Manuel Dengo, costarricense
Un latinoamericano, candidato a dirigir la OMM
Kyra Núñez, corresponsal
Ginebra. El ingeniero costarricense Manuel B. Dengo se perfila, como un verdadero David, para sacar a una agencia internacional de gran importancia, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de su presente impasse frente a un mundo globalizado.
Dengo, candidato de América Latina y el Caribe a secretario general de la OMM, tiene claras las dolencias actuales del organismo: inexistente política de modernización de programas de trabajo y recursos humanos, centralización de las funciones en el actual secretario general, insuficientes incentivos al personal ųintegrado por unos 300 funcionarios del secretarioų, falta de transparencia en los procesos de contratación e inadecuados programas de recapacitación.
Peor aún: existe una la sensible disminución de apoyo ųpresupuesto y dirección, principalmenteų para la cooperación técnica a los países en desarrollo, a los que por sí solos les es casi imposible modernizar sus centros de observación meteorológica y mantener actualizados los bancos de datos nacionales, cuyas estadísticas son de uso mundial.
Dengo, en plática exclusiva con La Jornada, opina que el programa de apoyo técnico se ha reducido no porque falte dinero, sino debido a que la presente administración de la OMM no ha privilegiado el atraerlo, ya que para ello deberían estudiarse y proponerse a la comunidad internacional proyectos viables.
Este David, que Costa Rica propuso como candidato en octubre pasado, invocando estar "profundamente convencido de que ha llegado el momento para un cambio de liderazgo de la OMM", deberá enfrentarse a un Goliat nada desprovisto de poder, el profesor G. O. P. Obasi, durante el 13 Congreso Mundial de los 185 Estados miembros, que se desarrolla aquí desde el 4 de mayo, y terminará el 26 del mismo, en la nueva sede del organismo, un majestuoso edificio de cristal construido bajo auspicios de la Confederación Helvética y el apoyo del cantón de Ginebra.
En la actualidad, la OMM tiene ante sí el reto de modernizarse y progresar, pero para ello debe salir de la apatía y el anquilosamiento de los últimos años, en los que ha perdido no sólo un lugar en el mundo de las organizaciones internacionales, sino importantes funciones que de otra manera le serían inherentes, dado que tiene dentro de sus mandatos el vigilar, por ejemplo, la situación del fenómeno El Niño, la degradación de la capa de ozono y el predecir el tiempo.
Los nuevos tiempos deben empezar con la elección, transparente y precisa en mandatos, de un nuevo secretario general de la OMM, a fin de sustituir al africano Obasi, quien ha batido el récord de ser el más perdurable de todos los jefes de agencias de la ONU, con 16 años en funciones, o sea cuatro mandatos seguidos, y quien se considera el candidato viable para un quinto periodo, ante el estupor de varias delegaciones latinoamericanas y caribeñas y de no pocas del mundo desarrollado, así como la desolación de funcionarios que se dicen marginados, sin estímulo profesional y con raras oportunidades de progreso.
Dengo, quien es jefe de Recursos Hídricos y Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, así como secretario del Subcomité de Recursos Hídricos, del Comité Administrativo de Coordinación de las Naciones Unidas, dijo durante la entrevista con La Jornada: "Es tiempo de recuperar las oportunidades perdidas por la OMM en los rubros del cambio climático, desertificación y sequía, biodiversidad, bosques y promoción de la igualdad de oportunidades para la mujer en sus actividades y programas institucionales".
Luego de 16 años de dirección de un secretario que ha dejado muy atrás la constante política de la renovación y modernización, "es tiempo de que la OMM esté preparada para enfrentar los cambios y tendencias que se den en ciencia y tecnología, en políticas y sociedad, en relación con el medio ambiente, el desarrollo, la meteorología y la hidrología", se cita de la Plataforma para el cambio de Dengo, mediante la cual se hace conocer como candidato.
Es tiempo, en suma, de que la OMM, por ejemplo, enfrente el gran reto del desarrollo sostenible y se convierta en agencia clave en los convenios ambientales, de que sea "proactiva al establecer vínculos y alianzas de trabajo con el sector privado, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones científicas y académicas" y pueda tomar la batuta en el área de prevención de desastres naturales que dejará vacante el término del Decenio Internacional de Reducción de Desastres Naturales, este 1999.
Los 185 Estados miembros de la OMM tienen por su parte el reto de votar por este David a favor de un nuevo milenio de éxitos o dejar pasar una gran oportunidad de darle nueva vida, nuevo presupuesto y nueva política a la organización, con lo cual será un Titanic de cristal que se hundirá sin remedio.