n Se reunió por primera vez con directores desde que comenzó la huelga
Prioritario, crear condiciones para el diálogo, plantea el rector
n Confía en que el conflicto se resuelva a la brevedad n Pide a partidos respetar la autonomía
Alma E. Muñoz n La rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no cederá a las presiones estudiantiles que llevaron a la parálisis de la máxima casa de estudios, y Francisco Barnés de Castro planteó: "La institución no puede regresar al Reglamento General de Pagos (RGP) anterior, porque es ridícula la cuota de 20 centavos para licenciatura y de 15 centavos para el bachillerato". Por tanto, mientras prevalezca la intención de violentar los principios básicos, "corremos el riesgo de que el conflicto (paro indefinido de labores) permanezca largamente", y el centro educativo se mantenga como terreno "impune" para quienes encabezan la situación, sean alumnos, partidos políticos o agrupaciones sociales.
Así respondió ayer el rector Barnés de Castro al movimiento estudiantil que encabeza las protestas por sus políticas de gobierno en la máxima casa de estudios, el día en que los accesos del casco universitario (excepto los institutos de investigación) quedaron totalmente cerrados. A ellos les envió como mensaje que no dará marcha atrás en la modificación de la propuesta de diálogo que hizo el Consejo Universitario para "superar" el Reglamento General de Pagos, y reiteró sus acusaciones en el sentido de que partidos políticos o grupos sociales externos a esta casa de estudios -cuidando no mencionar al Partido de la Revolución Democrática en específico, como hizo el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa- "traten de imponer a la UNAM una solución o un punto de vista" con miras políticas y violenten la autonomía universitaria.
Señaló que ante el "despojo" de los planteles docentes y todos aquellos hechos de "violencia o vandalismo, independiente del pretexto", por parte del "grupo de estudiantes" -minoría como los calificó- que tomaron las instalaciones de la máxima casa de estudios, podrían derivar en acusaciones ante instancias legales, aunque es un recurso al cual se llegará después de "agotar todas la posibilidades de diálogo y búsqueda de consensos".
Entonces, instó a la sociedad y a las autoridades correspondientes "a que continúen apoyando a la universidad" , a fin de que cuente con las garantías y condiciones que le permitan volver a la normalidad.
La UNAM -añadió- "no puede derrotar a los universitarios, tiene la obligación de buscar hasta la última instancia los consensos para avanzar por mejores caminos", y en este entorno se situó lo que, fuera de grabadoras, al final de la conferencia de prensa que dio en la casa donde se instalará provisionalmente la Dirección de Comunicación Social -Cracovia 50-, acotó: "No soy un enemigo a vencer, sino un contrincante a convencer", y dejó en claro que en estos momentos no está en juego su renuncia como rector.
Durante más de 30 minutos, Barnés de Castro dio a conocer sus puntos de vista sobre la huelga estudiantil que en estos momentos prevalece en la UNAM, y acusó que la "excusa para este atropello ha sido la supuesta oposición a un reglamento que establece que la universidad sea gratuita para quienes no pueden pagar y que, por equidad, quienes sí pueden hacerlo, contribuyan con una modesta colegiatura, para que la institución brinde mejores servicios a todos los alumnos (267 mil )".
Previamente, el rector se reunió en San Jerónimo, por primera vez desde que inició el paro de actividades, con el Colegio de Directores, a quienes les dio la libertad de, "según la circunstancia en los planteles, actuar en consecuencia, buscando que impere la cordura, con paciencia y congruencia", como explicó el responsable de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán, José Núñez Castañeda.
En el encuentro, que duró alrededor de una hora, Barnés se mostró preocupado por la situación, y confió en que ésta se resuelva a corto plazo, según palabras del director de la Escuela Nacional Preparatoria, Héctor Herrera León, quien además explicó, en el caso de los nueve planteles, que se analizan las fechas para aplicar exámenes finales, cuyo formato no deberá incluir aquellos temas que por el paro estudiantil no se tocaron a fondo. Ya cuentan con tres posibles lugares para continuar con el trámite de pase reglamentado, aunque por "razones de seguridad", como dijo, no se darán a conocer públicamente.
Las clases extramuros para las licenciaturas aún no se analizan, sólo hubo un balance e intercambio de opiniones -palabras del director de Economía, Guillermo Ramírez Hernández- sobre la situación de la instituciones, aunque aún es "prematuro" evaluar la posibilidad por completo. Evidentemente, de acuerdo con el funcionario, las autoridades esperan que el conflicto no se prolongue. En este mismo sentido habló el titular de Medicina, Alejandro Cravioto.
Barnés de Castro fue claro en su primera aparición pública ante los medios de comunicación después del comienzo del conflicto, y llamó a los partidos políticos y funcionarios públicos, independientemente de su posición sobre la gratuidad de la educación, a "no interferir de ninguna manera en los procesos universitarios, y dejen que los universitarios podamos resolver nuestras diferencias por medios universitarios, en el marco universitario, como lo dicta nuestra autonomía".
A los que "aprecian y respetan" los recintos de esta casa de estudios, los convocó a instrumentar, juntos, las medidas que permitan continuar con las actividades.
"Lo que hoy estamos pidiendo es el respeto, el apoyo para que los universitarios, por medios y procedimientos universitarios, podamos encontrar consensos más amplios que nos permitan superar nuestra diferencia sin intervención alguna". Sin embargo, descartó la posibilidad del diálogo público que propone el Consejo General de Huelga porque, dijo, "como está planteado, es una alternativa para debatir posiciones, no para generar consenso; para explorar caminos que permitan encontrar salidas". Independiente de la "amenaza de presión" que sobre la universidad se cierne por la suspensión de actividades, externó que las "posiciones antagónicas" sobre el RGP se reconocen dentro de la UNAM, siempre y cuando se respete la autonomía que a ésta le otorga el Congreso de la Unión.
En este sentido, adujo que dentro de Ciudad Universitaria se encuentran "grupos enquistados que buscan cualquier oportunidad para generar conflictos que pongan el marco institucional en riesgo". En estos momentos lo más importante para Barnés de Castro es restablecer las condiciones de "diálogo y armonía", y después "analizaremos si proceden sanciones por atropellos".
Aseveró que su regreso a la torre de rectoría se dará cuando las condiciones estén dadas y no haya riesgo de confrontación. Descartó que su salida de ese inmueble, antes del cierre por parte de los estudiantes, pueda considerarse como una huida, pues lo único que pretendió fue evitar "enfrentamientos innecesarios". Desde las primeras horas del día se continuó con el traslado de equipo y documentos de la Rectoría, y alrededor de las 12:00 horas los trabajadores dejaron el lugar como medida de prevención ante la inminencia de la toma del edificio.