Es indudable que en las últimas décadas ha habido en todo el mundo una revaloración de los viejos centros de las ciudades, mismos que ahora se denominan centros históricos. Sin embargo, ello no ha llevado a un cambio generalizado de mentalidad que implique una modificación significativa en su uso, restauración y cuidado. En general deteriorados y en muchos casos dedicados a fines que los envilecen y dañan sus añejas construcciones, son pocos los gobiernos que han entendido la importancia de restaurarlos y dignificarlos. Los países que lo han hecho, además de los beneficios políticos, han obtenido buenas ganancias económicas, al restablecerse la vida social y económica a plenitud.
En México este proceso se ha dado con enorme lentitud, no obstante que tenemos varios sitios que por su inmenso valor han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. De allí la importancia de la creación de la Academia de Centros Históricos, dentro de la benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE), que ha tomado nuevos bríos bajo la dirección de Luis Maldonado Venegas.
Al frente de la academia está Margarita Sánchez Gavito, quien cuenta con la experiencia de haber dirigido el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, en donde diseñó un excelente programa denominado Vivir en el centro, el cual desafortunadamente, por falta de apoyo gubernamental, no pudo llevarse a cabo.
Con el dinamismo que la caracteriza, ha invitado a la recién fundada academia a varios expertos en el tema, entre otros a Roberto Núñez Arratia, José Chanes Nieto, Fernando Schutte, Luis Vega García, Fernando Paz y Gerardo Boue Iturriaga; por cierto, este último va a presentar esta semana el programa de vivienda media que promoverá el Fideicomiso del Centro Histórico, en el llamado corredor financiero. Mediante la promoción de incentivos fiscales y facilidades administrativas, se espera desarrollar departamentos en renta en hermosas casonas y edificios, que actualmente están abandonados o subutilizados.
Las personas mencionadas y algunos otros, para ingresar a la academia, escribieron interesantes trabajos recepcionales sobre distintos aspectos de este tema trascendente. Dado su enorme interés, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y la propia SMGE los publicaron en un libro, indispensable para los interesados en la conservación de esa rica herencia. Como pequeña muestra, mencionaré algunos de los temas: estrategias para la revitalización de los centros históricos, inversiones para los centros históricos, propuestas y soluciones al comercio informal, marco político y jurídico de los centros históricos, patrimonio y políticas culturales y desarrollo inmobiliario y reciclaje como oportunidad para los centros históricos.
Para profundizar en el tema, el lunes 3 de mayo, en la soberbia casona virreinal ubicada en Justo Sierra número 19, sede de la SMGE, se llevará a cabo el primer taller reflexivo sobre la importancia de la conservación y revitalización de los centros históricos en México. Participarán expertos como los arquitectos Jaime Ortiz Lajous, Enrique Cervantes, Ramón Bonfil y Manuel Larrosa. También intervendrá el ingeniero Salvador López Negrete, dueño de una de las casas más hermosas y mejor restauradas del Centro Histórico de la Ciudad de México, y el presbítero Manuel Olimón, de la Comisión de Arte Sacro, entre otros.
Seguramente uno de los temas que se abordará será el proyecto de remodelación del Zócalo capitalino. Por cierto, para los que se interesan en el asunto, hay un magnífico libro que editó el Gobierno del Distrito Federal para dárselo a los concursantes, con información histórica e ilustraciones, planos y fotos antiguas magníficas, y que, para fortuna del público, está a la venta en las librerías más selectas.
Las dos obras mencionadas, Los centros históricos de nuestro tiempo, de la Academia de Centros Históricos de la SMGE, y El Zócalo: esquema histórico, al igual que la gaceta Crónicas de la Ciudad, que edita el Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, se encuentran en la librería Pórtico, con sus bellísimas capillas dieciochescas ubicadas en Eje Central 24 esquina Venustiano Carranza, y en su sucursal del Pasaje Zócalo-Pino Suárez.
A la vuelta, en 16 de Septiembre número 10, se encuentra el recién reabierto restaurante Prendes, que recuperó, con la familia Alvarez, la categoría que le imprimieron sus bisabuelos hace más de 100 años que lo fundaron. Mientras disfruta la botana con el aperitivo, pida que le presten la fotografía del mural, con los nombres de los personajes; es un agradable entretenimiento ver quién reconoce a más; claro que ahí le pueden descubrir la edad. Certificación gastronómica: el filete Chemita de Prendes sigue siendo el mejor del mundo.