n El PRI busca minar la credibilidad, del instituto: Jacqueline Peschard
El IFE, listo para las elecciones del 2000
Alonso Urrutia n A siete meses de que empiece legalmente el proceso electoral del año 2000, el Instituto Federal Electoral ha terminado su ''asentamiento institucional'' y se declara prácticamente listo para hacerle frente al desafío más importante de su corta historia. La aprobación reciente del estatuto del Servicio Profesional Electoral (SPE) --advierte el consejero Mauricio Merino-- consolida las garantías de imparcialidad de esos comicios.
La denuncia priísta contra cuatro consejeros electorales opacó la aprobación del estatuto del SPE y de los estudios para la actualización del padrón, que serán decisivos para los comicios del 2000, subraya Merino.
Para la consejera electoral Jacqueline Peschard, el IFE llegará a los comicios del 2000 ''en el mejor momento en términos de asentamiento institucional''. Más aún, será la primera vez que el instituto llegue con la experiencia de un proceso anterior.
Para Peschard, el PRI busca minar un elemento clave del órgano electoral: la credibilidad. La denuncia contra cuatro consejeros, agrega, resta autoridad política al IFE, pero eso podrá subsanarse de acuerdo con la forma en que se desahogue la denuncia.
El resultado puede ser ''una renovada confianza en los actores políticos. Lo que ayudará es la forma en que se desahogue para ver si hay sustento o no, o bien que quede saldada la duda''.
Para el consejero Mauricio Merino, con la aprobación del estatuto del SPE y la restructuración administrativa el IFE ha concluido la segunda fase de su transformación.
A partir de una auditoría externa, explicó, se obtuvo ''una radiografía del funcionamiento del IFE. Se revisaron los organigramas, las redes de mando, de comunicación y de coordinación que imperaban como consecuencia de nueve reformas electorales recientes y gracias al respiro que nos dio 1998''.
El comienzo de esta restructuración, según Merino, permitió hacer frente al recorte presupuestal de 400 millones de pesos que decretó la Cámara de Diputados en diciembre pasado. Más de cien mandos medios y mil 500 personas salieron del IFE ''sin que se vulnerara ninguna de las tareas sustantivas del instituto''.
''A pesar de que va a uno de sus mayores desafíos, el IFE va con el presupuesto más bajo y los organigramas mas ajustados y reducidos desde su fundación'', sostiene Merino.
El consejero agrega que la restructuración del instituto equivale a un proceso de ''reingeniería, un replanteamiento operativo, que es más importante que la reducción de la estructura''.
La otra fase del cambio interno es la consolidación del Servicio Profesional Electoral, con la aprobación de uno de los estatutos más completos del mundo, dice el director del SPE, José Luis Méndez.
''El IFE está preparado para iniciar el proceso electoral, a siete meses de que formalmente dé inicio'', dice Méndez. El SPE se ha vuelto más exigente con los funcionarios electorales, pues ha impuesto diversas normas para el ingreso y permanencia del personal.
El otorgamiento de la titularidad a funcionarios (poco más de 900 la han recibido) garantiza la estabilidad laboral y favorece el logro de promociones internas, pero ''no garantiza la inamovilidad del personal, porque habrá permanente evaluación'', advierte.
La profesionalización del personal del IFE, considera Peschard, es una de las claves de la confiabilidad, pues garantiza imparcialidad. Desde que se concibió este proyecto, explicó, se ha avanzado de un cuerpo técnico más o menos profesional y técnico identificado con el gobierno, hacia un cuerpo técnico profesional sin compromisos.