n Carlos Bazdresch, director del Conacyt


Inútil, más gasto en tecnología y ciencia sin integrar a los sectores

Claudia Herrera Beltrán, enviada, Acapulco, Gro., 16 de abril n Gastar más recursos en ciencia y tecnología no servirá de mucho a México, pues enfrenta severos problemas: un sector científico que se ha desarrollado como "de lujo" y no entra a las reglas del mercado; las empresas, que invierten poco en este terreno, y cuando lo hacen solicitan servicios a las universidades extranjeras; y el gobierno, con inversiones fraccionadas en pequeños programas, afirmó Carlos Bazdresch, director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Ante empresarios que participan en el Congreso Internacional Tecnología y Desarrollo Adiat-CIRAA, señaló que la iniciativa privada mexicana invierte apenas 0.06 por ciento del producto interno bruto (PIB) en innovación tecnológica y no ha mostrado interés en vincularse con las universidades.

Frente a ese panorama difícil, Bazdresch defendió como una de las alternativas para relacionar a científicos, empresarios y gobierno, mecanismos como la iniciativa presidencial sobre la Ley de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica, que se encuentra a discusión en el Senado de la República, y que propone la conformación de un programa nacional en la materia e instrumentos para integrar a los sectores involucrados en el campo tecnológico.

Las otras opciones que sugirió el economista son promover la relación entre la oferta y la demanda de innovación tecnológica, identificar objetivos concretos para promover un sistema de innovación y aumentar los recursos públicos, sin pensar que la última solución pondrá fin a todos los problemas.

Para Bazdresch también es momento de que los mexicanos se pregunten qué les conviene más, si comprar o vender tecnología. "A lo mejor ustedes no se plantean este problema, pero mis amigos economistas, muchos con influencia en el gobierno, se preguntan si es más eficiente comprar, o crear un sistema de innovación, que es muy caro", dijo.

Afirmó que si nuestro país intentara gastar 2 por ciento en ciencia y tecnología, como lo hacen los países desarrollados, los resultados serían desastrosos, porque tanto las empresas como el gobierno y la academia están separados, y describió los problemas de cada uno de estos sectores.

Las empresas casi no solicitan servicios de las universidades, y cuando requieren innovación tecnológica, prefieren recurrir a otros países, como sucede con las industrias de Monterrey, que "necesitan resolver algo y mejor lo compran en Texas", en vez de buscar ayuda de los universitarios mexicanos, expuso.

Las mayoría de las universidades tienen poco que ofrecer a las empresas, se han desarrollado con sus propias reglas y se les dificulta entrar al mundo del mercado, incluso muchas veces se preguntan si están dispuestas a vender y comprar, dijo.

Por su parte, explicó, el gobierno gasta mil 600 millones de dólares al año en ciencia y tecnología, pero sus resultados no son evidentes, porque esos recursos están constituidos en pequeños programas que las secretarías de Estado hacen por su lado, sin reglas y sin integración con las otras dependencias.

El incremento de estímulos fiscales para los industriales tampoco tendría mucha utilidad, porque probablemente estos recursos se irían al extranjero y el desarrollo en nuestro país sería nulo, manifestó. "No hay seguridad de que la demanda (de los empresarios) se vaya a conectar con la oferta".

Por ello, el gran problema en México es que la ciencia se ha desarrollado como un sistema de lujo, porque las empresas no están demandando sus servicios y ellas no saben cómo conectarse con los industriales ni qué necesidades tienen.

Con los empresarios fue especialmente duro: "Hay que estimularlos, hay que hacer algo para que se muevan, los empresarios son entes, animales, que buscan la utilidad. Bueno... estoy hablando mal. Son personas que buscan utilidad y ese es su trabajo. Se trata de estimularlos para que busquen conocimiento".

Una vez que México ha logrado tener una planta de investigadores "pequeña pero consolidada", que publica artículos científicos, dijo que no sería correcto dejar de invertir en ella para destinar esos recursos a la innovación tecnológica.

Como soluciones, propuso estimular la conexión entre todos los elementos que participan en el desarrollo científico y tecnológico, como son gobierno, empresa, academia, organismos no gubernamentales, escuelas, municipios, gobiernos de los estados y tecnológos.

Otra alternativa, dijo, es que México identifique metas concretas en el gasto de sus recursos y evalúe cómo los invierten, porque somos un país "con objetivos muy amplios, como alcanzar la calidad, pero es insuficiente".