Astillero Ť Julio Hernández López
Francisco Labastida Ochoa y José Antonio González Fernández están en pie de lucha.
Cada cual desde su trinchera está defendiendo no sólo la parcela propia sino, sobre todo, desplegando ofensivas claras contra sus adversarios más destacados.
El lenguaje, el tono, los argumentos, los gestos, muestran con claridad que a partir de ahora ya no habrá descanso, y que el sistema, la jefatura de ese sistema, reclaman definiciones, fidelidades, las armas al frente y sin el seguro puesto.
Ayer, la embestida fue contra Manuel Camacho Solís y contra Manuel Bartlett Díaz. El secretario de Gobernación contra el ex jefe del Departamento del Distrito Federal; el presidente del PRI nacional contra el ex gobernador poblano.
En ambos casos, las piezas de ajedrez que despachan en Bucareli y en Insurgentes Norte son simples reproductores de la voz que les ha puesto en sus cargos. Los enojos, las ironías, los retos, provienen de esa misma fuente que en otras ocasiones ha llevado, por ejemplo, a Humberto Roque a convertirse en un mero peleadorcillo callejero, o a Roberto Albores Guillén en un persecutor impune, o a Mariano Palacios en un acusador enérgico que en 24 horas tuvo que engullir sus propias bravuconadas hechas contra Ricardo Monreal.
En el caso de Camacho, es conocida la reacción visceral que sus posturas producen en Los Pinos. Se le tiene por lo mismo que ayer dijo oficialmente el secretario de Gobernación: por un desleal que enredó más el conflicto chiapaneco para beneficiarse de tal río revuelto.
Respecto a Bartlett, la consigna es arrinconarlo y sacarlo del escenario. Aun cuando sus posibilidades reales de ser candidato presidencial sean mínimas, por los asuntos de narcotráfico que ciertos o falsos son su lastre histórico, en Los Pinos resultan intolerables las poses de mártir de la democracia que ahora pretende asumir quien antaño fue aplicado verdugo.
En los dos casos, la actitud es clara. No permitir ningún golpe más sin devolverlo. Mantener la iniciativa. Y desplegar el plan de instalación de una candidatura presidencial que garantice la sobrevivencia de la clase política que hoy está en el poder.
Pero, como lo saben hasta los escolapios, la elevación del tono de voz, y la adopción de poses retadoras, suelen ser preámbulos naturales para pasar a la siguiente fase que es la del enfrentamiento directo, la de la violencia. En 1994 ya se vivieron momentos dramáticos, traumatizantes. A nadie ayuda aumentar las expectativas de enfrentamiento, y menos a quienes tienen como obligación justamente el mantenimiento de los niveles necesarios de paz y tranquilidad que ayuden a caminar el difícil trecho por venir.
Otras de Fox
Don Vicente Fox lucha heroicamente cada día por producir algún material que le mantenga en los terrenos del escándalo o, cuando menos, de la polémica. Es una manera de promocionarse y de avanzar en su carrera por la Presidencia de la República. Tiene un equipo de asesores que se devanan el seso en producir ideas o declaraciones que atraigan a los medios pero, en realidad, don Vicente no necesita una gran ayuda para generar su propia cuota diaria.
Ayer, por ejemplo, el gobernador guanajuatense tocó tres temas: las exigencias de transparencia en el origen y destino de los fondos de sus amigos financiadores; el otorgamiento de préstamos elevados a sus propios funcionarios estatales, y su recurrencia a la figura de Kalimán para promocionarse.
El marcador de don Vicente fue perfecto: de tres, tres. En el primer caso, eludió detallar montos o precisar canales de indagación. Simplemente recurrió a los adjetivos y a la demagogia. Aseguró que hay decenas de miles de mexicanos que aportan por propia voluntad sus ahorros o excedentes monetarios para financiar la campaña de su amigo Fox. Esos miles, acaso 200 mil, son quienes le apoyan para su costosa promoción aunque, ha dicho el peculiar gobernador, haya quienes, en su mezquindad, no entiendan tanta generosidad de tantos ciudadanos. Unos de quienes no entienden el asunto son los miembros de la cúpula panista que este viernes se reunirán para analizar varios temas, entre ellos el de los Amigos de Fox y sus dineros.
Otro punto polémico fue el de los préstamos a sus funcionarios, y en él, Fox mantuvo la misma línea del alegato estruendoso para distraer la discusión de lo esencial. Lo que en el priísmo sería corrupción imperdonable, en el foxismo es una virtud que beneficiaría hoy a los cercanos pero con la esperanza de algún día extenderse a las mayorías: dijo el gobernador que él está muy orgulloso de darles estímulos económicos a sus funcionarios para que no sean corruptos, pues él busca que México sea un país de personas bien pagadas y no un país de miserables. Así, ha comenzado a satisfacer las necesidades de sus funcionarios, con la esperanza de que más adelante tales bondades pecuniarias lleguen a la población en general.
Y por último, don Vicente se emociona con la idea de que su figura política se relacione con la de Kalimán. Luchador contra las injusticias, practicante de la serenidad y la paciencia como virtudes básicas, don Vicente busca nada más a su Solín para sentirse ya, entonces, instalado en el fabuloso mundo de las historietas.
Hostigamiento contra La Guillotina
Desde principios de marzo se ha desarrollado una peligrosa campaña de acoso contra la revista La Guillotina, que durante unos quince años ha sido un foro de expresión de diversos movimientos sociales y en particular, en los años recientes, del zapatismo civil.
En una línea que ha ido de los hechos aparentemente circunstanciales hasta los realizados con la absoluta intención de dejar claramente establecidos sus móviles de represión, diversos trabajadores de dicha revista han sentido sobre ellos y su tarea informativa la densidad del hostigamiento político. Accidentes, robos, detenciones momentáneas, amenazas telefónicas, son algunos de los hechos conocidos.
Quienes deseen solidarizarse con los periodistas acosados podrían participar en una campaña de envío de cartas de denuncia de estos hechos a la Presidencia de la República, a la Secretaría de Gobernación, a la Procuraduría General de la República, al Gobierno del DF, a la Procuraduría de Justicia del DF, o a las comisiones de derechos humanos, tanto la nacional como la capitalina.
Astillas: Mario Luis Fuentes presentará este jueves, a las 19:30 horas, en el Museo de Antropología, el libro que escribió sobre la asistencia social, su historia y sus perspectivas. Fuentes acaba de dejar la dirección general del DIF, en la que estuvo desde el inicio del gobierno zedillista, para incorporarse como secretario de acción y gestión social del comité nacional priísta que preside José Antonio González Fernández. Los comentaristas del texto serán Amalia García, Federico Reyes Heroles, Gilberto Rincón Gallardo y Rolando CorderaÉ A propósito de Cordera, ha llegado a su fin la emisión de Nexos-Tv que durante diez años se transmitió en Imevisión y luego en Televisión Azteca. Dicho espacio de discusión y reflexión llega a su fin en un contexto de distanciamiento entre el objetivo buscado por Rolando y su equipo de trabajo, y los propósitos de la televisión de Ricardo Salinas PliegoÉ La doctrina Carbajal, que propone que se le dé un cargo público a todo aquel priísta que pierda en procesos internos de elección de candidatos, sigue ganando batallas. Ahora ha sido Humberto Lira Mora el beneficiario del trueque de posturas partidistas presuntamente democráticas por el paraíso de la nómina. Lira Mora, que desplegó en el estado de México una campaña abierta por la candidatura priísta a gobernador, dejó para mejores tiempos sus tardías emociones democratizadoras y, en cambio, prefirió regresar a Gobernación como subsecretario de asuntos religiosos.
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