n Fundada en 1971, desarrolla un proyecto autogestivo en el ''Coyoacán negro''


Santo Domingo, colonia donde la

cultura es una opción subversiva

n Con la creatividad se abren otras puertas, otros horizontes, afirma Fernando Díaz Enciso

Arturo Jiménez/ I n Asentada en una zona que hace 27 años era un inhóspito pedregal y después se convirtió en fértil territorio de fenómenos sociales y disputas políticas e ideológicas, en la colonia Santo Domingo ahora se piensa que la opción para los pobres en el nuevo milenio es la cultura, ''lo verdaderamente subversivo".

Con una historia que va del origen epopéyico (''la invasión urbana más grande de América Latina") a la amenaza actual del narcotráfico, y de ser un ''coto priísta" a volverse un ''bastión opositor", dicho asentamiento cuenta hoy con un singular proyecto cultural autogestivo que parece encontrarse al alza.

En esta zona del sur de la ciudad, el ''Coyoacán negro", la dirigencia de la Unión de Colonos del Pedregal de Santo Domingo colocó en un segundo plano las demandas sociales para enfocarse en los últimos años a construir una eficiente casa de cultura, un laboratorio de teatro y un centro de oficios, así como a participar en la creación del vecino parque ecológico-cultural de Huayamilpas.

Santo Domingo pertenece a la zona de Los Predregales, conformada por 11 colonias y cinco pueblos o barrios. Con más de un kilómetro por lado, a esta colonia la delimita al sur la avenida del IMAN, al norte el Eje 10 Copilco, al poniente Ciudad Universitaria y al oriente la colonia Ajusco.

En tres días que comenzaron el primero de septiembre de 1971, el páramo de barrancas y cuevas fue invadido por colonos provenientes de varios estados y de colonias populares de la capital del país.

Se calcula que en Santo Domingo habitan 100 mil personas, hay unas diez iglesias católicas y protestantes, ocho primarias, cuatro secundarias y un Colegio de Bachilleres, aunque la invasión no previó la creación de áreas verdes, recreativas ni mucho menos culturales.

''La colonia se hizo con el trabajo colectivo de hombres, mujeres, niños y ancianos. Las calles se abrieron a punta de hierro y puño, rellenando con tierra. Así se trabajaron los lotes y las casas, hechas por autoconstrucción." Habla Fernando Díaz Enciso, uno de los ocho integrantes de la mesa directiva de la unión, director de la ''revista de cultura popular" La Calavera y coordinador del Centro de Artes y Oficios Escuelita Emiliano Zapata. El diminutivo se debe a que, en el lugar de esta casa de cultura, unas láminas y tablas fueron el primer espacio de enseñanza en la colonia.

Una escuelita con prestigio

 

La Escuelita ųorgullo y parte fundamental del proyecto cultural de los colonosų es un espacio relativamente pequeño pero funcional, diseñado bajo el modelo de la vecindad: patio central, escalinata y balcones internos, sólo que en lugar de viviendas hay salones de clases y cubículos.

Fue construida hace cinco años tras un convenio con el entonces Departamento del Distrito Federal ųen las regencias de Manuel Camacho Solís y Manuel Aguilera Gómezų, que proporcionó el material mientras los habitantes la mano de obra y el proyecto de diseño. Pero el gobierno retiró el apoyo cuando el candidato Cuauhtémoc Cárdenas fue invitado por la unión de colonos.

Luego de unos años de trabajar ''a valor mexicano", en julio pasado la unión de colonos realizó un convenio con el gobierno del Distrito Federal y la agencia holandesa Novib, que aportan a partes iguales 630 mil pesos al año para equipamiento y operación de la Escuelita.

Ello le permite dar becas a los jóvenes empleados y desarrollar otros proyectos como el de vivienda, oficios y el de La Cantera (terreno en disputa con la UNAM). Además, crearon un fondo acumulativo con la intención de que algún día sean autosuficientes y prescindan de apoyos externos.

Ubicada en la calle Canacuate, la Escuelita cuenta con libro-club, imprenta, sala de video, biblioteca, galería-sala de juntas, área de computación, laboratorio de fotografía, cafetería y salones para las clases de pintura, serigrafía, literatura, alfabetización, primaria y secundaria abiertas. Se prestan además los servicios de odontología, medicina, acupuntura, psicología y asesorías jurídica y para la construcción.

Tiene cubículos para usos diversos, entre ellos la redacción de La Calavera. Otros espacios como patio central y balcones se utilizan para impartir clases de aerografía, karate y danza regional, cuyo grupo infantil fue invitado para presentarse en Texas.

En la pared frontal de la Escuelita, sobre la escalinata, Daniel Manrique realizó ''El mural de la dignidad indígena", planeado originalmente con otro nombre para pintarse en Cádiz, España, en 1992 con motivo de los 500 años de la conquista de América.

Manrique, quien da clases de pintura en el centro, hizo también el mural escultórico La mujer de piedra, en la cafetería. En este espacio preferido por los chavos se efectúan espectáculos escénicos y musicales, además de contar con una sinfonola dotada de un buen acervo de música roquera.

El integrante del Movimiento Tepito Arte Acá cuenta también con 20 cuadros en la galería-sala de juntas: una historia plástica de Santo Domingo que le contaron los mismos colonos. Esas obras las donó para apoyar la construcción de la Escuelita, pero los habitantes no quisieron que se vendieran.

El libro-club se creó al suscribir un convenio con el Instituto de Cultura de la Ciudad de México y mediante el cual se prestan ejemplares sin ninguna condición. En la imprenta se hace La Calavera y se editaron ya tres libros: Las cuitas de un ajolote, de Raymundo Colín; Los dos nahuales, de Baltasar Gómez; y Tepito Arte Acá, de Manrique.

Otro volumen importante para la memoria comunitaria y que está por editarse reúne testimonios de colonos fundadores, ''más de mil historias escritas por ellos mismos y que se acompañarán con fotografías de 1971 a la fecha", indica Díaz Enciso.

La videoteca Ofelia Medina cuenta con 30 butacas, un enorme televisor y todo el acervo del CNCA, mientras la biblioteca Elena Poniatowska tiene entre su haber mil 500 volúmenes donados por la Dirección de Bibliotecas de la SEP.

 

Entregar la estafeta

 

La Unión de Colonos del Pedregal de Santo Domingo funciona con base en una asamblea semanal en la que se tratan los asuntos de la comunidad. La mesa directiva de la unión cuenta con ocho miembros y, aparte, cada rubro ųcomo teatro, promoción y oficiosų tiene a su propio responsable. Cerca de medio centenar de personas trabajan en las diferentes áreas y la mayoría son ''muy chavos".

ųƑY la vieja guardia? ųse le pregunta a Díaz Enciso.

ųEstamos entregando la estafeta. Queremos que la nueva generación se encargue no ya de la unión de colonos, que cumplió los objetivos de conseguir los servicios básicos de agua, luz, drenaje, teléfono, educación y las escrituras de los predios. Ahora toca luchar contra la inseguridad, la drogadicción, la violencia, pero sobre todo en favor del desarrollo de los oficios, de la creatividad, de la propia cultura del barrio y del acercamiento a la diversidad de culturas del país y del mundo.

ųƑEntonces, ahora lo cultural tiene prioridad sobre lo político?

ųConsideramos que lo cultural es lo verdaderamente subversivo y lo que tiene un futuro, porque la política está llena de intereses y se actúa de manera muy mezquina. Con la creatividad se abren otras puertas, otros horizontes.

''Aunque en Santo Domingo la drogadicción y la violencia entre las bandas de jóvenes fue más fuerte en los años ochenta, ahora tenemos que estar alertas con drogas como la cocaína, que circula porque las autoridades aún tienen recelo de entrar a esta zona."

ųƑHay narcotraficantes en la colonia?

ųBueno, buscamos una platica con el procurador capitalino (Samuel del Villar) para ver cómo colaboramos y contrarrestar esto. Hacer una investigación le corresponde a la autoridad, nosotros sólo hacemos el señalamiento.