n La medida, para decidir quién juzgará al detenido


Arbitraje internacional sobre el caso Pinochet, solicitará Chile

n Si no prospera la petición, recurrirá a la Corte de La Haya

Enrique Gutiérrez, corresponsal, y agencias, Santiago, 23 de abril n Chile anunció hoy que pedirá un arbitraje internacional a España y Gran Bretaña para dirimir a cuál de los tres países les corresponde juzgar a Augusto Pinochet, y en caso de no prosperar esa medida está dispuesto a acudir a la Corte Internacional de La Haya.

"Nosotros pediremos a los gobiernos de España y Gran Bretaña iniciar el procedimiento arbitral en relación con la competencia española, en el marco de la Convención contra la Tortura", declaró el canciller José Miguel Insulza e indicó que la decisión del gobierno chileno busca lograr el regreso del ex dictador al país.

Explicó que la idea se dirige a entablar una controversia formal con ambos países, pero por separado. La propia Convención contra la Tortura, firmada por los tres países a fines de 1988, abundó, establece como mecanismo para resolver estas controversias el arbitraje internacional y da un plazo de seis meses para haya un acuerdo.

Según el artículo 30 de esa Convención, dijo Insulza, en estos casos se contempla el arbitraje internacional para determinar quién tiene el "mejor derecho" para procesar al senador vitalicio. Incluso, puntualizó que el citado artículo se aplica de manera plena, sin discusión alguna.

No obstante, señaló que en caso de no existir acuerdo para el arbitraje inicial, ya que en el convenio de referencia no se establece cuántos son los jueces ni su nacionalidad, entonces cualquiera de las partes puede acudir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya para que resuelva el asunto.

Insulza cuestiona la competencia de España al argumentar que Chile tiene el "mejor derecho", ya que personas acusadas bajo el tratado sólo pueden ser procesadas en el país donde se cometieron los crímenes o, en su defecto, en la nación donde es detenido, sin contemplar la posibilidad de extradición a un tercer país.

Por lo demás, apuntó el canciller, Chile hará ver por escrito su descontento por la decisión británica de autorizar el proceso de extradición a España, en el momento en que la defensa del ex gobernante de facto pida la revisión de la determinación adoptada por el ministro del Interior, Jack Straw.

No obstante, expertos en derecho y fuentes jurídicas del mismo oficialismo pusieron en duda la viabilidad del arbitraje, al señalar que en el caso Pinochet hay un grave conflicto de interpretación de la Convención contra la Tortura.

Señalaron que Chile, al firmar la Convención de 1988 durante el pinochetismo, hizo reserva del artículo 30 al indicar que no se sometía a la Corte de La Haya. Al respecto, La Segunda comentó que Chile procedería a retirar dicha reserva en las próximas semanas para tener la posibilidad de pedir el arbitraje.

El abogado en derechos humanos, Hernán Montealegre, consideró inviable llegar al arbitraje al explicar que se requeriría el aval de los otros dos países involucrados, pues tienen que estar de acuerdo todas las partes. Pero, estimó, Inglaterra no puede estar de acuerdo puesto que ya emitió un fallo que es cosa juzgada, como es el de la Cámara de los Lores de marzo pasado.

En Granada, España, el juez Baltasar Garzón abogó por la extradición inmediata de Pinochet, e hizo un llamado contra "la obsesión" de olvidar "la lacerante historia de los pueblos". Durante un coloquio universitario, Garzón se mostró pesimista sobre el Tribunal Penal Internacional por las "ataduras" con que nacerá.

En tanto que el comandante en jefe del ejército, general Ricardo Izurieta, se reunía con 35 generales para analizar la situación de la detención de Pinochet y sus repercusiones, el encarcelado general en retiro Manuel Contreras consideró que la suerte del ex dictador está en sus manos y que debe asumir la responsabilidad histórica por la muerte de opositores políticos entre 1973 y 1990.

El hijo de Contreras, Manuel Contreras Valdebenito, dijo a la revista Cosas que a su padre le dieron la espalda y que de estar en servicio activo Pinochet ya estaría de vuelta en Chile, ya que lo hubiera rescatado con sus "contactos" en Alemania, con los israelíes y los ingleses. Y hoy, dijo, él "lo puede hundir o salvar".

A todo esto, la prensa señaló que el ex jefe de gobierno español Felipe González fue advertido de que de viajar a Chile, según invitación del 4 al 5 de mayo para un coloquio, pues podría ser detenido por delitos de represión contra separatistas vascos durante su mandato.