n Instó el BdeM a consolidar el cambio estructural
Es momento de reformar los sectores eléctrico y financiero
Roberto González Amador n El Banco de México afirmó ayer que para consolidar un desarrollo económico sostenido del país, es esencial ''perseverar en el cambio estructural'', por lo que consideró que ''ahora es el momento de empujar la reforma de los sectores eléctrico y financiero'', cuya discusión se encuentra detenida en el Congreso.
Aseguró que para mantener la confianza de los empresarios nacionales y extranjeros en la ''viabilidad de largo plazo de la economía mexicana'' es necesario avanzar en la reforma estructural -término oficial para referirse a las privatizaciones y la apertura al exterior- iniciada a mediados de la década pasada ''y cuya maduración ha permitido en el presente, entre otras cosas, el aumento y diversificación del comercio exterior''.
En el Informe anual 1998, enviado ayer al Congreso, el banco central anunció que su propósito para el próximo quinquenio es que México obtenga una tasa anual de inflación similar a la de las economías desarrolladas de América del Norte, que son menores a 5 por ciento, no obstante que en este país el crecimiento de los precios fue de 18 por ciento en 1998.
El organismo señaló que si se plantea como meta alcanzar, en un plazo perentorio, los estándares de inflación que caracterizan al mundo desarrollado, ''hay que aspirar a obtener una convergencia con otros parámetros que definen la modernidad económica de esos países: la estabilidad de precios depende de la disciplina fiscal, de la flexibilidad de los mercados, de la eficiencia de las instituciones, y de la solidez del sistema financiero''.
En el documento, el Banco de México reiteró que el principal objetivo de la política monetaria para lo que resta del año será cumplir la meta oficial de inflación, de 13 por ciento.
''La postura de la política monetaria -que el año pasado redujo la liquidez para frenar la depreciación del peso frente al dólar- ha sido la apropiada. El avance ha sido notable, pero la meta está todavía lejos de las expectativas prevalecientes. Frente a esa situación, el banco central reitera su intención indeclinable de reducir la inflación en definitiva y de actuar en consecuencia'', señaló el informe.
La consideración para mantener sin variación la política monetaria y la lucha contra la inflación fue sustentada en el hecho de que el panorama mundial dista mucho de haberse clarificado por completo. Frente a las interrogantes que subsisten, agregó, la postura lógica es de vigilancia constante y de ''cautela extrema''.
Además, afirmó que la única forma en que el Banco de México puede contribuir al progreso económico del país es a través de procurar la estabilidad monetaria.
''En lo particular, hay tres asuntos de relevancia nacional en cuya solución la estabilidad tiene mucho que aportar: el fortalecimiento del sector financiero, la vigorización de las finanzas públicas, y el bienestar de la mayoría de la población'', puntualiza el informe.
Reforma estructural
El banco central llamó a continuar la reforma estructural de la economía. Los cambios realizados desde mediados de la década pasada, aseguró, han permitido el aumento y la diversificación del comercio exterior mexicano. Esto, a su vez, ha reducido la petrolización de las cuentas externas y, sobre todo, ha vinculado eficientemente a la economía nacional con el sistema económico mundial, lo que ha permitido aprovechar la continua expansión de la economía estadunidense.
Pero además de profundizar la reforma estructural, el informe considera indispensable mantener la coherencia de la política económica, es decir, continuar con déficits fiscales que se financien sin necesidad de recurrir a la contratación de deuda con el exterior.
En cuanto a las medidas necesarias para abatir la inflación, el Banco de México considera que en las próximas negociaciones salariales, los acuerdos entre patrones y trabajadores no se sustenten ''en expectativas de inflación extrapoladas, a partir de la historia inflacionaria reciente, sino a aquellas que sean compatibles con el objetivo de crecimiento de precios para este año'', de 13 por ciento.
''Si este elemento no se incorpora en la determinación de los salarios, los costos de las empresas subirán en forma desproporcionada afectando en consecuencia su competitividad internacional. Asimismo, habrá un menor crecimiento del empleo y los ingresos reales de los trabajadores no se incrementarán conforme a lo deseado''.
En el informe, el banco central atribuyó el incumplimiento de la meta de inflación del año pasado, que fue de 12 por ciento, frente a un crecimiento de precios de 18 por ciento, a la situación de crisis financiera internacional.