El próximo domingo, todos los ciudadanos del Distrito Federal están convocados a un singular plebiscito para expresarse sobre diversos temas que tienen que ver con la reforma de las instituciones políticas de la entidad y con las formas en que la misma ciudadanía podría participar más de cerca en las decisiones que tienen que ver con la vida pública. Como lo hemos anunciado en este mismo espacio desde hace meses algunos articulistas, la consulta se lleva a cabo debido al enorme y valiosísimo esfuerzo de algunos ciudadanos, todos ellos sin partido, entre los que destacan, desde luego, nuestros amigos José Agustín Ortiz Pinchetti, Manuel González Oropeza y Jaime González Graff. Ellos se han echado a cuestas lo que debieron haber promovido y sacado adelante nuestros partidos.
Hace apenas unos días, la secretaria de Gobierno del DF, Rosario Robles Berlanga, se reunió en público con los organizadores de la consulta y expresó lo que poca gente sabía: que el gobierno de la capital ha apoyado en todo lo que ha podido sus esfuerzos. De los cuatro millones y medio de pesos que costará la consulta, el Gobierno del Distrito Federal ha aportado más de dos millones. El resto, como lo informó José Agustín, ha provenido de donaciones de empresarios interesados en el acontecimiento y de otras personas. El proyecto fue también presentado a Manuel Camacho, presidente del Partido de Centro Democrático, y le dio la mejor acogida, como no podía ser de otra forma. La consulta, por lo que puede verse, es de un interés generalizado y cuenta con muy buenos auspicios.
Todos los que apoyamos esta valiosa iniciativa, llevada avante sólo por ciudadanos apartidistas involucrados de verdad y a fondo en el progreso democrático de la capital, vemos en el próximo domingo 16 de mayo una verdadera fecha cívica que, pocos o muchos que sean los participantes en la consulta, marcará un hito en la participación ciudadana en las decisiones que tocan al destino de la entidad. El cuestionario que se aplicará consta de diez preguntas temáticas, y de una más que tiene que ver con el uso que se pueda dar en el Poder Legislativo a los resultados de la consulta en el periodo extraordinario de sesiones que se llevará a cabo en el mes de junio.
Los temas de las preguntas son los siguientes: que el DF cuente con una Constitución propia, como entidad federal que es; que su gobierno decida sobre su endeudamiento público; que el DF sea incluido en los programas nacionales de combate a la pobreza; que sea el Poder Legislativo local y no el Senado el que tenga la facultad de remover al jefe de Gobierno o gobernador en el futuro; que el Poder Legislativo local decida sobre la igualdad de la mujer; que se definan con precisión las responsabilidades que ejerzan los delegados elegidos; que se instaure un órgano plural de representación partidista que contrapese el poder de los delegados; que la supervisión del gasto del gobierno local esté en manos de un órgano ciudadano externo al gobierno; que sea el jefe de Gobierno quien designe al procurador de justicia, y que, además, nombre al jefe de la policía de la capital. No son cuestiones difíciles de discernir. Son muy sencillas y cualquiera las puede contestar. En contrapartida, se ofrece la posibilidad de que a cada pregunta se pueda contestar con la opción de que las cosas sigan como están.
Los partidos debieron haber apoyado desde el principio esta iniciativa, porque va en interés de todos ellos. En lugar de eso, los priístas y los panistas no cesaron de desacreditarla o de restarle importancia; sobre todo, extrañamente, los panistas. Los perredistas debieron haber comprendido que se trataba de un enorme esfuerzo en bien de la democratización del DF y pudieron haber proporcionado todo su apoyo. En lugar de ello, fue el gobierno de Cárdenas el que atendió las solicitudes de apoyo, incluso, pecuniariamente, como dije antes. Por lo menos de los miembros de ese partido, que es el mío, yo esperaría que hicieran lo que me propongo hacer en la mañana del domingo 16: ir de puerta en puerta a las casas de mis vecinos para invitarlos a que vayan a manifestar su opinión sobre los graves problemas que se les someten. A mi amigo Carlos Imaz, por quien voté, le pediría que movilizara a nuestro partido para impulsar esta consulta ciudadana.
Como podrá verse del formato del cuestionario, se trata de preguntas que involucran decisiones capitales sobre el destino de nuestra entidad. Cada una de ellas tiene que ver con el rescate de su soberanía como entidad fundadora del pacto federal. Se trata de facultades que su gobierno no tiene hoy y que debería tener; también de una soberanía encarnada en su Poder Legislativo que lo hace una potestad disminuida y dependiente. Debemos luchar por el rescate de nuestra entidad capital y esta, me parece, es una óptima ocasión.