n La ciudad podría ser declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad


Campeche, frente a la posibilidad de iniciar una historia diferente

n Aumentaría el promedio de estancia turística en la zona de 1.6 a 5 días, calculan los expertos

Renato Ravelo, enviado, Campeche, Camp., 15 de mayo n La perspectiva de que la ciudad de Campeche sea declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad constituye en el imaginario de muchos el inicio de una historia diferente, una reivindicación histórica y un abrazo al progreso.

En la ciudad de Campeche se invirtió en los últimos años alrededor de 50 millones de pesos en recuperación de mil 600 fachadas de casas y edificios, así como en la remodelación de la Catedral, la reconstrucción de la Casa 6, los portales de San Francisco, los archivos municipales, el Polvorín, el Puente Real, los portales de San Martín y el hospital de Lazareto.

Esa inversión coincide ahora con la posibilidad de que en septiembre sea anunciada la declaratoria que ocurriría los últimos días del año (casi al fin del siglo y del milenio), que sería la base para que así como Campeche ha sido por épocas productor de maderas, de chicle, de petróleo, con pocos beneficios para el estado a la larga, se convirtiera en productor de estancia campechana.

Mientras eso llega, el primer cuadro, la base de un proyecto gubernamental denominado Campeche, ciudad museo, agrada la mirada del visitante que desde hace años comprueba por qué Campeche se ganó la denominación de ciudad de paso.

Y lo que ahora se ve es una recuperación de las fachadas en colores pasteles, características del Caribe, que son coloniales como Cartagena, La Habana y Veracruz: Campeche, ciudad del Caribe donde piratas ocasionaron la construcción de fortificaciones y murallas.

Y a diferencia de La Habana, de Veracruz, de Cartagena... Campeche esperó hasta el fin de siglo para redescubrirse y proyectarse como futuro centro de turismo cultural.

Quizá tardío afán por colocarse en las listas de destinos, de lograr que en la ruta de Tabasco a Yucatán el visitante aumente el promedio de 1.6 a cinco días su estancia en la ciudad que fundó en 1540 Francisco de Montejo, El Mozo.

O, Ƒpor qué no?, oportuna espera para aprovechar las experiencias de la Cartagena turística, de la derruida Habana, del puerto jarocho donde sobrevive absorbiendo presupuestos el Castillo de San Juan de Ulúa.

Víctor Méndez Lanz, presidente municipal de Campeche, así se refirió en la clausura del seminario internacional Campeche, Patrimonio Cultural (el nombre que se manejó como oficial para el encuentro de especialistas): "Hemos aprendido aspectos que debemos reflexionar todos los campechanos juntos, que debemos iniciar a planear, a programar acciones y estrategias para que, cuando llegue la fecha histórica de que Campeche sea declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad, sea la llave gloriosa que abra a la ciudad las puertas de la historia".

 

Calor, qué le dicen

 

El centro de la ciudad hierve a las 15:00 horas. No tanto como la semana anterior, cuando -dicen- la temperatura llegó a los 40 grados centígrados. Conviene esperar a que el sol comience su descenso para recorrer de Puerta de Mar a Puerta de Tierra los trazos rectos de las calles del centro, semiamurallados.

Aún persiste la polémica sobre la reconstrucción de la muralla y su utilización. Se dice que afecta el clima y la visibilidad. En el fuerte de San Miguel se resguardan tesoros de Calakmul. El baluarte de la Soledad permanece convertido en el poco didáctico museo de las Estelas. Uno de los investigadores locales comenta que a causa de no tomar en cuenta las condiciones de humedad y calor que presentan estos recintos, uno de los cráneos de la isla de Jaina, expuesto en uno de los baluartes, experimentó el milagro de que le creciera pelo. De musgo, pero pelo al fin.

A la izquierda de la Puerta de Mar están la Catedral, el parque principal y enfrente la Casa 6, en la que se reconstruyeron vitrales, cuartos y se dotó de mobiliario para mostrar la manera en que vivían en la época de la Colonia, cuando la ciudad era enclave entre Europa y el Nuevo Mundo.

Según José Buenfil Burgos, uno de los responsables de la transformación, se trata de una revitalización en todos los ámbitos, pactada entre los distintos integrantes de la comunidad: iniciativa privada, gobierno estatal, autoridades del INAH.

Una curva sorprende y por un momento traslada a la ciudad de Cartagena en Colombia, también amurallada. La teoría es que en la esquina del Baluarte de Santiago hay dos metros aproximadamente que son evocadores mutuos entre Cartagena y Campeche.

En la ciudad colombiana el convento de Santa Clara fue convertido en hotel, para posteriormente hacer lo mismo con un convento de dominicos. En el primero, uno de los atractivos es que junto a una de las esquinas queda la casa de Gabriel García Márquez.

En Campeche el recinto que ocuparon los jesuitas se transformó en el edificio del Instituto de Cultura, de espectaculares dimensiones y el cual difícilmente sería transformado en hotel.

No hay avidez turística, dice Carlos Vidal, facha da director regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH): "El centro está habitado en 45 por ciento. Algunas de las casas están subocupadas, por una o dos personas. Tal vez se podría aprovechar la experiencia española del hostal". Una ruta oblicua hacia la Puerta de Tierra permite pasar por el teatro de la ciudad Francisco de Paula Toro, donde se desarrollaron durante tres días las mesas donde especialistas no se cansaban de dar por buena la oportunidad de la ciudad de Campeche para integrarse a las rutas del llamado turismo cultural.

Las calles tienen esa tranquilidad que anuncia que la batalla del sol ha concluido hasta la próxima jornada, que la sombra de un edificio hace perfecta complicidad con la pared del que está enfrente, y que se puede avanzar por la calle 14 hacia el circuito de Baluartes, a ver si en el Baluarte de San Pedro ocurre también el fenómeno de traslado temporal de ciudad.

No es así, porque el mercado, como suele suceder con estas concentraciones, jala la atención de todo el que pasa a su lado. El baluarte de San Francisco está habilitado como biblioteca del INAH. Su presencia rompe la atracción que genera el mercado y da inicio a una de las zonas de la muralla más rescatadas.

Se trata de la Puerta de Tierra, a unas cuadras de la Casa del Teniente del Rey, sede del centro INAH, a partir de la cual se conserva la muralla hasta el siguiente baluarte, que es el de San Juan, ubicado frente al Archivo Municipal, hasta hace algunos años presidio del que constantemente trataban de huir sus residentes.

Entre la decena de cantinas de la zona, en el Rincón Colonial aguarda al visitante un refrigerio y un casual conocido. Angel, dice que se llama. Y en lo que se adquieren las fuerzas para emprender la ruta de regreso, explica de bulto el significado exacto del verbo campechanear, que equivale a estar bien y de buenas. Campechanear, estancia añeja y ahora apuesta de una ciudad donde hay calor, qué le dicen.