n Esperará a que Ernesto Zedillo regrese de su gira por Estados Unidos


Labastida dejará Gobernación para contender por la candidatura del PRI

n ''Quiero ser presidente porque amo profundamente a México'' n Las reglas del tricolor, ''equitativas''

José Gil Olmos n Francisco Labastida Ochoa anunció ayer que contenderá por la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República. Ante centenares de simpatizantes, pidió a los otros precandidatos mantener la unidad y a sus seguidores dentro del tricolor respetar las reglas de competencia para fortalecer el proceso electoral y no crear divisiones.

Asimismo, anunció que renunciará a la Secretaría de Gobernación tan pronto como el presidente Ernesto Zedillo regrese de su gira por Estados Unidos, el próximo jueves. Mientras tanto, aseguró, seguirá desempeñando su cargo ''hasta el límite'' de su capacidad.

Ante las cámaras de televisión que trasmitieron el acto, agradeció a Zedillo la oportunidad de colaborar en el gabinete, ''de trabajar junto a él, junto al estadista que ha promovido los cambios que nos permiten, como país, ser más democráticos y tener una sólida base económica para lograr un desarrollo más justo, sobre todo para los que menos tienen''.

Labastida dijo haber tomado la decisión más importante de su vida para poner al servicio del país ''la experiencia y conocimiento que he desarrollado durante toda mi vida de trabajo''.

''Quiero ser presidente de la República porque amo profundamente a México y deseo un futuro mejor para el país, y porque estoy convencido y apoyo los valores de justicia social y de igualdad de oportunidades que enarbola nuestro instituto político'', declaró ayer por la tarde ante decenas de reporteros nacionales y extranjeros reunidos en el salón Fiesta del hotel Fiesta Americana, ubicado cerca de la Secretaría de Gobernación.

El político sinaloense sostuvo que luego de haber estudiado con detenimiento las reglas de competencia por la candidatura del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia había decidido renunciar a su cargo en Gobernación pues dichas reglas ''son claras y equitativas'' y un ''magnífico instrumento para fortalecer la democracia interna en el PRI''.

Felicitó al dirigente nacional priísta, José Antonio González Fernández, y a la secretaria general de ese partido, Dulce María Sauri Riancho, ''por su sensibilidad política, así como por el trabajo realizado para crear un nuevo PRI, ligado indisolublemente a la democracia''.

Consideró que las nuevas reglas de competencia son ''el cambio más profundo y trascendente'' en toda la vida del PRI y pronosticó una ''lucha por la democracia, pero también por la unidad y la fortaleza del partido''.

Insistió en la importancia de no fracturar al PRI en las elecciones primarias a efectuarse el 7 de noviembre. ''Confío en que todos sabremos respetar el triunfo de quien encabece al priísmo en la difícil lucha electoral del próximo año, donde unidos, siempre unidos, sabremos seguir siendo la mejor opción para las mexicanas y mexicanos'', dijo.

Labastida citó los cargos que ha ocupado: gobernador de Sinaloa, embajador en Portugal, secretario de Energía, de Agricultura y de Gobernación. Dijo haberse desempeñado ''con honradez, poniendo toda mi capacidad al servicio de mi país''.

Luego expuso las razones por las cuales aspira a ser el próximo Presidente de la República: llevar al país a un mejor nivel de vida, con más empleos, educación, cultura, deporte, esparcimiento, mejores servicios y para ofrecer mejores condiciones de seguridad.

''Quiero que podamos hablar no sólo de la grandeza de nuestro pasado, sino de un futuro con grandeza. Quiero que el siglo XXI sea el siglo de México'', remató el sinaloense, quien registrará su candidatura después del 16 de junio.


n Porras, aplausos, vivas y un mariachi que pasó de El sinaloense a El rey


Un día después de la democratización, la cargada

José Gil Olmos n El aplauso fue atronador cuando llegó al salón Fiesta, insuficiente para todos sus seguidores. La ovación duró más de un minuto, mientras, exultante, Francisco Labastida Ochoa agradecía los vivas de los invitados. Emocionado, nervioso, sonriente, abría los brazos para recibir las muestras de adhesión. ''Quiero ser presidente de la República'', exclamó en el virtual arranque de su campaña, mientras algunos gritaban ''šmucho, mucho!'' y los mariachis mantenían el sonsonete de El sinaloense en su honor.

Apenas un día de democracia priísta, y al siguiente la tradición de la cargada cobró nuevos bríos en este salón, al que llegaron más de 700 funcionarios, legisladores, viejos amigos y trabajadores, quienes afuera del hotel Fiesta Americana lo esperaron con porras: ''Francisco, amigo, Gobernación está contigo''; ''Labastida, el candidato, te apoya el sindicato''.

Luces, música, porras, abrazos, palmadas en la espalda, sonrisas, aplausos de pie: todo un ambiente de fiesta en el salón Fiesta, tan abarrotado que tuvo que ampliarse minutos antes de que empezara el acto, previsto desde hace una semana.

Las cámaras de televisión, los reporteros nacionales y extranjeros, los fotógrafos y los guardias de seguridad le abrieron paso al sinaloense hasta la tarima preparada para estar en lo alto, a la vista de todos los que ahí se reunían para reproducir el acto litúrgico de un candidato presidencial que aún no lo es, pero que ya es tratado como tal.

Vestido impecablemente de traje gris, sonriente, Labastida agradeció muchas veces el apoyo de sus seguidores. Por fin lograba lo que hace dos sexenios buscó pero que el entonces presidente Miguel de la Madrid le cambió por la gubernatura en su estado natal, Sinaloa, para hacer frente al movimiento que entonces crecía en torno del panista Manuel Clouthier.

Ahora estaba ahí, en el centro de la fiesta anticipada: ''Mi pasión ha sido siempre y es servirle a México''.

Militante del PRI desde hace 35 años, el economista, ex embajador en Portugal, tres veces secretario de Estado y ahora aspirante a la candidatura de su partido a la Presidencia ratificó su deseo de gobernar el país y a sus más de 90 millones de habitantes en los próximos seis años. ''Quiero que el siglo XXI sea el siglo de México'', dijo ayer, ya no como secretario de Gobernación sino como el más serio aspirante para conseguir la candidatura de su partido, ''del que me siento orgulloso''.

Acostumbrado a dominar, Labastida no pudo controlar ayer su nervios ante la avalancha de aplausos que lo interrumpieron tres veces en su discurso de apenas 15 minutos. Titubeó al leer la parte en la cual expresó sus deseos de dar ''un nuevo impulso para todos'', pero se sobrepuso cuando observó que hasta los errores son virtudes cuando se está en la cima hablando como candidato.

Cauto, el político sinaloense trató de atajar las muestras de adhesión que muchos priístas le han expresado dentro y fuera del PRI. ''Les pido a los dirigentes del partido que simpatizan con mi candidatura que atiendan los tiempos que las reglas nos marcan y permitan que todos los precandidatos expongamos nuestras propuestas y nuestras ideas para que sólo en ese momento, con gran convicción, apoyen a quien consideren los representará en la contienda del año 2000'', dijo ante todos sus subordinados en Gobernación y viejos amigos como Pedro Ojeda Paullada, Romárico Arroyo, Guadalupe Gómez Maganda y Romeo Flores Caballero.

Muchos no ocultaban su simpatía por su candidato. El líder de los ferrocarrileros, Víctor Flores, no dejó de aplaudir y gritar ''šmucho, mucho!'', y en primera fila el jefe de asesores de Gobernación, Adolfo Orive, era quien aplaudía con más fuerza.

Acompañado de su esposa, María Teresa Ugarte --actual directora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM--, el sinaloense terminó su mensaje en medio de un aplauso atronador. Entre empujones pidió a los reporteros calma y ofreció hacer declaraciones luego de que entregue su renuncia al presidente Ernesto Zedillo.

''He consultado con mi familia, mis amigos y mis aliados políticos y he tomado la decisión más importante de mi vida: he decidido presentar mi candidatura'', dijo poco antes de terminar. Después, sonriente, salió del salón iluminado. Entre la muchedumbre los mariachis seguían de fiesta. Ya no tocaban El sinaloense, sino El rey.


Ideario de Francisco Labastida Ochoa

Llevar a nuestro país al nuevo milenio.

* Mejores niveles de vida.

* Más y mejores empleos.

* Un desarrollo sustentable.

* Mejor educación, más cultura, deporte y esparcimiento.

* Una vida más digna y justa para la tercera edad.

* Mejor vivienda.

* Mayor calidad en los servicios de salud.

* Un campo más productivo.

* Ciudades dignas y con mejores servicios.

* Erradicar la violencia, la inseguridad y el crimen.

* Dar un nuevo impulso a las oportunidades para las mujeres.

* Que los jóvenes recobren la esperanza en el futuro y oportunidades concretas de vivir mejor.