n Enterrado, más de un milenio

Ana Lilia Pérez Mendoza, especial para La Jornada, Palenque, Chis., 21 de abril n Después de mil 250 años de permanecer enterrado, fue descubierto un altar-trono monumental de la cultura maya del clásico tardío (600 a 900 dC), en el templo XIX de Palenque.

De acuerdo con Alfonso Morales Cleveland, arqueólogo que trabajó en el descubrimiento, ''éste es uno de los mejores hallazgos de los últimos 40 años".

Esta joya arqueológica, cuya conservación permite apreciar su delicadeza y estilo, ''es una de las piezas artísticas más impresionantes de Palenque, sólo compa rable con los 92 jeroglíficos de la creación, pero esta última fue erosionada por el agua, por lo que no se pueden ver muy claros los personajes. En cambio, en el trono sí se pueden observar asombrosamente y conserva además el color original que la cubrió", asentó el investigador.

''El rojo y el azul tenían para los mayas un significado sublime y divino como el origen del hombre mismo; el color de la sangre, de la vida", según la historiadora de arte precolombino Janet Schwartz.

Pendiente, leer toda la inscripción

Serían las 10:00 horas del 15 de marzo, cuando el grupo de excavadores del templo XIX -que media hora antes interrumpieron momentáneamente los trabajos- al reanudar su tarea y hacer un ''corte recto, por accidente", dice Morales Cleveland, la tierra fue cayendo lentamente y poco a poco los glifos quedaron al descubierto. Morales pensó: ''šQué bronca se va a armar con esto, ahora tenemos que avisar para ver lo de la seguridad y su conservación".

La lectura de los glifos llevará a los investigadores a llenar un vacío en la vida de Palenque; ''no sabemos qué tanto cubre, porque no se ha descubierto toda la inscripción. Los primeros datos hablan de un personaje del que se sabía su existencia, pero se ignoraba su vida y sus construcciones. Leemos un mensaje que fue escrito en aquella época y vuelve otra vez a la luz. Se repite la fórmula de irse a sus ancestros para justificar su derecho a gobernar", enfatizó Morales Cleveland.

El trono -pieza única en su tipo- del octavo siglo dC quedó enterrado bajo un techo caído dentro del templo y revelaría una construcción artística al servicio del Estado por las inscripciones que sus imágenes nos revelan.

El trono pertenece al último gobernante poderoso de Palenque, Akul Anab III o U'Pakal K'in'ich, cuyas inscripciones, de acuerdo con Morales Cleveland, ''normalmente aparecen cuando el gobernante, quizá el que recibió la inscripción, no es heredero directo del trono. Viene de otras líneas secundarias. Es más importante que demuestre su derecho a ser gobernante, más que cuando el poder se hereda de padre a hijo, ya que el progenitor, de quien creemos construyó este edificio, no fue gobernante de Palenque y la madre tampoco. Entonces, cuando se tiene el problema de ser un hijo ilegítimo, se debe enfatizar más en actos políticos para justificar su derecho a gobernar y eso pasa en la historia de Palenque. Tenemos dos casos, el del rey Pacal y el de su hijo".

Diez generaciones de reyes

En la historia de Palenque y mediante la interpretación de algunos textos, se sabe de diez generaciones de reyes. En el caso del último gobernante, su árbol genealógico viene del rey Pacal (Escudo solar), quien asciende al trono a los 12 años.

Pacal nació el 26 de marzo del 603 dC y murió el 31 de agosto del 683 dC, heredándole el trono a su hijo Cham-Balum (Serpiente-jaguar), quien nació el 23 de mayo del 635 dC.

Cham-Balum manda construir el ''complejo de las cruces" (Templo del Sol, Templo de la Cruz y la Cruz foliada), asciende al trono el 6 de enero del 689 y muere el 20 de febrero del 702 dC.

Luego aparece Kan Xul o Kan Huk' Chitam, hermano menor de Cham-Balum, que quizá también pudo haber reinado en Palenque, aunque se carece de suficientes evidencias sobre ello y los últimos vestigios indican que fue capturado en Toniná, en el 733 dC, en una época llena de guerras e invasiones de otros pueblos.

Por último aparece Akul Anhab III, que pudo haber sido nieto o bisnieto del rey Pacal (hasta ahora no se ha podido identificar el lazo consanguíneo).

Alfonso Morales asegura que es factible que debajo del piso del templo que se mandó construir Akul Ahnab III, ''quizá construyeron una tumba y tal vez siga allí", lo cual podrán confirmar mediante más estudios sobre el área.

El estadunidense Christopher Powell, miembro del equipo de investigadores, dijo que al mandar construir el templo XIX el último gobernante de Palenque superó significativamente a sus ancestros, porque ''está construido cerca del primer templo erigido en Palenque''. De esta manera, Akul Ahnab III tomó el lado sur de la acrópolis y el lado norte del ''grupo de las cruces" (construido por Cham-Balum) y unificó toda el área para hacerla propia.

La singularidad de la pieza radica además en que los personajes traen la cabeza con tocados o una especie de turbantes que corresponderían al distintivo oficial de los jerarcas. Morales Cleveland menciona que sólo se había encontrado una imagen similar en otra pieza, descubierta por Arnoldo González, en el macroproyecto de Palenque en el templo XIV, llamada ''El Bulto", que se refiere al mismo gobernante con el mismo tocado.

La explicación para estos tocados es que tal vez haya sido una ''moda" de la época o una ''influencia exterior", o quizá podría representar la profesión de los personajes, mismos que son casi idénticos a los que aparecen en ''El Bulto".

Haciendo una similitud entre esta pieza y alguna otra encontrada anteriormente, en cuanto a su significado, el arqueólogo opina que ''lo más cercano sería la lápida de los 92 jeroglíficos, que es una secuencia de los gobernantes y esa fue encontrada en los años cincuenta. La fecha es del 783 dC. El jerarca era Up Kalam o Tigre y celebra 20 años como gobernante. El sube al gobierno en el 763 y festeja sus 20 años de gobierno en el 783. Es lo último que sabemos y esto nos va a dar una ventana más sobre el linaje en Palenque".

Respecto del significado del trono, Morales explica que se relacionaba ''con la mitología, con los dioses, que están conectando directamente el tiempo de antes de la creación del mundo, con su origen, con su fecha de nacimiento y su nombre. Con estas inscripciones del trono podemos reafirmar que los reyes tuvieron sus propios dioses, mismos que sirvieron para que ellos conectaran su vida y las fechas históricas de esa vida en la de las deidades como en los tiempos mitológicos".

El destino de la pieza arqueológica

El trono podría representar una especie de página del libro de la vida de los hombres en la tierra, bajo el resguardo de sus dioses, pues aquéllos eran a final de cuentas gobernantes ''designados" por los dioses y hechos a base de una creación divina, tal y como se maneja en el Popol Vuh.

Debido a que todavía no existe la certeza de si Akul Ahnab III o U'Pakal K'in'ich son la misma persona, es decir, el gobernante que adopta otro título para la guerra o eran dos personas distintas, no se sabe si el jerarca tuvo que dividir su gobierno entre dos personas. Si así fuera, se debería al crecimiento de la densidad de la población y, por ende, la necesidad de otra persona para gobernar. Este dato se esclarecerá con otros estudios más profundos.

Morales comenta que ''el Instituto Nacional de Antropología e Historia pondrá la pieza en exhibición en el museo de sitio, pero antes se deberán hacer los estudios correspondientes, aunque nunca se va a terminar de estudiar, pero al ponerlo en exhibición se debe tener una idea de lo que dice, porque ahora no hemos tenido oportunidad de documentar bien, no podemos darla al público porque tenemos un epígrafe y si lo mostramos antes de que nuestro epígrafo lo haya estudiado, pues otros epígrafos se pondrían a estudiarla, y entonces madrugan la información a nuestro especialista.

''Los estudios son para proteger nuestra información. Cuando todos hablen del descubrimiento van a haber diferentes opiniones."

Los análisis de la pieza serán varios, uno de ellos se refiere a estudiar la tierra para ver qué tipo de flora existía en el momento que se utilizó el edificio; esto se logrará mediante el análisis del depósito de polen más cercano al suelo, mismo que proporcionará la información sobre qué flora había alrededor y el tipo de cultivos.

Con base en la evidencia del carbono 14 se averiguará si la ceremonia se realizó después de la construcción del edificio, porque la piedra está quebrada, ya que el edificio se cayó porque tenía mal cimiento.

''Se derrumbó la parte superior y quedó enterrada la inferior y no sabemos si la piedra fue depositada frente al altar; ignoramos si fue inmediato o fue después del derrumbe, porque se debe considerar el impacto de las piedras, aunque en el edificio se vuelven una especie de protección con el tiempo."

La mayor relevancia de la pieza encontrada se dará a conocer cuando se concluyan los análisis correspondientes, los cuales tardan varios meses.