Palabras contra números

María Isabel Galán Giral y Pedro Bosch Giral

La iniciativa de Ley para el Fomento de la Investigación Científica y Tecnológica arranca con un contundente: "Sin la ciencia y la técnica modernas sería impensable no sólo el mantenimiento de las condiciones de vida logradas, sino también el desarrollo futuro de la nación." Y el Conacyt abunda en otro documento: "La medición del volumen y composición de los acervos de recursos humanos en ciencia y tecnología permite conocer el potencial de una nación para absorber y desarrollar conocimiento que pueda transformarse en beneficios tangibles para su población."

GRAFevoluci—n Los subrayados son nuestros e intentan destacar cómo las instancias gubernamentales actuales vinculan, y con razón, la ciencia con los beneficios sociales. Aparentemente, y según se deduce de los textos citados, a más ciencia más desarrollo. Y, por lo tanto, mientras más estudiantes, profesores o investigadores en ciencias haya, más beneficios obtendrá la sociedad.

Nos ha parecido relevante, entonces, discutir aquí la evolución que ha sufrido la población de estudiantes en ciencias en los últimos años para comprobar si el discurso antes citado se ajusta a los datos que proporcionan las universidades y que los funcionarios no ignoran; es decir, si los números corroboran las políticas supuestamente propiciadas desde las secretarías. En este artículo hemos preferido discutir únicamente las cifras de la UNAM (ya que es allí donde se lleva a cabo la mayor parte de la investigación científica del país) para las carreras de la Facultad de Ciencias y las de la Facultad de Química.

Hay que hacer notar ante todo que la matrícula de estudiantes del área de Ciencias y de Química es mínima comparada con el total de estudiantes de la licenciatura. Hoy (datos de 1997 para una población total de 136 mil 371 alumnos), como en 1990 (población total de 130 mil 322 educandos), aproximadamente sólo 3 por ciento se dedica al estudio de las carreras impartidas en la Facultad de Ciencias, y también otro 3 por ciento a las de la Facultad de Química. No siempre fueron estos los porcentajes. En 1960, por ejemplo, cuando la población total estudiantil era de 11 mil 39, 8.6 por ciento prefería las ciencias y 24.1 por ciento la química. šOcho veces el porcentaje actual! No olvidemos que México es un país petrolero y de gran variedad de recursos naturales, y por lo tanto los químicos mexicanos debieran tener un papel crucial para lograr una mejor explotación.

Sin embargo, elegir una carrera no significa terminarla. Así, en 1960, mientras se encontraban en la Facultad de Ciencias 948 estudiantes, se graduaban 14. En 1990 fueron 434 los que se graduaron en una facultad poblada por 4 mil 183 alumnos. En 1997 fueron 417 para 4 mil 514. Es interesante comprobar cómo, en siete años, mientras la población del país aumentaba a un ritmo de 2/1,000 anual, el número de graduados en la Facultad de Ciencias se mantuvo prácticamente constante. La evolución de la Facultad de Química fue análoga: en 1997 se graduaron 371 estudiantes en una facultad en la que había 4 mil 510 estudiantes de cinco carreras. Estos datos, cuya fuente son los Anuarios Estadísticos de la UNAM, se comparan claramente en la figura.

De estas cuantas cifras queda claro que en los últimos 17 años el número de estudiantes de Ciencias y de Química en la UNAM se ha mantenido más o menos constante, lo cual para una población como la de México, que crece demográficamente a una tasa alta, es disminuir el porcentaje de científicos del país.

Si las afirmaciones de nuestros funcionarios, tendentes a asociar la ciencia con el desarrollo futuro de la nación, son ciertas, entonces se está estrechando voluntariamente ese desarrollo al no aumentar la población estudiantil y, sobre todo, la que se gradúa, y al no fomentar el estudio de las ciencias, o sea de las disciplinas del conocimiento científico. Es el propio Conacyt el que define a la ciencia como "el conocimiento en el sentido más general del término". ƑSerá, entonces, que se pretende que México sea un país sin ciencia (y de paso sin conciencia) y por lo tanto sin "conocimiento"?

Comentarios a:

[email protected]

Comentarios a:

[email protected]