La Jornada Semanal, 9 de mayo de 1999
La forma se impone, la estructura permite-
Mondrian pensó: el elemento destructivo del arte
Es necesaria la destrucción para que el orden exista.
Mientras tanto, las palomas giran, el murciélago gira, los mirlos
la lenta destrucción de
la forma
Y devolverla rehecha, reorganizada,
Es el duro corazón
de la empresa.
Bajo su camuflaje,
La luz, despiadada
indefinición, jala y accede.
Adentro de su breve piel, arde la
negrura.
Mucho se
descuida.
El paisaje, por supuesto, lo persigue rabiosamente.
Y
eso es lo que quiso decir:
No puedes reconstruir sin que la
destrucción se esté construyendo;
No hay esencia a menos que
todo se integre.
Así de
simple.
La destrucción se realiza en el punto de máxima
atención.
Orate sine intermissione, instruye San
Pablo.
Orad ininterrumpidamente.
Los dioses y sus nombres han
desaparecido.
Sólo las nubes permanecen.
dan comienzo a lo suyo.
Es agosto.
La campiña
Se recoge
entera para el sacrificio, lento su
desvanecerse en lo
invisible,
Dejando a la tierra su arquitectura de
retirada,
Líneas negras y espacios blancos, un vacío fondeado de
rojos y azules.
Charles Wright, poeta estadunidense, es ganador del Premio Pulitzer
1983 y del National Poetry Award 1997.