n Es uno de los hechos más relevantes de los últimos 40 años: Morales Cleveland


Se despejó la incógnita de los hallazgos en la zona de Palenque

n Se trata de un altar-trono y una cámara funeraria aplanada de estuco n Enterrado, más de un milenio

Merry Mac Masters, enviada, Palenque, Chis., 21 de abril n Después de varios días de especulaciones, la incógnita sobre los recientes hallazgos en la zona arqueológica de Palenque, ''oficialmente", se despejó. Los grandes descubrimientos son dos: un altar-trono encontrado en el templo XIX y una cámara funeraria con aplanados de estuco y su superficie pintada de rojo, hallada en el templo XX, ambos situados al sur de la Plaza de la Cruz. De acuerdo con los arqueólogos, que han sido cautelosos en cuanto a la información directa que proporcionan -hablan de la historia general del lugar-, dichas piezas permitirán aclarar algunos años más de la historia de Palenque.

Respecto de la cámara funeraria es la primera vez que se halla pintura mural con personajes en un sitio como ése en Palenque. Según el arqueólogo Arnoldo González, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comisionado para el proyecto Precolombian Art Research Institute -que dirige Merle Greene Robertson, de San Francisco, EU-, dentro de Palenque ya había vestigios de pintura mural pero sólo en edificios públicos, no en funerarios.

Labor ininterrumpida de 8 años

Los recientes hallazgos en Palenque fueron conocidos esta tarde por el presidente Ernesto Zedillo, quien viajó a la zona desde el puerto de Veracruz.

El primer mandatario llegó a Palenque a las 16:00 horas y en la biblioteca del museo de sitio, junto con su esposa Nilda Patricia, el gobernador interino de Chiapas Roberto Albores Guillén, y Rafael Tovar, presidente del CNCA, recibió la bienvenida de Teresa Franco. La directora del INAH habló de la labor ininterrumpida de ocho años que condujo a conocimientos que modifican la cronología de las líneas dinásticas mayas de Palenque. Explicó de qué manera los hallazgos cambian el inicio del calendario maya, que ya no es en el 3 mil 314 sino en el 3309. Agregó que los hallazgos propician preguntas sobre Palenque, que serán deslindadas en las mesas redondas mayas que se realizarán aquí el próximo junio y que se dedicarán a la epigrafista estadunidense Linda Schele.

Enseguida, el arqueólogo Arnoldo González, codirector de la excavación, tomó la palabra tanto en la biblioteca como en el sitio del hallazgo, donde el Presidente se puso casi en cuclillas para ver los glifos.

La importancia del altar-trono radica en que da referencias de fechas que no se habían considerado. Fue localizado 7 metros al este del acceso principal y adosado al muro norte del templo XIX. Su forma es rectangular, mide aproximadamente 1.70 metros de ancho por 2.80 de largo, sus paredes se conforman de tableros de lajas de piedra caliza bellamente tallada, las cuales miden 40 centímetros de altura sobre el nivel del piso. Por la forma y disposición de la decoración se presume que se trata de un altar o trono, sin embargo todavía falta retirar el escombro que lo cubre. La cara oeste del altar presenta cartuchos de glifo -se habla de 150- en sus extremos y en la parte central aparecen tres personajes sentados.

El tablero del lado sur es el más grande, también está parcialmente excavado, en su extremo izquierdo se han detectado glifos y en su área central tres personajes también en posición sedente, aunque falta excavar aproximadamente unos 2 metros.

Al frente del tablero, del lado sur, se localizó una alta concentración de materiales arqueológicos: fragmentos de cerámica, navajas de obsidiana, fragmentos de otro tablero, que quizá formó parte de la decoración de una de las pilastras centrales del edificio, el cual fue retirado y depositado al frente del altar.

Los materiales están quemados encima de ellos, sin afectar sus características. Se presume que fueron depositados frente al altar para celebrar algún ritual. Los tableros se encuentran parcialmente pintados de rojo y las fechas de las inscripciones hasta el momento indican un periodo que va desde el 736 al 764 dC. Todavía no se ha llegado al nivel del piso original.