n El empantanamiento empieza a tener efectos en el Consejo General de Huelga
Recuperan terreno entre paristas las posturas intransigentes
Hermann Bellinghausen n La segunda semana de la huelga en la UNAM arrancó entre contradicciones acentuadas. Hay un reacomodo de posiciones. Las propuestas maximalistas, intransigentes, que ponen más lejos el diálogo, recuperaron un terreno que habían perdido la semana pasada.
En tanto, las brigadas callejeras, en camiones y vagones del Metro, han llevado la luz de los estudiantes y han generado incluso discusiones entre los pasajeros sobre la gratuidad de la educación superior. Es cosa de ver a estudiantes de carrera dialogando con los chamacos a la salida de las escuelas secundarias, explicándoles la huelga y pidiéndoles apoyo. Pasajeros, escolares y puesteros se cooperan, de a poquito, pero consistentemente.
El empantanamiento al que apuesta el rector Barnés, que también corre en su contra, empieza a tener efectos sobre el Consejo General de Huelga y las asambleas escolares.
En su actual etapa, la huelga estudiantil polariza sus posiciones. Un grupo de maestros de la Facultad de Filosofía y Letras, que simpatiza con los estudiantes, expresó su preocupación por el endurecimiento de las posiciones. El discurso ex- cluyente ganó hoy terreno. Un profesor de historia decía que los medios de comunicación, sobre todo los electrónicos, han estado tremendos, casi criminales, contra el movimiento estudiantil. Pero que un tono de equivalente intolerancia se enseñorea en las asambleas estudiantiles y el CGH.
La denominada ultra trabajó el fin de semana y logró cambiar la postura de diversas escuelas, llevándolas hacia las posturas de Lucha y el CEM. Esto cierra el paso a la mediación que ofrecen los académicos y reduce la participación de los posgraduados en el CGH, pese a que representan las posturas más sensatas y académicas (o tal vez por eso).
Un representante de Economía lamentaba haber perdido hoy estos puntos en la asamblea de su escuela, siendo que la semana pasada estaban ganados: "Con el privilegio que representa para este CGH la participación de doctores, de científicos, de gente bien preparada y comprometida con la universidad y el país bien en serio".
Así, chavitos representantes de los CCH Vallejo y Naucalpan y de las principales facultades de la UNAM, se oponían a la "sobrerrepresentación" de los posgraduados.
Un sindicalista también de la Facultad de Economía veía el momento difícil, sí, pero inevitable, y con posibilidades interesantes: "Con la polarización, se definen los proyectos. Ahora todos tienen que dejar claro lo que piensan".
Entre la tripa y el seso, entre el miedo y el ánimo, entre la provocación radical y los esfuerzos de la sensatez, la huelga sigue. Con los padres al pie del cañón, los académicos en creciente inquietud y la total simpatía de los trabajadores universitarios con el movimiento estudiantil.
Con el fantasma del sectarismo recorriendo las asambleas, aumentaron las brigadas y la participación de estudiantes en algunas escuelas, mientras que en otras, por el contrario, disminuyeron.
Son días definitivos para la evolución del conflicto. Las autoridades insisten en la cerrazón de ni un paso atrás. Nada más falta ahora que los estudiantes se pongan en el mismo plan. Y a ver de a cómo se pone.
Por lo pronto, esta noche el CGH seguía reunido en el Che Guevara, a muy alta temperatura, en un forcejeo que requiere paciencia, mucha paciencia.
El papel y los muros
Los muros hablan en papel. Esta no es una huelga grafitera. Se expresa en mantas, cartulinas, carteles, hojas de papel volando. Las palabras que tapizan las instalaciones universitarias se confeccionan en los patios, los aeropuertos, las terrazas de las instalaciones universitarias. Son firmes, y en su mayor parte, sencillas. "Huelga sí, hueva no".
Es una huelga pobre. Más que las anteriores (tanto de trabajadores como de maestros y estudiantes). Francamente artesanal. Pero así la asumen los hijos de la crisis, que igual han vivido la estrechez en las otras partes de su existencia. La mayor parte, por universitaria que sea, está fuera de la sociedad de consumo. Y eso determina mucho más que el "nivel académico". Determina desde qué nivel se ven las cosas.
Es una huelga que respeta las paredes, las ventanas, las puertas, pero esta rompiendo o brincándose infinidad de cosas.
En su "Segunda Fundación", en tiempos del rector Guillermo Soberón, cuando una epidemia de concreto creó las ENEP y la segunda ciudad universitaria de CU, la UNAM se pobló de valles, rejas, alambrados y vitrinas excluyentes.
Estas separaciones no han dejado de crecer. Las escuelas, colegios y facultades están lejos unos de otros, y enrejados en sí mismos.
Los huelguistas, al ocupar las instalaciones, se ven en poder de un laberinto de separaciones externas, cruel indicio de la dirección que ha tomado el desarrollo de la universidad. El espacio de los institutos de investigación, las facultades, sus anexos y hasta los parques, ya está listo para compartimentar la vida universitaria ƑCada día serán más costosos los pasaportes para cruzar las rejas del "primer nivel", el posgrado, la excelencia? ƑPara transitar por el alma mater cada vez menos a sus anchas?
Fugazmente, los muros hablan: "La huelga no es un problema de clases. Es un problema de clase", se lee en el castillo amurallado por las autoridades de Ciencias Políticas.
Pequeños grupos de tiendas de campaña se adhieren a los edificios. Pasan por el circuito estudiantes cargando grandes mochilas con bolsa de dormir, ropa, libros, ajedrez, botellas de agua. Como quien va de viaje. En su propia casa.
De día, las brigadas se debaten entre atender la huelga misma, o sea las instalaciones, y salir a la calle a botear, difundir, brigadear el movimiento.
Los representantes y corrientes definidas, "históricas", concentran sus energías en las asambleas, sobre todo del CGH, y las acciones de la huelga quedan a cargo de "las bases", que no lo son tanto, pero muchos apenas están aprendiendo.
Durante una asamblea de padres de familia de cara al sol esta tarde en Medicina, donde recibieron un saludo de la dirección del STUNAM, un padre cogió el micrófono para decir: "Llena de orgullo ver a nuestros hijos luchando por el pueblo de México del porvenir".
Los muros hablan. A pocos pasos de donde suena Bob Marley en un puesto de guardia, un Manifiesto por la Huelga Autogestiva inicia su recorrido por la explanada:
"Huelga, luego existo. La huelga es un acto por el cual los sin voz y sin rostro decimos a los achichincles que desgobiernan la Universidad que no mandan, y que tienen que tomarnos en cuenta".
Firmado por el grupo Uno de los Amigos de Durito, el Manifiesto proclama bretonianamente: "muera el aburrimiento", y agrega: "Que nadie confisque tu voz".
En otra grabadora canta Dead Can Dance y en otra más se transmite el programa radial del Colectivo La Revuelta, que describe el debate sobre universidad gratuita y de paga, en argumentación metódica contra el Reglamento General de Pagos impulsado por el rector Barnés. "Que no te chamaqueen, infórmate, opina y transforma.
Saludos solidarios
Sostener las guardias nocturnas muchas veces es ocasión de susto. Los rumores corren por los campus en las noches, como si se materializaran las amenazas de los porros, de Derecho y las prepas, o los grupos fascistas de Medicina.
Esta tarde, en la asamblea de Ciencias Políticas, un estudiante propuso la creación de una "Comisión de verificación de rumores". Hablaba en serio.
Esta noche en CU, los guardianes de la entrada temían una provocación de porros. Se confirmó una reunión de 200 estudiantes de Derecho en un parque de Miguel Angel de Quevedo.
Mientras, la interminable asamblea del CGH recibía saludos solidarios de organizaciones civiles y estudiantiles de Argentina, de universidades locales como la UAM, y de organizaciones sociales como el Frente Popular Francisco Villa y El Barzón. Ya se habían visto en la marcha del viernes.
José Arturo Ruiz, del Barzón Metropolitano, saludó esta noche al CGH con un menaje "fraterno y solidario", que dice:
"Entendemos su movimiento. Los comprendimos desde el primer minuto de su huelga", y recordó que también al Barzón lo han perseguido y amenazado por razones similares a las que ahora satanizan la huelga estudiantil.
El vocero barzonista, además de ofrecer apoyos materiales a los huelguistas, anunció que su organización propone destinar a la educación pública los 750 mil millones de pesos con que se salvarán el Fobaproa, las carreteras y los demás naufragios de la privatización.
Enseguida, una niña de secundaria saludó al monstruo de mil cabezas del CGH y dijo que los escolares están con la huelga: "Sabemos que no es nada más por nosotros. Es por México".
Y me quedé pensando que, últimamente, el arrebato cívico no tiene edad.