n De Simone de Beauvoir
El segundo sexo, despertar'' que cumple medio siglo de vigencia
Dpa, Hamburgo, 11 de mayo n Para inumerables mujeres, en 1949 la lectura de El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, significó un ''gran despertar", un momento tras el cual ya nada fue como antes. Adelantado por su impertinente franqueza en cuestiones sexuales, así como por sus demandas radicales de igualdad de oportunidades laborales, de control de la natalidad, de legalización del aborto, de unión libre de los sexos y del pensamiento que acabaría por convertirse en el más famoso lema feminista del siglo: ''no se nace mujer, se deviene mujer", el libro es al mismo tiempo análisis teórico y ataque contra todo intento de tutela y funcionalización de la mujer.
El segundo sexo se publicó en dos partes, entre mayo y octubre de 1949, en París. Apenas aparecido fue un escándalo en todo el abanico ideológico: la Iglesia católica lo puso en el index, en la España de Franco y en la Unión Soviética comunista estuvo en la lista de libros prohibidos; en Alemania Oriental recientemente pudo ser leído tras la caída del Muro de Berlín.
Su autora, entonces ya una admirada escritora, chocó también en Francia con voces de repudio. Decepcionante, pero también demostrativo le pareció el hecho de que la consternación proviniese no sólo de la burguesía o de la mayoría silenciosa de entonces, sino también de más de algún camarada intelectual de izquierda.
Los camaradas reaccionaron de pronto como hombres a la pretensión de una mujer, de poner en cuestión o relativizar su legitimidad masculina, que siempre había sido tan ''legítima".
La obra de Simone de Beauvoir domina hoy el discurso público y privado siempre que se hable de la trascendencia de la mujer, aunque su repercusión no sea siempre evidente. Comparado con El capital, de Carlos Marx, en radicalidad de análisis y en influencia política, El segundo sexo se convirtió en obra fundamental del nuevo movimiento feminista de la posguerra.