n Se exhiben estampas eróticas japonesas
De los shunga a la gráfica más reciente de Toledo, en el IAGO
n La muestra del artista juchiteco itinerará por el estado de Oaxaca
Angélica Abelleyra n Los shunga, como se conoce genéricamente a las estampas eróticas japonesas, significan ''dibujos de la primavera". Ejemplos de trazos primaverales, llenos de sensualidad y sutileza, enriquecen la exposición Arte erótico en el mundo del Lejano Oriente que auspicia estos días el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) en aquella capital.
Junto con esta selección de ropajes de seda, actos del amor llenos de pasión pero fineza, el IAGO organiza, fuera de su sede en pleno centro oaxaqueño, una selección de la obra gráfica más reciente de Francisco Toledo.
Así, el arte erótico japonés y los grabados de Toledo son dos de las materias que se despliegan en obra multiplicada en el instituto ubicado casi frente a Santo Domingo y en la Casa de la Cultura de Oaxaca, respectivamente.
Por lo que se refiere al arte erótico que todo lo toca, la selección proviene de la Galería Asian Art cuyo fundador, Alvaro J. Covacevich, indica que el erotismo del Lejano Oriente surge y combina equilibradamente el espíritu y el cuerpo, en una especie de ''alquimia perfecta entre la religión y la vida en plenitud, basada en la observación de la naturaleza". De ahí una diferencia abismal con la visualización del arte erótico en Occidente, concebido de forma lejana a las raíces naturales del ser humano. De ahí el concepto oriental del erotismo donde la fantasía remplaza a la realidad y donde el amor es concebido como ''un camino hacia la felicidad que debe hacerse lo más prolongado posible y convertirlo en algo más importante que su mismo fin, según el antiguo pensamiento taoísta de Lao Tsé", escribe Covacevich.
En la muestra se incluyen estampas, shungas y pinturas de artistas como Harunobu, Koryusai, Masanobu, Kiyonaga, Utamaro, Hokusai, que han tenido mucha influencia en la pintura moderna de Occidente como cronistas visuales de ese mundo ''flotante y transitorio" retratado en las estampas Ukiyo-é y donde ''el amor que se representa es más bien el camino, el viaje hacia sus instantes más intensos y es eso lo que lo eterniza".
Por su parte, Verónica Loera ųdirectora del IAGOų destaca la multiplicación de los sentidos de la vista, el oído, el olfato y el tacto en estos escenarios amatorios, así como la carga sensual en las líneas suaves y estilizadas y el tratamiento de los personajes que hacen del sexo el universo de la seducción y el deleite. Todo un mundo alejado de la pornografía de Occidente, lamentablemente para nosotros que estamos de este lado.
Toledo, una idea clara de sí mismo
Mientras, organizada también por el IAGO, Francisco Toledo. Obra gráfica 1999 fue concebida para itinerar por una veintena de casas de la cultura y casas del pueblo en todo el estado de Oaxaca. Inició su recorrido en la capital, precisamente en la Casa de la Cultura de Oaxaca donde se exhibe desde el pasado 8 de mayo.
Con duración de un mes en cada sitio, continuará en junio en la Fundación Rodolfo Morales situada en Ocotlán de Morelos y de ahí se trasladará al ayuntamiento de Cuilapan de Guerrero, a San Pablo Huitzo, San Agustín Etla, Ejutla de Crespo, Villa de Zaachila y Zimatlán de Alvarez, de entre los espacios diseminados en los valles centrales.
De ahí irá al Istmo, la Costa, la Sierra Sur, la Mixteca, la Sierra Norte y cerrará en las zonas del Papaloapan y La Cañada hasta sumar 21 sedes.
La muestra contiene obra gráfica de Toledo realizada en el año que corre: grabados sobre madera, piedra y metal; técnicas como aguatinta al azúcar y aguafuerte que han dado origen a autorretratos y a ejemplos de la zoología recurrente en el pintor que sin embargo otorga siempre resultados de sorpresa.
Bosqueja el poeta español Víctor García en la Radiografía de los sentidos que ofrece para presentar la exposición:
''A veces llegar tarde a los sitios induce a la confusión. Algo parecido a eso sucede cuando a deshoras pretendemos explicar la obstinación de este maestro con su destreza de vivir. Carismático, sin calcetines y en guaraches; de tez oscura, enflaquecido y de pelo en abundancia negro, parece como si su nariz halconada tuviera la audacia de advertirlo todo. Con frecuencia lo puedes observar atrapado en una mirada semiautista que orienta hacia el silencio de su propia intimidad. No tiene idea de hablar en tonos altos, y a baja voz me aclara que por un oído ha perdido un poco de audición, pero yo entiendo divinamente que son el disparate y la estupidez los únicos dichos capaces de aturdirlo...
''La mayoría de la gente lo quiere, y otros lo respetan; por tanto es un hombre en el que concurren muchas opiniones. Pongo en duda el acierto de quienes más se precian en conocerle; una hija suya, al observar con detenimiento un autorretrato de esta exposición, me comentó: 'En verdad él es el único que tiene una idea clara de sí mismo'.
''Cuando se mira de frente en la simetría de un espejo seguro que no sabe qué hacer con las manos, y para averiguarlo nace en Juchitán, en 1940 y, desde entonces, como es el descuido de los niños, en eso se parece a ellos, por tanto, me da por pensar que representa la viva imagen del antihéroe."