n Exposición del pintor chileno en el Reina Sofía


Matta: provocar la intuición de la emoción latente, tarea del artista

n La muerte de Paz es como si me hubieran cortado un brazo, lamenta

José Garza, especial para La Jornada, Madrid, 22 de abril n Roberto Matta Echaurren (Santiago de Chile, 1911) aparece grandioso ante las circunstancias que de pronto lo envuelven como reliquia. Pero la suya es una personalidad y una obra a la altura de la historia y de su historia. Matta, como quiere que simplemente le llamen, es protagonista del arte de nuestro siglo, uno de los últimos representantes vivos del movimiento surrealista y del expresionismo abstracto desarrollados en Nueva York. Pero es, ante todo, un humanista que durante 60 años se ha explayado pictóricamente. Y así lo demuestra la exposición de más de cien obras, dibujos y pinturas que alberga el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Presentada inicialmente de enero a marzo en La Pedrera de Barcelona, sede de la fundación Caixa de Catalunya que patrocina la exposición junto con el Reina Sofía, esta muestra antológica de Matta, dice la curadora de la misma, Ana Beristáin, ''permitirá una aproximación a la trayectoria de este artista que se empeña en afirmar que no es pintor, pero que hoy es uno de los personajes más relevantes del arte de nuestro siglo''.

A Matta poco le preocupa, sin embargo, el sitio que ya mantiene en la tradición. En estos momentos se asume como un hombre de 87 años, optimista y con una visión esperanzadora y convencida de las posibilidades de crecimiento de la especie humana, a pesar de las guerras, las explotaciones y las injusticias. Matta tiene la certeza de que los artistas deben mantener esa visión encendida, permanente: ''El arte sirve para provocar la intuición de la emoción latente en todo lo que nos rodea y para mostrar la arquitectura emocional que las personas necesitan para existir y vivir juntos".

México, país clave

La exposición recoge la obra más importante del creador chileno procedente de las colecciones de museos europeos, estadunidenses y latinoamericanos, además de obra inédita propiedad del autor cedida expresamente para esta ocasión. De esta forma, la muestra permite contemplar 40 trabajos realizados sobre papel y más de 70 piezas sobre tela, la mayoría óleos realizados entre 1936 y 1999.

En la exposición se incluyen algunas piezas de sus inicios, identificadas como morfologías psicológicas, que reflejan su filosofía sobre el paisaje interior del inconsciente humano. También obras de su periodo surrealista, así como las propias de su estancia en Nueva York, cuando formó parte de la comunidad de artistas exiliados durante la Europa de Hitler (junto a André Breton) influyendo en artistas estadunidenses como Robert Motherwell, Jackson Pollock y Arshile Gorky.

De Matta destaca su visión humanista del mundo, que le llevó a recurrir a la ciencia y abandonar -durante los años cuarenta- la abstracción para introducir figuras humanoides en su trabajo. Y de esos momentos, por cierto de rompimiento con los surrealistas y con los pintores neoyorquinos, aparecen en la muestra sorprendentes trabajos a gran escala que lo mismo denuncian la injusticia como el impacto de la tecnología en la humanidad, así como sus posiciones políticas respecto de la problemática de países latinoamericanos como Cuba y Chile.

-ƑCuál es la referencia de México en la figura y la obra de Matta? -se pregunta a la curadora Beristáin.

-México es un país clave en la obra de Matta -afirma. México entra en la Escuela de Nueva York gracias al artista chileno. Tú sabes muy bien que Matta hace un viaje en los años cuarenta a México, acompañado por Motherwell. ƑQué tuvo que suponer ese viaje para ambos? Los estadunidenses vieron a los muralistas mexicanos, pero no habían tocado el color y el paisaje mexicanos. Y Matta es quien hace entender eso a la Escuela de Nueva York; estoy convencida de que mucho del color de esa escuela está en México, gracias a Matta.

-Hablamos de esta referencia mexicana en un pintor chileno. Sin embargo, la condición de emigrante de Matta, Ƒqué tanto despoja al arte de las ideas nacionalistas?

-Matta es un personaje universal. El busca la oportunidad, la vida, la emoción. Matta no tiene fronteras; siempre ha buscado la emoción y está donde la encuentra, así descubrió la emoción del color en México y halló la emoción en Estados Unidos y en París. Cuando se le escapa la emoción de algún sitio huye: es un personaje que está huyendo siempre hacia delante.

''México, sí. Hace tantos años que no he ido a México". Es lo único que dice Matta al respecto.

-Es muy conocida su amistad con Octavio Paz. ƑCuál es la presencia del poeta en su memoria?

-Era un verdadero poeta. Su muerte es para mí como si me cortaran un brazo.

Ante los curas del siglo veinte

En este contexto de la relación de Matta con México habría que recordar que el año pasado estuvo tanto en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, como en el Museo Rufino Tamayo de la ciudad de México, una exposición no tan completa como la del Reina Sofía, pero sí muy significativa: Matta: surrealismo y más allá, que con casi 70 obras curadas por Curtis L. Carter organizó el Museo de Arte Haggerty de Milwaukee bajo la promoción de Thomas Monahan, coleccionista y galerista del pintor en Estados Unidos.

Sin embargo, Matta desacredita esa exposición por el hecho de que fue promovida por ''los marchantes'', como dice. Y es que piensa que el arte se ha convertido en cheques; ''(en el mercado) no tiene valor poético sino de inversión".

-ƑQué le pareció esa exposición?

-Era falsa. Estaba hecha por los marchantes, no tenía nada que ver conmigo; no sé lo que hicieron.

-šPero basta! ƑPor qué me hacen preguntas? -renegaba Matta durante la frustrada rueda de pensa respectiva, previa a la apertura de la exposición

-šPorque es mi trabajo y su obra me fascina! -exclamó una colega española.

-ƑNo te basta con estar fascinada? -respondía Matta. Mejor pregúntense cosas entre ustedes.

Ante la situación, José Girao, director del Reina Sofía, tranquilizó los ánimos al invitar mejor a recorrer la exposición. Sin embargo, Matta vivió una calamidad al dirigirse del auditorio a las salas, rodeado de grabadoras y cámaras fotográficas y de televisión a las que constantemente se quitaba de su rostro con manoteos que llegaron a parecer violentos; se insistía en registrar la imagen y la voz de un protagonista fundamental del arte del siglo XX a quien se le pedía su opinión, como chileno, sobre el caso Pinochet.

-ƑPuede decir algo sobre Pinochet?, Ƒo prefiere vivir al margen de esta historia? -le inquirió un reportero español.

-Esa historia la saben los chilenos. Yo no he vivido en Chile desde que era niño -respondió Matta. De manera que me parece un poco indiscreto preguntarme una cosa así... šBasta ya! -gritó al momento en que por poco arrebata la grabadora de uno de los reporteros, a quienes llama ''una especie de curas del siglo XX, porque todo lo dominan".

Esta exposición de Matta, que cuenta con un espléndido catálogo que incluye el texto que Paz le escribió en su momento, permanecerá en el Reina Sofía hasta el 21 de junio. Sin embargo, la presencia del pintor en Madrid se extenderá a partir de mayo con otra muestra en la galería Almirante, en lo que será la primera individual del chileno en una sala privada española.