n Se ven involucrados en la muerte de por lo menos dos personas diariamente: cifras del Semefo
Microbuses, violencia a la vuelta de la esquina
En la ciudad de México diariamente mueren dos personas en incidentes que involucran a microbuses, ya sea por asalto o por accidentes viales, según cifras del Servicio Médico Forense (Semefo).
Los altos índices de asaltos con y sin violencia a bordo de estas unidades así como los accidentes causados por éstas han despertado la alerta de las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y de la Dirección General de Servicios al Transporte. Aunque las primeras ya llevan a cabo acciones especiales de vigilancia en rutas consideradas como más peligrosas, la segunda no acaba aún de elaborar un atlas que anunció su titular en marzo pasado.
Sólo en enero y febrero, Locatel recibió más de 500 quejas por irregularidades diversas en la prestación del servicio, que en su mayoría se refieren a la alteración en el cobro de la tarifa; los capitalinos reciben un servicio que además de inseguro es deficiente y que al no respetar la normatividad vigente los únicos perjudicados son ellos.
En los primeros tres meses del año, la PGJDF inició 127 averiguaciones previas por robo a bordo de microbuses, con y sin violencia. En el mismo periodo sólo 16 personas fueron puestas a disposición del Ministerio Público: cinco por robo a conductor y 11 por asalto a pasajeros.
Hasta antes de la aplicación del programa Respuesta contra la delincuencia en microbús, el 19 de abril pasado, la SSP reportó un total de 29 asaltos a bordo de estas unidades, detuvo y remitió al Ministerio Público a 26 sujetos, más 16 jóvenes pertenecientes al Cetis 8 que el 26 de marzo abordaron uno para asaltar a los pasajeros y el conductor en la colonia Granada, delegación Miguel Hidalgo. La cifra de la SSP sobre remitidos al MP difiere en mucho a la indicada por la Procuraduría capitalina.
Los reportes policiacos dan cuenta en los hechos de un excesivo uso de la violencia para intimidar a los pasajeros, pues son golpeados, baleados o apuñalados al oponer resistencia al asalto, principalmente cuando actúan tres o más sujetos. En algunos casos, tras ser despojar de su dinero y otros valores los pasajeros son víctimas de atrocidades como secuestro y abuso sexual, en este último caso incluso contra mujeres menores de edad.
De enero a la fecha seis mujeres han sido violadas en este tipo de ilícitos, entre ellas una menor de edad que se negó a presentar la denuncia correspondiente. Por disparo de arma de fuego resultaron lesionadas nueve personas, una por arma punzo cortante y tres más por lesiones, en tanto que tres más fueron asesinadas, según los informes de la SSP.
Un trayecto de cuatro horas
No todos los casos constan en los archivos de la policía capitalina. Durante cuatro horas el pasado 15 de enero cuatro sujetos secuestraron un microbús de la ruta 14, que salió de la estación del Metro Portales rumbo a Cárcel de Mujeres, Iztapalapa, en el que viajaba la señora Ana. ''Al llegar al cruce de la avenida Rojo Gómez los sujetos abordaron el vehículo y advirtieron que era un asalto, amagaron al conductor y exigieron los objetos de valor y el dinero, a pesar de no oponerse golpearon a dos jóvenes y condujeron el vehículo por c alles cerradas hasta llegar a un callejón. Revisaron a los pasajeros y les quitaron hasta las tarjetas de crédito''.
Posteriormente, indicaron que ''nos llevarían a dar un paseito para sacar el dinero las cuentas de los que entregaron sus tarjetas. Con amenazas nos acomodaron ocupando todos los asientos y a los que estaban parados los acostaron en el piso para recorrer así la avenida Ermita Iztapalapa.
"El microbús se detuvo en tres ocasiones, se bajaba uno de los delincuentes para sacar el dinero del banco; hasta obtener sacar todo el disponible nos dejaron libres y con una sonrisa nos dijeron hay nos vemos para la otra''. De esta forma terminó el relato la señora Ana, quien desde entonces vive con el temor de ser nuevamente asaltada.
A decir de algunos operadores y usuarios de microbuses, prefieren omitir sus denuncias porque las autoridades encargadas de resolver esos delitos son incapaces de dar respuesta a las reclamos, y mucho menos logran la captura de los delincuentes que forman bandas organizadas en los distintos puntos de la ciudad de México.
Lucio Mendoza Ríos, presidente del Instituto Mexicano de Estudios de la Criminalidad Organizada (IMECO), acusa a la Dirección General de Política y Estadística Criminal de la PGJDF de negarse a proporcionar información que ha solicitado sobre la incidencia de este ilícito, con el fin de estudiarlo y formular propuestas para combatirlo.
''Las autoridades policiacas tienen indefensa a la ciudadanía porque la gente no puede conocer si están robando más en la colonia Santa María la Rivera o en qué otra parte y en qué horarios'', apunta.
Al problema del robo con violencia en las unidades del transporte público, por ''criminales sin ningún freno moral, capaces de tener a diez o 15 rehenes durante horas, golpearlos, vejarlos y violar a las mujeres, a veces hasta niñas de 12 o 13 años'', Mendoza Ríos añade el de la impunidad.
''La policía es ineficiente en cuanto a sus esquemas de vigilancia, de patrullaje y no todas las víctimas, incluso las que han sido violadas presentan su denuncia, debido a la gran desconfianza que tienen con el Ministerio Público". Advierte además que mucha de esta impunidad se origina en la complicidad que tienen las bandas criminales con muchos policías, ''quienes los dejan actuar porque reciben su iguala''.
A la inseguridad que padecen tanto pasajeros como conductores se suma el desorden en rutas y paraderos, el incumplimiento de la normatividad en cuanto a las condiciones físicas y de mantenimiento que deben tener los automotores para dar el servicio, la prepotencia de los operadores y su manera imprudente de conducir, así como la incapacidad de las autoridades para poner orden.
Locatel recibió en los dos primeros meses del año un total de 517 quejas relacionadas con el servicio que prestan los concesionarios, 262 en enero y 255 en febrero. En su mayoría se trata de reportes por alteración de la tarifa, mal servicio, incumplimiento en el descuento de 20 por ciento a estudiantes, maltrato al usuario, tarifas e identificación del conductor no visibles, no detenerse en los lugares previstos, choferes menores de edad o en estado de ebriedad. Los tres primeros casos son los de mayor incidencia, señala el informe.
No obstante cada día los usuarios padecen todo tipo de anomalías que no son reportadas, desde la aglomeración en las unidades a consecuencia de los prolongados intervalos de tiempo que transcurren en las salidas, su baja capacidad de pasaje, el monopolio que existe en derroteros por parte de algunas rutas y la prolongada espera de la gente en algunos puntos de alta afluencia, como centros comerciales, accesos a estaciones del Metro, cruces de vialidades primarias y zonas industriales.
Según se observó en recorridos por diversas rutas de la ciudad a bordo de estas unidades, es constante además la incomodidad de los microbuses por ajustes que sus propietarios hacen en el orden y espacio de los asientos, fijando las ventanillas para impedir que se abran, cambiando los focos blancos por otros de color o de menor intensidad o al colocar en el piso del pasillo lámina en lugar de material antiderrapante, sin cumplir así las normas en cuanto a las condiciones físicas, antropométricas y de seguridad que deben de tener los vehículos.
Son frecuentes también los casos en los que los vehículos se descomponen en el trayecto; sin justificación alguna obligan a los pasajeros a pasar de una unidad a otra y se desvían de sus rutas sin previo aviso sólo por comodidad o para acortar el camino y adelantarse al compañero que va adelante.
A partir del operativo de aplicado por la SSP han sido detenidas ocho personas, siete por asalto y una por portar arma de fuego. Sin embargo, independientemente de los resultados que arrojen las acciones en materia de seguridad, para los usuarios hace falta que las autoridades se decidan a poner en orden a las 27 mil 410 unidades del servicio concesionado de las 108 rutas de la ciudad para que les den el servicio de calidad que exigen. (Angel Bolaños y Josefina Quintero)