Bernardo Bátiz Vázquez
Regreso a Tabasco

Es obligado recordar a Fray Luis de León, quien al volver a la Universidad de Salamanca, después de un largo tiempo en ausencia se dirigió a sus alumnos con un sencillo ``decíamos ayer'' y reanudó su sabia cátedra.

Andrés Manuel López Obrador, después de rendir buenas cuentas de su actuación como presidente del Partido de la Revolución Democrática, regresa sin alardes a su trinchera en Tabasco, en donde le espera una dura lucha por el reforzamiento y consolidación de la organización de su partido en el estado y por la gubernatura, batalla en la que tendrá que enfrentarse a competidores de un partido oficial con muchos recursos y apoyos del centro.

Lo que lleva López Obrador en sus alforjas, como cartas a su favor, es una experiencia madura y una historia de tres años de crecimiento y consolidación del PRD, que bajo su dirección obtuvo triunfos electorales muy importantes, encabezados por el de la capital de la República y, principalmente, la consolidación de un modelo político en que el monopartidismo no fue sustituido, ya se puede afirmar esto, por un bipartidismo PRI-PAN, como se intentó en el salinismo.

En el balance de su gestión no se puede olvidar tampoco el cambio radical que tuvo el Congreso con la integración de una Cámara de Diputados, conformado por una mayoría opositora; lo anterior, sin desconocer la presencia y acción oportuna de los dirigentes de los diputados de oposición, se debió en buena medida a la firmeza y liderazgo de Andrés Manuel.

Y si bien sus cartas son consistentes por las victorias electorales: Distrito Federal, Zacatecas, Tlaxcala, Baja California Sur, otros méritos no se quedan atrás y éstos son su imagen de rectitud, de político congruente y honrado, imagen que no se empañó con el abuso de la cuota de poder que se tiene como dirigente nacional de un partido ni con la cercanía a recursos económicos cuantiosos, siempre tentadores.

En este momento de cambio y corrección de errores cometidos en las elecciones internas, figuras como la del ex presidente nacional perredista, son indispensables en la vida del partido y son ejemplo para quienes no se detienen en su acción para sobresalir y adquirir candidaturas y cargos en acciones que ponen lo alcanzado en trance de perderse.

López Obrador recibió un aplauso largo y afectuoso de los consejeros que lo despidieron de la capital y con el pie derecho inicia su expedición de regreso a su terruño, visitando comunidades indígenas, con un grupo de amigos y simpatizadores, en contraste con el dispendio de las giras oficiales.

Desde su llegada, plantea sus tesis y critica que el gobierno estatal se gaste en unos minutos o segundos de publicidad nacional en televisión, el dinero que bien invertido allá, en la selva o la región de los ríos, significaría la solución de muchos problemas de los tabasqueños más pobres.

Como Fray Luis de León, el dirigente político reanuda su cátedra de civismo efectivo y práctico con su sencillo ``decíamos ayer'' y se pone nuevamente a la cabeza de sus paisanos más humildes, pero también los más politizados en el mejor sentido de la palabra, dispuestos a continuar con su dirigente el rescate de Tabasco.