n Detalla plagios, torturas y asesinatos en los 80
Dan a conocer en EU archivos secretos del ejército guatemalteco
Ap, Afp y Reuters, Washington, 20 de mayo n Grupos defensores de los derechos humanos dieron hoy a conocer aquí archivos secretos del ejército guatemalteco que registran actividades de un escuadrón de la muerte en la década pasada, que incluye secuestros, torturas y la lista de 182 hombres y mujeres con nombre, seudónimo, fotografía, actividades y fecha de captura, y revela que cien de ellos fueron asesinados.
"Este documento estremecedor es un informe de productividad realizado por un escuadrón de la muerte, un relato tomado de los archivos secretos del aparato asesino de Guatemala", dijo Kate Doyle, directora del Proyecto Guatemala del Archivo de Seguridad Nacional, instituto privado de investigación sobre derechos humanos.
Al exhibir el cuaderno de 53 páginas en una reunión de prensa, Doyle dijo que fue sacado de contrabando de una oficina del ejército por un militar, pero no dio detalles.
Hugh Byrne, de la Oficina de Washington para Latinoamérica, señaló que la difusión del documento es importante "para lograr justicia en los casos en que se sos- pechaba de militares o paramilitares".
Los investigadores que estudiaron el documento, filtrado la víspera a diarios guatemaltecos, afirman que se trata de un registro de actividades en la década de los 80 de una unidad secreta que secuestraba, torturaba y ejecutaba a opositores o sospechosos de participar en la guerrilla.
Anna Manel, representante de Human Rights Watch, reclamó al gobierno estadunidense el establecimiento de "una Comisión de la Verdad para esclarecer responsabilidad sobre el apoyo de Washington a la política represiva guatemalteca".
Por lo pronto, Mike Hammer, portavoz de la Casa Blanca, exhortó a las autoridades guatemaltecas a proteger a toda persona asociada con la filtración del legajo militar, y dijo que no hay motivos para creer que el cuaderno sea falso.
Bajo los códigos "300" y "se lo llevó Pancho", en el cuaderno se consignan los casos de asesinato extrajudicial, mientras que la leyenda "entregados a D.1" se refiere a personas remitidas a la Dirección de Inteligencia del ejército.
En Guatemala, el presidente Alvaro Arzú declaró no tener conocimiento del documento, pero afirmó que cualquier persona que tenga conocimiento sobre algún delito "debe llevarlo a los tribunales, los que se encargarán de seguir el proceso", mientras que la portavoz del ejército, Edith Vargas, dijo que la institución pedirá el documento para analizarlo "y llegado el momento dará a conocer una respuesta".
La Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos emplazó a Arzú, como comandante general de las fuerzas armadas, a hacer que el ejército divulgue documentos secretos sobre el asesinato de opositores durante el pasado conflicto armado.
"Que nos digan en qué fosa común, en qué cementerio clandestino están sus huesos para sepultarlo --pidió llorando Aura Farfán, cuyo hermano, estudiante de pedagogía, fue secuestrado en 1984--. Siempre nos decían que que los nombres de nuestros familiares eran falsos, pero ahora están allí (en la lista), están muertos".
Manuel Zalanic, de 66 años, contó a su vez que su hijo del mismo nombre fue secuestrado también en 1984 por las fuerzas de seguridad, pero "nunca me dieron respuesta. Busqué en la morgue y en los hospitales; 'tal vez sufrió un accidente y ahí está', me decían".
La Comisión de Esclarecimiento Histórico, patrocinada por Naciones Unidas, concluyó en su informe final, en febrero pasado, que el conflicto armado de 36 años en Guatemala, que culminó con los acuerdos de paz de 1996, dejó 200 mil muertos y desaparecidos, de los cuales 93 por ciento fue atribuido al ejército.