Para Washington Slobodan Milosevic es un magnífico pretexto. Gracias al mismo puede destruir a Serbia, aunque para ello deba bombardear al tercio de serbios que están contra Milosevic, por la democracia y por la autonomía de Kosovo y, de paso, provoque miseria, ruinas y un enorme flujo de fugitivos entre la población albanófona que dice querer defender. Al destruir Serbia, Washington allana el camino a la humillación y el sometimiento de Rusia y a su apertura a la entrega total de sus enormes recursos petroleros y alimentarios al capital estadunidense, aunque eso pueda dar más alas al nacionalismo militar ruso y al paneslavismo.
También al bombardear Serbia, Estados Unidos, mediante la OTAN, fortalece a Turquía en Europa, Asia Central y en el Cercano Oriente, además de Chipre y el Egeo, y debilita a Grecia y a la resistencia de ésta a la OTAN. Pero, fundamentalmente, el bombardeo contra Serbia es un ataque claro contra la independencia y la unidad de Europa. O sea, a la vez contra la unificación de la Europa del gran capital que compite con el estadunidense y de la Europa del viejo movimiento obrero que es el principal punto de apoyo de la resistencia al gran capital financiero internacional, y la base para una posible alternativa económica y política a nivel mundial y para el mismo despertar de los movimientos sociales en Estados Unidos.
Washington, con la OTAN y sus títeres europeos como los "socialistas" Tony Blair o Solana, no bombardea en realidad a Milosevic, al que refuerza con su ataque y necesita como pretexto para extender la agresión: bombardea en cambio a la oposición de izquierda a Milosevic, a la oposición social a la política neoliberal en toda Europa y, además, a sus competidores, a los que separa de Rusia y del petróleo del Norte de Africa y del de Irak y somete militarmente a su diktat.
Lo sorprendente en todo esto no es que existan periódicos y periodistas que intenten presentar la guerra contra Yugoslavia y la violación total y permanente de la legalidad internacional y de las reglas de la misma ONU como una defensa del derecho de autodeterminación de los kosovares. Todo imperio tiene siempre sus cantores y sus bufones y sus Mónicos Lewinsky, que con gusto hacen el trabajo oral para satisfacción de los emperadores. Lo realmente estupefaciente es la facilidad con que los gobiernos europeos preparan el harakiri, retrasan a las calendas griegas la unidad política y militar de Europa, se enfrentan a una oposición de sus pueblos que crecerá a medida que se prolongue y extienda la actual guerra en los Balcanes, aceptan crisis ministeriales que favorecen a la derecha y soluciones que alientan el regionalismo y el chovinismo racistas al dar vía libre a la Constitución, por Estados Unidos, de las condiciones para el retorno de Turquía a Europa y para el nacionalismo granalbanés, es decir, para un foco de fundamentalismo islámico en una Europa en la que la inmigración musulmana es ya numerosa.
La lógica, por el contrario, debería llevar a Europa a reforzar la ONU como instancia de mediación y como tribuna, a buscar un lazo con Rusia para retardar el desarrollo del nacionalismo ruso, para ella peligrosa, y salvar el acceso a los recursos rusos, necesarios para su industria y su comercio. Debería llevarla a preservar a Serbia, para salvar la intangibilidad de las fronteras y de la legalidad internacional, y a abrir un amplio frente de negociación con los demócratas serbios y conceder amplios créditos para la reconstrucción de Serbia y de Kosovo, dando trabajo, disminuyendo las tensiones, presionando al nacionalismo gran serbio y al nacionalismo granalbanés.
ƑCómo aceptar, por ejemplo, que Milosevic sería un nuevo Hitler y un genocida que hay que bombardear cuando Turquía, principal aliado en la zona de Estados Unidos. asesinó un millón de armenios, cientos de miles de griegos, miles de chipriotas y está matando por decenas de miles a los kurdos, a los que niega todo los derechos? ƑCómo aceptar que Estados Unidos decida qué guerras debe hacer Europa en Europa misma y financie con créditos militares la industria de armamentos y la aeronáutica para subordinarla aún más? La espina dorsal de los socialdemócratas es particularmente gelatinosa. Corresponde pues a los pueblos detener esta matanza contra sus gobiernos si fuese necesario y tender una mano de paz a los pueblos yugoslavos para evitar la limpieza étnica y la extensión de la guerra. Todavía estamos a tiempo.