película tenía varios candidatos para el papel, pero terminé dándoselo a él. Titanic todavía no se había estrenado. Tal vez eso haya tenido algo que ver en que Leonardo me haya dicho que sí...
--Todos los personajes en Celebrity son seres grises, complicados. ƑDe dónde saca esa mezcla de humor y depresión que está siempre en sus películas?
--Alguien dijo alguna vez que yo era un comediante con ciertos toques de melancolía callejera. Es posible que tuviera razón, pero no puedo darme cuenta de que es así, porque básicamente yo me siento en un cuarto a pensar en la historia que quiero crear y no pienso en esos términos. Cuando luego me pongo a mirar lo que he creado, descubro una cualidad meláncolica en mis personajes, que es de lo que creo que estás hablando. Creo que es algo que está dentro mío. Es como mi amor por Nueva York. Forma parte de mí y surge naturalmente en mis películas. Es cierta característica depresiva que seguramente tienen otros comediantes, pero o la ocultan o no es tan fuerte como la mía. Creo que en este caso es parte de mi personalidad.
--ƑLe gustaría poder filmar como lo hacía Stanley Kubrick, que se pasó más de un año haciendo su última película?
--Por supuesto. Si yo tuviera el dinero supongo que me daría ese lujo. Cuando trabajé September tuve que filmarla dos veces.
La filmé, la edité, la miré y la tiré. Hice toda la película otra vez. El impulso del director siempre es el mismo. Si me dieran 50 millones de dólares para hacer una película yo podría aprovecharlos muy bien. Volvería a filmar las escenas que no me terminan de convencer; haría experimentos. Uno puede gastar todo lo que te den, y como eso los productores y los estudios también lo saben, siempre te dan un poco menos de lo que realmente necesitas para hacer tu película. Eso es algo muy interesante. Como director, siempre estás luchando para que te alcance el dinero. Si me dieran 400 millones de dólares, me los gastaría. Sería un lujo que disfrutaría muchísimo.
--ƑEncontró una nueva carrera en Antz como voz de un dibujo animado?
--Eso fue algo que hice estrictamente como un favor a Jerry Katzemberg, uno de los dueños de Dreamworks, a quien conozco desde hace años y siempre ha sido muy gentil conmigo.
--ƑFue el trabajo más fácil de su vida?
--No, no lo fue. Fue mucho trabajo, porque yo estoy acostumbrado a hacer sólo una toma de cada e scena. En Antz me hicieron leer cada frase de una manera diferente, cualquier cantidad de veces. Porque ellos necesitan los diálogos para poder animarlos después. Por lo tanto, necesitan muchas variantes de cada diálogo. Fue un trabajo muy aburrido... No quisiera decir que Jerry me mintió, pero sí que supo por dónde atraparme...
--ƑNo llevaría a sus hijos a verla?
--Solamente si mi hijo me insistiera muchísimo, porque como regla no veo las películas que hago como actor. Yo trabajé en una película que se llama Scenes from the mall, con Bette Midler, pero nunca la quise ver, hasta el día de hoy. Es que es casi imposible que te gustes cuando te ves en una pantalla grande. Verte en una pantalla es como oír tu voz en un grabador.
--ƑY cómo hace cuando está editando una de sus propias películas en donde usted es el protagonista?
--Me lo aguanto. No me gusta, pero tengo que verme, porque tengo que editar la película. Pero no necesito volverla a ver una vez que la película está terminada. Una vez escuché que Richard Burton decía algo por el estilo. Me llamó mucho la atención que un hombre tan apuesto como él tuviera el mismo problema que yo. Pero cuando comencé a hacer películas me di cuenta por qué lo había dicho.
--ƑCree que alguna vez va a ir a la ceremonia de los Oscares?
--No, pero no voy a ir simplemente por una razón. La ceremonia se hace a 5 mil kilómetros de aquí y no me gusta volar. Prefiero quedarme en casa. Además no disfruto lo de estar en ceremonias de ese tipo. Mucha gente me ha comentado que llegar hasta la puerta del auditorio es todo un problema, y conseguir que te traigan tu auto cuando termina es un infierno. No es algo disfrutable para mí. Prefiero verlo en mi casa.
--ƑCuál es el significado que tienen los Oscares para usted?
--Tengo que ser cuidadoso con lo que digo. No quiero ser frío con los que me han honrado tantas veces. Pero la verdad es que el placer para mí está en hacer mis películas. Una vez que termino con mis proyectos, si le gusta o no a la gente, si me dan premios o no, no es algo que me importe demasiado. No quiero ser un ogro ni escupirle un ojo de la cara a alguien que me quiere dar un premio. En cambio mis padres, que son muy ancianos, si realmente los disfrutan, y por eso se los doy a ellos.