n Abtencionismo de 80% en el referéndum de ayer


Va adelante el no a las reformas

constitucionales en Guatemala

n Los indígenas, los más beneficiados con las enmiendas

Afp, Reuters, Ap, Dpa, Cerigua y Pl, Guatemala, 16 de mayo n El no a un proyecto para realizar 50 reformas a la Constitución de Guatemala se imponía esta noche en esta capital al conocerse los primeros resultados de una consulta celebrada este domingo, marcada por la apatía, y en la que el índice de abstencionismo fue de 80 por ciento de los cuatro millones de electores convocados.

Las enmiendas propuestas están encaminadas a reconocer los derechos de los pueblos indígenas y a reducir el poder del presidente y los militares.

Según resultados preliminares, 23 por ciento de los electores se pronunció en favor del , mientras 77 por ciento votó por el no, informó esta noche el Centro de Cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Sin embargo, los datos corresponde a 599 de las mil 234 mesas instaladas en la capital, y hasta el momento se desconoce el resultado del referéndum en el interior del país.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) y otros organismos estimaron que el índice de abstención será de entre 70 y 80 por ciento. En el referéndum del 30 de enero de 1994, que reformó 40 artículos constitucionales, sólo participó 15.87 por ciento de los 3.4 millones de electores.

La votación comenzó a las 7 de la mañana y terminó a las 6 de la tarde. En cinco municipios la consulta concluyó una hora antes debido al mal clima. Más allá de la volcadura de un camión que transportaba electores, con saldo de un muerto y 10 heridos, la jornada transcurrió sin incidentes bajo la vigilancia de 14 mil efectivos de la Policía Nacional.

Partidos opositores atribuyeron la baja participación a la falta de información sobre las reformas y a que 50 por ciento de la población es analfabeta, además de que la campaña por la reforma se vio opacada por el asesinato del dirigente del Frente Democrático Nueva Guatemala (FDNG), Roberto Belarino González, ocurrido el jueves pasado.

Tras emitir su voto en favor de las reformas, el presidente Alvaro Arzú se declaró confiado en el triunfo del , lo que permitiría consolidar el Acuerdo de Paz Firme y Duradera firmado en diciembre de 1996, que puso fin al conflicto armado que se prolongó durante 36 años y causó la muerte de unas 200 mil personas. Se requiere que los cambios constitucionales sean aprobados por mayoría simple, en ese caso entrarán en vigor en 60 días.

El mandatario reconoció que una de las causas de la escasa afluencia electoral es la pobreza en la que vive la mayor parte de la población, pero afirmó que "es algo normal, porque no se trataba de un proceso electoral con varios candidatos a puestos de elección que realizan una propaganda masiva".

Tanto Arzú como dirigentes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), convertida ahora en partido político, líderes indígenas y de otros partidos opositores, incluso el ex presidente de facto Efraín Ríos Montt, formularon con stantes llamados para que los guatemaltecos acudieran a las más de 6 mil 971 mesas instaladas en todo el país.

La gran ausente de la consulta fue la Premio Nobel Rigoberta Menchú, quien según fuentes cercanas, se encuentra en Europa "para cumplir compromisos adquiridos con anterioridad".

El ex comandante de la URNG, Rodrigo Asturias, afirmó que el referéndum es un signo de cambios en el país centroamericano y de que "está entrando en un nuevo camino democrático". Ríos Montt, a su vez, sentenció que "quienes no votan cometen un crimen contra la patria".

La diputada indígena del FDNG, Rosalina Tuyuc, señaló que otro de los factores que causó el alto nivel de abstención fue que a muchos indígenas se les dijo que las enmiendas eran "diabólicas", pese a que este sector, que agrupa a 60 por ciento de los 11 millones de guatemaltecos, es el más beneficiado con las reformas.

La Coordinadora de Organizaciones Mayas de Sololá criticó que la mayoría de las mesas electorales fueran integradas por "ladinos", lo que representa una forma de marginación.

Unos 200 observadores internacionales, encabezados por la Organización de Estados Americanos, verificaron la transparencia de la consulta popular, que tuvo un costo de 7 millones de dólares. Los votos serán contados a través de un "avanzado sistema de cómputo", indicó el TSE.

Las preguntas sobre las reformas fueron agrupadas en cuatro áreas: Nación y derechos sociales, Organismo ejecutivo, Organismo judicial y Administración de justicia, y la campaña enfrentó a partidos políticos, sindicatos y organismos pro derechos humanos, todos ellos en favor del , con grupos de extrema derecha que realizaron una amplia propaganda en contra de las reformas, que ya fueron aprobadas en el Congreso unicameral.

Las enmiendas establecen el reconocimiento a los pueblos indígenas, sus lenguas, sus tradiciones y costumbres, limitan las funciones del ejército a la defensa de la soberanía nacional, mientras que la policía se encargará de la seguridad pública. Prevén además, que el financiamiento al Poder Judicial se incremente de 2 a 6 por ciento del presupuesto nacional, y otorga mayores facultades al poder Legislativo sobre el Ejecutivo.

Horas antes de la apertura de las mesas electorales una granada estalló en la localidad de Villa Nueva, 13 kilómetros al sur de la capital, con saldo de cinco muertos y 27 heridos. Sin embargo, las autoridades descartaron cualquier relación con el referéndum.