El síndrome de parálisis académica de los investigadores

Raúl Cicero

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Hace poco volví a leer el artículo de Goldstein HJL On the origin and prevention of PAIDS (paralyzed academic investigator's disease syndrome); J Clin Invest 1986; 78: 848-854, y recordé lo que el gran maestro de la neumología mexicana Alejandro Celis, autor de Patología de la pobreza, le contestó a un alto funcionario del ISSSTE, cuando le preguntaron qué aparatos se necesitaban para elevar la productividad científica de la institución: "Señor director, solamente uno: ganas de trabajar".

Ahora que una absurda huelga ha paralizado todas las actividades de investigación en la UNAM, vale la pena recordar los múltiples pretextos que ponen los investigadores para no trabajar... y para no publicar, desde luego la huelga va a ser uno de ellos.

A veces las investigaciones no se pueden terminar en los lapsos previstos, en ocasiones no se puede comprobar una hipótesis o surgen dificultades imprevistas, pero con frecuencia las cosas no salen simplemente porque no se han hecho, por pereza, por irresponsabilidad o por evidente negligencia.

Este síndrome de parálisis académica es muy frecuente sobre todo cuando los investigadores están sindicalizados y no se les puede exigir nada.

El síndrome se puede prevenir con una combinación de sólido entrenamiento en ciencias básicas y una cualidad especial que se llama interés técnico en la investigación, que implica la confianza y el sentido de aventura que emerge del conocimiento; es el deseo de emplear nuevas técnicas y generar nuevas ideas para contestar nuevas preguntas y es la determinación de evitar la fosilización de los conocimientos que se tienen y es también el apoyo institucional para el trabajo científico y humanista.

En el caso de la UNAM, el pretexto de luchas contra la "privatización de la educación superior" difícilmente justifica una huelga que lesiona brutalmente la investigación. Lo grave es que esta situación conducirá a una parálisis académica inevitable.

Desde luego, cada quien tiene el derecho de opinar sobre las cuotas en la UNAM, a favor o en contra, pero, Ƒse tiene el derecho de afectar a la inmensa mayoría que quiere trabajar, y de obstaculizar las investigaciones que se están haciendo, en ocasiones con grandes esfuerzos?

En todo caso, podría hacerse una huelga de suspensión de pagos sin afectar las actividades académicas. Está claro que ante la restricción de recursos para las universidades nadie que piense seriamente en la educación superior puede estar de acuerdo con que se evaporen cientos de millones de pesos, en realidad de dólares, para "salvar a la banca y al país" sin conocer la causa de esta colosal y catastrófica quiebra de los bancos y sin exigir ninguna responsabilidad a los culpables, y en cambio se nieguen recursos a la UNAM.

Ahora más que nunca México necesita producir y publicar los resultados de sus investigaciones. Sólo el diálogo racional puede terminar con esta injustificada agresión a la ciencia universitaria que conduce fatalmente a una parálisis académica de gravísimas consecuencias.