n Indica la Cepal
Viven en América Latina 204 millones de pobres
Enrique Gutiérrez, corresponsal, Santiago, 14 de mayo n En América Latina y el Caribe, al finalizar el siglo, hay alrededor de 204 millones de pobres, de los cuales unos 90 millones están en la indigencia, dijo hoy una publicación de la Comisión Económica de Naciones Unidas para la región (CEPAL).
La CEPAL indicó que esto es producto de una evolución social durante la presente década, influida por el crecimiento económico tras la crisis de los años 80, su posterior desaceleración, las transformaciones del mercado de trabajo y la recuperación de los niveles de gasto social. La Comisión destacó que la mayoría de los pobres latinoamericanos y caribeños viven hoy en zonas urbanas, 122 millones del total. Agregó que esta urbanización de la pobreza ha influido decisivamente en el deterioro de la calidad e vida en las ciudades, especialmente las grandes capitales.
Según la CEPAL, los mayores éxitos en la lucha contra la pobreza los registran en Chile, Brasil y Panamá, y los mayores retrocesos afectaron a Venezuela y México.
En cuanto a la distribución del ingreso, persisten las brechas de la década anterior, registrando retrocesos en países como Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay, Venezuela, Costa Rica y Panamá. Sin embargo, mejoró en México, Bolivia, Honduras y Uruguay.
El documento resalta que la oferta de empleo se ha mantenido estable y de acuerdo con el crecimiento de la población, pese a la acelerada incorporación de las mujeres el mercado laboral.
Indica que en los últimos años, la fuerza de trabajo creció en 3.1 por ciento anual; la oferta de empleo en 2.9 por ciento y el producto interno bruto, en 3.2 por ciento. Todo ello a nivel regional.
La CEPAL comprobó que la inestabilidad laboral afecta a mujeres y jóvenes de menores ingresos, pero en los tiempos recientes "ya está afectando de forma notoria" a las capas de ingresos medio y altos.
Entre las rémoras sociales que persisten, la Cepal cita el trabajo infantil y juvenil, los adolescentes que no trabajan y tienen que desempeñar labores domésticas no remuneradas en sus hogares; la seguridad social y la violencia en las grandes ciudades.
Luego de advertir que no se debe asociar violencia y pobreza, ni confundirla con la inseguridad ciudadana, señala que existe una relación entre delincuencia y desempleo.
Según la mayoría de los alcaldes y gobernadores de la región, la violencia se traduce en homicidios, robos, tráfico de drogas, problemas intrafamiliares y maltrato infantil.