n El Zócalo, colmado; críticas a la política económica
Nueva unidad de los trabajadores, lema de la marcha independiente
Fabiola Martínez y Elizabeth Velasco C. n El ejercicio de unidad al que convocaron más de cien organizaciones sindicales y sociales se hizo realidad ayer, cuando miles de trabajadores, estudiantes, colonos y campesinos dejaron de lado sus ''diferencias ideológicas'' para marchar libremente al Zócalo y comprometerse a firmar un pacto contra las privatizaciones de sectores estratégicos y repudiar el modelo económico neoliberal.
''Hoy, el gobierno tira todo por la ventana y olvida los errores de la política económica. Los neoliberales no se detienen y sus corifeos y tinterillos defienden la voz del amo sin recato ni vergüenza'', expresó Rosendo Flores, líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Alejandra Barrales, oradora inicial, delineó la consigna de esta celebración del Día Internacional del Trabajo, que agrupó a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (FESEBS), Frente Sindical Mexicano (FSM), Coordinadora Intersindical Primero de Mayo (CIPM), estudiantes de la UNAM, entre muchos más que ahora se aglutinan en el Frente Nacional de Resistencia contra la Privatización de la Industria Eléctrica (FNRCPIE).
''Nuestra consigna es una nueva unidad de los trabajadores mexicanos que nos ayude a vencer la división, la intolerancia, la confrontación, la falta de organización y la intervención del gobierno y los patrones en la vida interna de los sindicatos'', expresó.
Por los universitarios habló Gabriela Pineda, estudiante de Odontología y representante del Comité General de Huelga, quien reiteró la exigencia del movimiento estudiantil de sostener un diálogo público, directo y abierto con el rector Francisco Barnés.
Como suele suceder en ocasiones similares, las cifras respecto del número de participantes en la magna manifestación no coincidieron. Lo cierto es que cinco horas después de que se inició el avance de los tres contingentes ųpor Reforma, Hidalgo y Juárezų seguían llegando marchistas a la Plaza de la Constitución.
Repudio a la privatización eléctrica
Combativos y desafiando el férreo control que sobre ellos ejerce su líder, Leonardo Rodríguez Alcaine, medio centenar de trabajadores del SUTERM manifestó su repudio a la apertura del sector eléctrico a la inversión privada. Aunque pocos, los huelguistas de Sosa Texcoco aguardaban el paso de los contingentes desde una banqueta de Reforma. También estaban los paristas de Imprenta Morales, de Hylsa, despedidos de Itapsa, empleados eventuales del INEGI, Taesa o los integrantes del sindicato de la extinta Ruta 100.
Desde las nueve de la mañana, los trabajadores se reunieron en diferentes puntos de la ciudad. Los de la Intersindical, en el Hemiciclo a Juárez; la UNT, en el Monumento a la Revolución, y el FSM, en la Glorieta de Colón. Con paso rápido y por orden alfabético, los contingentes confluyeron en Reforma y se bifurcaron en los alrededores de Bellas Artes. Con ímpetu, entre coros y consignas, se apresuraron al Zócalo. La efervescencia de la marcha contrastaba con la apatía que horas antes habían mostrado miles de trabajadores de las organizaciones que integran el Congreso del Trabajo.
Una vez en la Plaza de la Constitución, la columna rodeaba la plancha de cemento y avanzaba hacia Pino Suárez, para dar paso a otros contingentes. Al igual que en los cinco años anteriores, sin desfile oficial, pasaron por el balcón presidencial, sin nadie a quien saludar. Fue también un desfile de cientos de pancartas, con siglas, emblemas y leyendas diferentes en contra del gobierno.
En el templete que se instaló, los oradores coincidieron en que este es un momento decisivo de la historia de nuestro país, ''el movimiento obrero mexicano atraviesa por una etapa de grandes transformaciones que deben profundizarse con el propósito de que los trabajadores participen de manera efectiva en la reforma democrática, social y económica del Estado'', manifestaron.