n Un trayecto de 15 minutos en julia lo separó de la seguridad extrema


Raúl Salinas fue trasladado a un penal estatal en Almoloya

n El hermano del ex presidente no tendrá privilegios, asegura el director de Ceresos del Edomex

Agustín Pérez, corresponsal, y Alonso Urrutia n Tras casi 50 meses de permanecer preso en el penal de alta seguridad de Almoloya de Juárez, estado de México, Raúl Salinas de Gortari fue trasladado ayer al Centro Estatal de Readaptación Social, que se encuentra cercano. Su traslado fue autorizado por la Dirección General de Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación.

Una noche antes diversos medios de comunicación ya se hallaban a las puertas del penal, aunque todavía la mañana de ayer el subsecretario de Seguridad Pública, Jesús Murillo Karam, negó que se hiciera el traslado al argumentar que aún dependía del estudio jurídico integral que se realizaría al interno.

--ƑQué ha pasado con el traslado?

--No ha pasado nada todavía.

--ƑYa se terminó el estudio criminológico?

--No es un estudio criminológico, es un estudio jurídico; estamos por terminarlo.

--ƑYa dejó de ser un preso de alta peligrosidad?

--Eso yo no lo puedo decir.

--ƑEs inminente el traslado?

--Depende de lo que entendamos por inminente.

--De un momento a otro.

--Pues es que depende de que esté la solución, pudiera ser mañana, pudiera ser la semana que entra, pudiera no ser. No puedo hablar de la inminencia, no es sólo que dependa del juez, tiene varias implicaciones.

A las 17 horas la Secretaría de Gobernación emitió finalmente la versión oficial del traslado: ''El interno Raúl Salinas de Gortari fue trasladado hoy del Centro Federal de Readaptación Social número uno, ubicado en Almoloya de Juárez, al Centro Estatal de Readaptación Social que se encuentra en el municipio del mismo nombre, en el estado de México''.

La dependencia sustentó la autorización en el Reglamento de Centros Federales de Readaptación Social y con la opinión favorable del primer tribunal unitario del segundo circuito, con sede en Toluca, a cuya disposición se mantendrá el interno en virtud de la apelación a la sentencia que tramitó.

A las 16 horas llegó una camioneta Suburban verde al Cefereso de Almoloya de Juárez, donde desde el 28 de febrero de 1995 Raúl Salinas fue recluido para enfrentar el proceso por el homicidio de José Francisco Ruiz Massieu, por el se le halló culpable y fue sentenciado a 50 años de prisión.

 

Por la puerta de atrás

 

El penal federal comparte una vía de ingreso con el camino de terracería que lleva al pueblo de Santa Juanita y que sigue hasta salir a la cabecera municipal y de ahí a la prisión estatal. Por ese lugar salió el convoy que trasladó a Raúl Salinas.

Dos jeeps, una julia vieja --pertenecientes al cuerpo de Seguridad del Cefereso-- y una Suburban verde fue el discreto convoy que consumó el traslado en un trayecto que no duró más de 15 minutos.

A las 17:30 horas entraron los vehículos por la reja de frente del penal estatal, donde ya los esperaba Cesar Fajardo de la Mora, director general de Prevención y Readaptación Social del gobierno mexiquense, y un médico para verificar el estado de salud del reo. Al mismo tiempo, un helicóptero militar que sobrevolaba la zona se retiró tras, presumiblemente, escoltar la caravana.

Según Fajardo, el hermano del ex presidente Carlos Salinas sería enviado a una zona especial para ex funcionarios públicos, donde actualmente residen varios ex alcaldes.

Este penal alberga a mil 4 reos, entre procesados y sentenciados, si bien tiene capacidad para mil 300. A diferencia de donde permaneció más de cuatro años, Raúl Salinas podrá recibir visitas, alimentos del exterior y no será sometido a las extremas medidas de seguridad de antaño, cuando era seguido por un custodio a todas partes las 24 horas del día y en donde no tenía derecho a lápiz ni a papel.

Por la noche recibió a su hijo mayor José Juan Salinas, en la celda de clasificación --un cuarto de cinco metros por cuatro-- con baño, regadera, cama y un televisor pequeño.

Fajardo de la Mora sostuvo que el interno no recibirá privilegios y tendrá visita familiar una vez a la semana. También informó que se encuentra ''tranquilo'' y que pasó los exámenes médicos de rigor en los que manifestó que padece gastritis e irritación en el colon.

n Le queda pendiente una acusación por enriquecimiento ilícito por 100 mdd


Rechazado en el DF, sus abogados vieron opciones

Roberto Garduño n El traslado a un centro de reclusión estatal se negoció semanas antes de que el juez Ricardo Ojeda Bohórquez condenara a 50 años de cárcel a Raúl Salinas de Gortari.

Desde diciembre de 1998 los abogados Eduardo Luengo Creel y Raúl Cárdenas Ríoseco empezaron las gestiones ante la Secretaría de Gobernación y el gobierno del Distrito Federal para que su cliente fuera cambiado de prisión, pues argumentaron que el ''inhumano encierro'' de Raúl era inexplicable --a pesar de que fue condenado por ser responsable intelectual del homicidio de José Francisco Ruiz Massieu-- porque el hermano del ex mandatario no era considerado un preso de alta peligrosidad.

También la defensa de Raúl Salinas expuso que el segundo proceso contra su cliente --enriquecimiento ilícito por 100 millones de dólares-- está radicado en el juzgado 11 de distrito en materia penal, con sede en el Reclusorio Sur de la ciudad de México, y por esa razón el preso debería ser trasladado a dicho penal.

La primera respuesta fue diferir el asunto al gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas bajo la consigna de que los reclusorios son manejados ahora por las autoridades de la capital. A finales del año pasado, Leonel Godoy, subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, respondió que el traslado implicaba riesgos para Raúl y el resto de la población penitenciaria. Por vez primera se dijo no a la pretensión.

Mientras esperaban la sentencia, los defensores se dedicaron a hacer contacto con el subsecretario de Seguridad Pública, Jesús Murillo Karam, para presionar y lograr el cambio. Una vez que el juez Ojeda Bohórquez dio a conocer su veredicto, el 22 de enero pasado, se inició un torrente de versiones que daban como seguro el traslado.

Lo cierto es que en la SG se dieron varias reuniones entre Murillo Karam, Godoy y los abogados. Incluso se mencionó en diversos medios de comunicación que Murillo habría realizado un viaje a Almoloya para conocer las ''condiciones inhumanas'' que denunciaban los abogados penalistas.

 

Los argumentos en el Distrito Federal

 

No obstante, la postura de las autoridades de la ciudad de México se volvió infranqueable: un posible traslado implicaría un riesgo permanente para la integridad física y moral del sentenciado, pues sus actividades delictivas lo ubicaban como un blanco perfecto para un atentado. Además, su presencia propiciaría enfrentamientos entre los internos.

Otra razón que se argumentó fue de carácter económico: el gobierno de la ciudad de México no podría edificar una celda especial para el hermano del ex presidente porque el presupuesto asignado a ese renglón es muy bajo.

Los argumentos de las autoridades capitalinas también se enfocaron a la necesidad de establecer una guardia especial en el reclusorio que se dedicara a vigilar la integridad del prisionero.

Ante la negativa del gobierno de Cárdenas para acoger en uno de los reclusorios de la ciudad de México a Raúl, sus abogados iniciaron una campaña para defender las razones de su cliente. Salinas de Gortari, desde su encierro, escribió una carta dirigida a la alta comisionada de derechos humanos de la ONU, Mary Robinson, en la que explicó --apoyado en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre-- la situación de aislamiento que vivía por ''un crimen que no cometí''.

Raúl calificó el proceso que se le siguió como ''venganza política'' del actual gobierno contra la administración de su hermano. Según los abogados defensores, la comisionada Robinson respondió al gobierno de México y recomendó el traslado de prisión.

En tanto, Godoy mantuvo el rechazo a la propuesta porque representaba en términos políticos una carga a las autoridades del Distrito Federal, mismas que no habían tenido ninguna intervención en el caso.

Para febrero la defensa llevó el proceso hasta el mismo juez que sigue el caso por enriquecimiento ilícito contra Salinas de Gortari, Hiram García García, quien tras analizarlo determinó que el traslado era factible, pero debería contar con la anuencia del gobierno capitalino, pero éste se negó.

A pesar de la intención federal por imponer a las autoridades perredistas de la capital del país la custodia de Raúl Salinas, no tuvo éxito porque implicaría un enfrentamiento político innecesario. Por lo tanto la SG decidió establecer contacto con los gobiernos del estado de México, Morelos e Hidalgo para solicitarles información sobre los Centros de Readaptación Social (Ceresos) en esas entidades.

La búsqueda de un sitio seguro para Raúl Salinas continuó; se analizaron las condiciones materiales de las prisiones de Pachuca, Cuernavaca y Almoloya de Juárez. Después de realizar un estudio con relación a las poblaciones carcelarias se determinó construir un área especial que lo albergara en el Cereso de Almoloya.

De esa forma, la autoridad federal dejó a un lado la postura de enviar a Raúl a la ciudad de México, pues se aceptó que las condiciones políticas y económicas de un traslado de esa magnitud desatarían serias protestas sociales.

Transcurrió más de un mes para que el gobierno mexiquense adaptara el Cereso de Almoloya. Mientras, las versiones sobre el traslado de Raúl se multiplicaron; semana tras semana trascendían una y otra versión, que se le enviaría al Reclusorio Sur, que el destino sería Morelos o Hidalgo. Pero no fue así.

El encierro por más de cuatro años en una celda aislada del penal de máxima seguridad de Almoloya terminó ayer; la solicitud para cambiar a Raúl Salinas de Gortari fructificó. El ahora acusado por enriquecimiento ilícito enfrentará este proceso en una cárcel estatal, muy distinta al aislamiento bajo el que se le mantuvo. Entre cada cárcel sólo hay cinco kilómetros de distancia...