José del Val
El liberalismo patito

Los que hoy impunes, ofenden y vapulean a la ciudadanía con su crecido caudal de medias verdades y dobles mentiras, y con temeraria irresponsabilidad desmantelan las estructuras institucionales que otorgan sentido a nuestro pacto constitucional, han conquistado su lugarcito en la historia: son la vergüenza del liberalismo.

Independientemente de que la aplicación dogmática del liberalismo en países tan brutalmente desiguales como el nuestro ha fracasado sistemáticamente, hay algo que es todavía más grave, que la "doctrina liberal", reducida a tres o cuatro recetas económicas, se le imponga a nuestra sociedad mediante la cínica utilización de las viejas estructuras autoritarias del Estado corporativo.

Llevamos dos décadas bajo el dominio de falsos demócratas que ante su impotencia para convencer al pueblo de México de las bondades de sus propuestas, las imponen agazapados en la patética sumisión de ilegítimas mayorías legislativas.

ƑCúal liberalismo o neoliberalismo? No es cierto; para ser liberal hace falta el vigor y temple democrático y esto, nos lo demuestran día a día, no está con ellos.

Es tan difícil justificar sus continuos desaciertos y provocaciones, que está uno tentado a concluir que por desgracia, en esta época, la patria ha caído en manos de una generación de canallas mayores.

Pero no, la situación es más triste y más grave: la patria sufre en las sudorosas manos de un pequeño grupo de bisoños y asustados funcionarios cuyo "proyecto nacional" se reduce a mantener precariamente estables dos o tres variables macroeconómicas.

Con tal sabiduría y altura de miras se les podría haber hecho responsables de alguna casita de bolsa, alguna franquicia de transnacional... pero Ƒresponsables de una nación? Nunca.

Revisen con cuidado todas sus argumentaciones y propuestas y constatarán un hecho irrefutable: su total amnesia histórica. No encontraremos en "el corpus de su palabrería" más que vagas referencias a héroes de bronce sin valor argumental.

Un pueblo que come historia, sueña historia, que hace el amor con la historia es hoy gobernado por individuos que no sólo ignoran nuestra historia, sino que la desprecian.

Es ésta una de las razones que explican su peculiar manera, por decir lo menos, de medio-administrar a México; no saben de dónde vienen, no saben a dónde van, no pueden aquilatar las consecuencias de sus actos y menos cuidar los límites de nuestra gobernabilidad.

Así; sin rumbo ni proyecto de futuro, nos mantienen atribulados y confundidos en múltiples discusiones fragmentarias y poco meditadas como: Ƒde quién fue el error de diciembre?, o, si se retractan de lo firmado en Larráinzar o, si lo mejor que nos podía pasar es el inmoral Fobaproa o, que vendamos la petroquímica o, que si se privatiza la energía eléctrica o, que si le metemos cuotas de la UNAM o, que privaticemos el patrimonio cultural... y lo que venga.

Así; sin orden ni proyecto, sin seriedad ni oficio político, sin construcción de consensos, mintiendo a diestra y siniestra, descalificando a los que disienten, y siempre amenazando con el uso de las abyectas componendas cupulares legislativas, y la impúdica y escandalosa complicidad de algunos "medios".

Liberales cuya "gobernabilidad" se sustenta en el mantenimiento injusto e ilegal de más de la mitad de nuestro ejército ocupando el país, cubriendo su descomunal incapacidad de negociación política.

Patéticos "liberales" que sin el uso abusivo de las fuerzas armadas y los mecanismos más pútridos del Estado corporativo no podrían llevar a la práctica sus dudosas recetas-certezas.

Liberales patito, chafas como falluca de banqueta, que incapaces de convencer a su pueblo, se lanzan por el mundo a tratar de convencer a los extranjeros de sus desatinos y torpezas fracasando estrepitosamente en todos los foros.

Liberales patito, que con imperdonable crueldad han maltratado y engañado a los pueblos indios de México como nunca en este siglo.

Liberales patito, incapaces de comprender, que su pseudoliberalismo es un insulto a la inteligencia del pueblo de México, que sabe muy bien que su historia profunda y reciente es la única guía para comprender nuestro perfil institucional y cuyo objetivo mayor es: la lucha contra la brutal desigualdad.

Algo mucho más profundo y complejo que el ufanarse tontamente de que "el país crece con finanzas sanas", al precio de encarcelar por décadas en la miseria, a decenas de millones de compatriotas.

Liberales patito, que se inclinan sin pudor, frente a cualquier potencial inversor ofreciéndole el vergonzoso y jugoso negocio de la desigualdad nacional.

El fracaso de esta generación de liberales patito está a la vista, pero lo peor, lo imperdonable, lo que no quedará impune, es la brutal soberbia con la que se golpea y burla el legítimo, generoso y patriótico clamor de los pueblos indios de México.