n Más de 100 mil personas se manifestaron


La UNAM estuvo ayer en las calles y en el Zócalo capitalino

María Esther Ibarra y Karina Avilés n Si como ha dicho el rector Francisco Barnés de Castro, la UNAM está en donde están los universitarios, ayer la máxima casa de estudios estuvo -por segunda ocasión en menos de 20 días- en las calles y en el Zócalo capitalino. Casi a las ocho de la noche se anunciaba en el templete de la Plaza de la Constitución la asistencia de más de 100 mil estudiantes del Consejo General de Huelga (CGH). Y aún seguían llegando.

No estuvieron solos. De la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco al corazón político del país, los acompañaron alumnos, académicos y trabajadores sindicalizados de la UNAM y de otras universidades, como la Autónoma Metropolitana, la de Chapingo y la Pedagógica Nacional, así como la Escuela Nacional de Antropología e Historia, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, el Instituto Politécnico Nacional, el Colegio de Bachilleres, organizaciones sociales y padres de familia, entre otros.

Y desde las montañas del sureste mexicano, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) les refrendó su apoyo, por medio de un comunicado que envió el subcomandante Marcos: "Ustedes representan algo nuevo. Y aunque 'nuevo' no quiere decir 'bueno', su movimiento (porque es su movimiento, (el) de los estudiantes universitarios) trae a todo el México de abajo un viento fresco y una certeza: la rebeldía sigue, está ahí, no ha muerto".

Cada palabra del Sub agitaba en gritos a la multitud. "Hasta acá, en las montañas del sureste mexicano, llegan sus risas, su alegría, su seriedad y su preocupación... Y no boteamos con ustedes sólo porque hay unas 60 mil razones vestidas de verde olivo que nos impiden hacerlo, que si no, ya verían cómo movemos el bote los zapatistas.

Esta vez, el operativo policiaco fue casi mínimo. Unas cuantas moticicletas y patrullas se apostaron en las esquinas. En el interior de los vehículos, los agentes sólo miraban el paso de los manifestantes. Incluso, algunos padres de familia contribuyeron en el cierre del tránsito vehicular, como lo hizo la señora Raquel Nava, quien, junto con su hija de la Facultad de Economía, sacó una manta rojinegra en el cruce de las calles Madero e Isabel la Católica. Aquí, momentos antes de arribar al Zócalo, los estudiantes entonaron el Himno Nacional. Luego se hizo un silencio, que se rompió por los gritos de "šhuelga, huelga, huelga, huelga!"

Pese a la solidaridad, fue una marcha de jóvenes estudiantes. Aunque unos más numerosos que otros, con consignas propias o colectivas, con formas distintas de manifestarse, los contingentes de las escuelas y facultades en paro unían sus voces contra el Reglamento General de Pagos y el rector Francisco Barnés de Castro.

El de los preparatorianos, en particular los del plantel 5, fue uno de los grupos más nutridos. Acapararon la atención de los fotógrafos por sus cuerpos y ropas con los colores rojinegros. Hasta un perfomance hicieron: tres jóvenes personificaron a Barnés, a Zedillo y a Salinas, los cuales fueron "derrotados" por Huelga Men. Pero también otros marchistas portaban monigotes de trapo y cartón, con las figuras de esos tres personajes, los más repudiados por los manifestantes.

Otros, como los de las facultades de Medicina, Odontología, Veterinaria y Enfermería, con sus habituales batas blancas, destacaban. Los de Arquitectura se hicieron notar por el naranja en mantas y banderines. El ambiente lo pusieron los estudiantes de la Escuela Nacional de Música, que, lo mismo con sus instrumentos profesionales que con botellas de refresco, armonizaban las consignas de otros contingente. Los del CCH-Vallejo también hicieron lo propio, y bailaron al tiempo que cantaban: "Qué rico el mambo, Marcos que chido es Marcos".

A propios y extraños llamó la atención lo nutrido de contingentes como los Medicina, Psicología, Ciencias, Facultad de Estudios Superiores de Zaragoza y Cuautitlán, como también los del CCH, planteles Sur, Azcapotzalco, Vallejo y Oriente. Pero no por reducidos, el de Derecho, el de Odontología y el de la Escuela Nacional de Trabajo Social, por ejemplo, se quedaron atrás en ánimo y fuerza verbal.

En la euforia, no faltó una jovencita del Colegio de Bachilleres que medio se desnudó en una estatua del paseo de la Reforma. Otro, vestido de oso, saltaba de un lugar a otro. Sin embargo, el grupo de danzantes, con sus atuendos preshipánicos y sus cascabeles y tambores, se unieron a las voces de los huelguistas. Y hasta unos chavos banda, ayudaron a corear las consignas.

En mantas, pancartas o simples cartulinas, algunas grandes y otras pequeñas, se expresan las exigencias ya conocidas o las nuevas demandas. Así, por ejemplo, en una se leía: "Si no puedes, renuncia, Barnés. Remitente: Estudiantes del Instituto de Investigaciones en Materiales", o "Sólo entre todos podremos saberlo todo y es entre todos como podremos lograrlo". Pero una de las proclamas era de la de mayor consenso: "En defensa de la educación pública y gratuita".

A saber si surtieron efecto las "molestias" a causa de la presencia de ciertos personajes públicos en el movimiento estudiantil, está vez brillaron por su ausencia. Sin embargo, varios estudiantes se congratularon por la asistencia de la actriz Ofelia Medina. "Esta es la única esperanza que tenemos, porque estamos en manos de una pandilla de canallas, desde el gobierno para abajo", dijo, y festejó que el movimiento estudiantil por la diversidad de sus integrantes y porque "nos están enseñando el camino para transformar el país, junto con el EZLN. Esta conjunción de fuerzas no la logramos en el 68. Ahora falta que se sumen los campesinos a esta gran protesta de estudiantes y obreros".

Casi a las siete de la noche, el mitin en el Zócalo comenzó con el arribo de los primeros contingentes. Más de una docena de oradores dieron cuenta de que el movimiento estudiantil en contra del llamado plan Barnés ya rebasó el campus universitario. "Este día es de fiesta y pasará a la historia, porque estudiantes, académicos, trabajadores y la sociedad civil rechazan la política gubernamental de privatizar la educación y el patrimonio cultural", manifestó Rolando González, profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, institución que en tres ocasiones ha parado en apoyo del movimiento estudiantil.

A nombre del CGH, el estudiante Joaquín López Millán, de la FES-Cuatitlán, ratificó que no darán un paso atrás ni claudicarán en su lucha por lograr que las autoridades de la UNAM cumplan los seis puntos del pliego petitorio, encabezado por la derogación del reglamento de pagos.

En el Zócalo retumbó la voz estudiantil: "El rector apuesta a una huelga larga, pero nosotros estamos convencidos de la justeza de nuestras demandas, de la nobleza de nuestro movimiento, de que la educación se tiene que garantizar para todos. Y si para defender esto tenemos que hacer frente a una huelga larga, lo haremos. Aquí no hay desgaste posible".

Y reiteraron a Barnés su rechazo a "un diálogo con una comisión no resolutiva que consultará a quién sabe quiénes, quién sabe dónde y para quién sabe qué, porque nada puede resolver. No es un diálogo verdadero".

Y le preguntaron: "Señor rector, Ƒqué es para usted el diálogo? ƑEs sólo un trámite, un requisito? ƑLe pidieron en Gobernación un formulario para la opinión pública? ƑPodrá haber diálogo con quienes usted llama 'profesionales de la protesta'? ƑSe lo sugirió Labastida?"

Más aún: "ƑPodrá haber diálogo en medio del clima de hostigamiento en los medios de comunicación, principalmente en los electrónicos, que son los que el gobierno controla? ƑCon estudiantes golpeados por porros y por las propias autoridades, con clases y exámenes extramuros ilegales, organizados como actos de provocación?" Una advertencia más hicieron: "No estamos jugando, el movimiento estudiantil quiere resolver el conflicto, no tomarse un cafecito con los enviados de Rectoría".

Ante la respuesta favorable que tuvieron por la asistencia de miles de manifestantes, el Consejo General de Huelga lanzó: "Cada día de huelga que transcurre, más nos fortalecemos, más nos extendemos. Nos estamos uniendo con los universitarios del país, con los maestros y con los electricistas. Estamos convocando a todo el pueblo a defender todos juntos nuestros derechos y esta convocatoria no cae el vacío".

Y lo cierto fue que los oradores solidarios de la CNTE, ENAH, Chapingo, IPN, UAM, STUNAM, las asambleas Universitaria Académica y de Padres de Familia y SME, entre oros, asumieron como suyas las demandas del movimiento estudiantil universitario. Al término se entonó el Himno Nacional. El reporte de la policía fue blanco. Sólo un estudiante resultó lesionado al caer del techo de una parada de autobuses.


n Después de tres semanas, la huelga se consolida


Marcha estudiantil, combativa fiesta que desbordó al Centro

Hermann Bellinghausen n Una marcha consistente, una combativa fiesta desbordó esta tarde el Centro Histórico. "La huelga va", dicen los estudiantes.

"Si tú pasas por mi casa / y encuentras a mi mamá / tú le dices que hoy no me espere / que este movimiento no dará un paso atrás", cantan los del CCH-Oriente antes de llegar al Paseo de la Reforma, provenientes de la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. Es la marcha más alegre, más ordenada, más densa y grande que han realizado los estudiantes en huelga de la UNAM.

La descubierta, ancha como mitad de Reforma, despliega una manta que proclama: "No nos moverán". Como los marchistas se ponían continuamente a bailar y hacer olas con el ondular de una culebra que dio vuelta en Hidalgo, avanzaron lentamente, con gritos y mantas y muchas caras pintadas de rojo y negro, lo mismo plastrones y rayas en las mejillas que cuidadosas grecas góticas y oscuras máscaras.

De nueva cuenta, el movimiento estudiantil rebasó las expectativas más prudentes. Lejos de dar señales de cansancio o desgaste, la huelga se consolida. Un colega de La Guillotina comenta:

"Esta es una huelga sui generis, que después de tres semanas va para arriba".

A pesar de las amenazas y presiones que reciben a diario, a niveles criminales, los adolescentes de CCH y preparatoria marchan más motivadas y convencidos que nunca.

Una mujer, perteneciente a la Asamblea General de Padres de Familia, instancia que se ha consolidado gradual y generosamente, dice al paso de las decenas de miles de estudiantes como badajos de campana, gritando y cantando de todo:

"Tan chamaquitos nuestros hijos, y metidos en ese problema. Corren peligro, pero tienen la razón. Por eso hemos decidido acompañarlos".

La mujer no disimula el orgullo ni la emoción. Y no parece tener miedo.

"Huelga con raza y con espíritu", dice un gran cartel sobre esta marcha carnavalera; la imaginación ha ganado terreno. Los estudiantes asumen ya la protesta y la representación, en muchas escuelas han surgido canciones paródicas, reflexiones cada vez más elaboradas sobre la huelga, sobre la UNAM y sobre la educación, y ya circulan como pasquines y hojas sueltas de diverso tipo, por montones.

Los acompañan además otros paros en su apoyo: los de la UAM Xochimilco y la Universidad Juárez de Villahermosa; la Escuela de Chapingo inició hoy un paro indefinido con igual motivo. La UPN anuncia movilizaciones para la próxima semana.

Y un grito para los tiempos que corren: "UAM, POLI, UNAM, unidos vencerán".

Hoy la mayoría de las escuelas marchan en contingentes numerosos, y como que independientes entre sí. Después de tres semanas de convivir, sobrevivir y organizarse como han ido pudiendo, ya muestran vínculos internos más estrechos, un sentimiento más objetivo de comunidad.

Alguién comenta que el éxito de esta marcha revitalizará los guardias en las escuelas, y en general la actividad dentro de la huelga, que apenas ayer obtuvo un triunfo más al impedir los exámenes extramuros, ese intento del rector Barnés por ir partiendo en dos, de una vez, a los estudiantes de la Universidad.

Huelgas extramuros

La participación de las escuelas de Derecho, Ingeniería, Química y Odontología ha sido histórica. De esta última facultad, antes tímida, una manta va diciendo a media calle: "La UNAM es un logro de las luchas del pueblo. Si la paga el pueblo, que sea del pueblo".

Los estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia vistieron de pirámide un Volkswagen con la leyenda: For sale. Un nuevo ingrediente de las recientes movilizaciones de protesta popular lo será en breve la defensa de los recursos históricos y arqueológicos del país.

Y como lo recuerdan los de la UNAM: "después de la educación, siguen los hospitales y la luz". Y luego, ya no digamos el petróleo, los recintos de la historia. Los uameros le meten sabor al caldo con su cada día más popular consigna: "Hongo, peyote y mariguana, arriba la Metropolitana".

Una versión gigante del polémico cartón de Helguera, donde salen Barnés y Gurría con el BM, va al frente de los profesores del CCH Atzacapotzalco. Y como van para adelante, los huelguistas entonan: "Sacaremos a Barnés de Rectoría, de Rectoría sacaremos a Barnés".

A Zócalo lleno, al son de la Víbora de la Mar, los de Ciencias cantan: "Unos mexicanos que todo vendían / exámenes y credenciales / están en Rectoría".

Y todavía más, está la versión de Los Nakos al chotis Madrid, de Agustín Lara: "Barnés, Barnés, Barnés / a los neoliberales dices yes / Barnés, Barnés, Barnés / las cosas tú las haces con los pies".

Lenta de tan acompañada, la entrada de la marcha al Zócalo terminó después de las 20 horas, cuando ingresaron los trabajadores de la CNTE, que corean, dando la vuelta a la plaza ya llena y con el mitin desde hace rato: "Apoyo total a la huelga de la UNAM".

Y mientras el STUNAM reafirma que no participarán los trabajadores ni los académicos en las clases extramuros que pretende imponer Rectoría, el EZLN manda decir que hoy a las 24 horas declararán una "huelga extramuros" en todos los Aguascalientes, ya que no pueden hacer desde allá otra cosa. El subcomandante Marcos, en un mensaje leído durante la concentración en el Zócalo, expresa: "Que la inteligencia y la justicia por fin se encuentren".

La "huelga" zapatista es recibida con un extendido aplauso, y una mujer de la Asamblea de Padres se dirige a las decenas de miles de estudiantes que llenan la plaza, unos tirados en el suelo, exhaustos, otros de pie y escuchando, y más atrás muchos bailando: "Nuestra obligación como padres es marchar aquí con nuestros jóvenes. Gracias a las luchas de los jóvenes de ayer, hoy ellos tienen derecho a la universidad", y agrega que sus hijos ahora luchan por los jóvenes del futuro.

A pesar de las numerosas compañías de este movimiento contra las cuotas, es de los estudiantes y sólo de ellos lo que hacen y lo que les pasa. Tal carga de responsabilidad los ha templado estos días. Contra una hostilidad poderosa desde todos los canales de la autoridad, los estudiantes se han encontrado con el pueblo, como dicen. La gente de las colonias, de los transportes, de las secundarias y los mercados, que los apoyan. Y es que la más intensa ha sido la huelga extramuros de la propia UNAM, la socialización del movimiento.

Las condiciones para una consulta metropolitana han madurado tan aprisa como el movimiento.

Ahora, con este capital y toda la energía ganada, los estudiantes en huelga se aproximan a una nueva definición de sus condiciones para el diálogo, luego de rechazar la indolente propuesta de Rectoría.

Todos los no han de llevar inexorablemente a la definición de los sucesivos sí, cuando un movimiento social sabe lo que puede, y también lo que no puede.

"Otro rollo esta marcha", comenta un colega fotógrafo. Al son de No volveré, los chavos cantaban por la Alameda: "No pagaré, aunque me haga pedazos la tira", luego de que una llovizna con tolvanera arrancó a la Prepa 7 un "ni la lluvia, ni el viento, detienen al movimiento".

Hoy mismo, se enteran, hay una huelga estudiantil en Argentina por motivos similares a ésta, y en la Universidad de Berkeley, California, una más desesperada huelga de hambre se opone a la cancelación de los estudios sociales y étnicos, que le dieron renombre y respeto a Berkeley en tiempos menos rudos.

Y los trabajadores del STUNAM, y los padres de familia llegan y dicen: "No están solos". Evidentemente.