n Suspenden averiguación previa contra indígenas
Albores ordena a más de 200 policías retirarse de Larráinzar
Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 10 de abril n El gobernador Roberto Albores Guillén ordenó el retiro de los más de 200 policías de Seguridad Pública estatal que permanecían en la cabecera municipal de San Andrés Larráinzar, para un posible desalojo de los zapatistas que tienen en su poder la alcaldía.
Dijo que la averiguación previa correspondiente, en la cual aparecen señalados inicialmente cuando menos seis indígenas -algunos de ellos integrantes del concejo municipal autónomo de San Andrés-, "queda totalmente cancelada", aunque posteriormente, en entrevista por separado, el procurador Eduardo Montoya Liévano aclaró que la indagación queda "suspendida".
"El gobierno del estado de Chiapas, en forma unilateral, se ha comprometido el día de hoy a retirar" de San Andrés a la fuerza pública, y a "no convertir en un asunto judicial un asunto de orden político, para no perseguir a nadie, para no fincar responsabilidades", subrayó al ser entrevistado, poco después de izar una "bandera de la paz" con el escudo del conquistador y fundador de San Cristóbal, Diego de Mazariegos, que fue colocada en la plaza catedral de San Cristóbal, la cual es denominada desde hoy Plaza de la Paz.
"Estamos actuando en forma muy comedida, muy prudente y con hechos estamos demostrando que queremos la reconciliación; esperamos reciprocidad y auténtico respeto a la estructura jurídica que tengo la obligación constitucional de defender", añadió Albores, y reiteró: "La capacidad del gobierno del estado para que a través de la política, de la conciliación y del diálogo solucionemos nuestros problemas".
-ƑQué pasará con la averiguación previa iniciada por el caso de San Andrés?
-Queda totalmente cancelada. No estamos vulnerando el derecho. Hay que saber diferenciar entre un asunto de delincuentes y un asunto social.
-ƑEso significa que la alcaldía quedará en manos de los zapatistas?
-Nosotros tenemos el compromiso y el deber de sostener la constitucionalidad de los municipios de Chiapas, pero no ha habido conflicto en ese sentido. En Larráinzar está trabajando el presidente municipal y el cabildo constitucional; debemos diferenciar un incidente para que no se convierta en un instrumento que empañe los avances en la reconciliación.
El retiro de ese municipio de la policía estatal fue anunciado por Albores en Chenalhó, donde esta mañana encabezó el acto oficial por el 80 aniversario de la muerte de Emiliano Zapata. Ahí afirmó que la postura "profesional de la policía" el día que los zapatistas retomaron la alcaldía fue la de retirarse "para evitar enfrentamientos y no lesionar a los compañeros chiapanecos".
Aseveró que giró instrucciones al procurador Montoya Liévano para "no convertir el atropello incidental de la toma del inmueble en cuestión punitiva, le vamos a dar paciencia, plática", y exigió "respeto absoluto a partir de este momento a las estructuras jurídicas del estado de Chiapas en lo que corresponde a ese punto geográfico (Larráinzar). Que no se pretenda vulnerar la estructura política y jurídica, porque no tendré ninguna duda para aplicar la ley sin miedo, sin temores, con prudencia, con equilibrio, pero finalmente eso es lo que rescatará la confianza de los chiapanecos".
n Opinión de Raúl Benítez, investigador de la UNAM
Necesaria, una nueva instancia de
mediación entre EZLN y gobierno
Andrea Becerril n De no darse una nueva instancia de mediación, nacional o internacional, entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno federal, "el fantasma de guerra seguirá en Chiapas", advierte Raúl Benítez Manaut, investigador de la UNAM, en un amplio estudio que forma parte de una serie de documentos sobre la situación del conflicto que la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) analiza y que habrá de discutir este miércoles durante una sesión plenaria.
En el estudio, titulado Chiapas: el Estado y las fuerzas armadas ante la insurgencia, se insiste en los riesgos de mantener el conflicto sin una negociación real, ya que el incremento de la militarización, los constantes conflictos internos en las comunidades, las violaciones a los derechos humanos y la descomposición gradual de la entidad se agravarán.
Integrante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, Benítez Manaut señala que es imprescindible romper el impasse impuesto desde 1996 en las negociaciones entre las partes en conflicto, pues esa "parálisis" en las pláticas "ha llevado al EZLN y al gobierno federal a un callejón sin salida".
Hay fuerzas sociales y políticas -abunda- que se oponen a una solución negociada y hay muchos sectores a favor. "Debido a este empate entre quienes pretenden buscar la solución por la vía militar y entre quienes buscan la solución negociada, los escenarios del conflicto son cuatro".
El primero es la prolongación de la situación actual, dejando a las fuerzas locales, es decir al gobierno de Chiapas y sus fuerzas de seguridad y a los terratenientes, el esfuerzo de la contención directa. Advierte que tal salida "conlleva una catástrofe humanitaria creciente", por las violaciones a los derechos humanos, los conflictos intercomunitarios por motivos religiosos o disputa de tierras y un mayor número de desplazados, que actualmente son 10 mil.
El investigador resalta que el gobierno federal busca el desgaste del EZLN, sin lograrlo hasta el momento, y que los zapatistas buscan que tal estrategia lleve a la deslegitimación del gobierno, y ello sólo provoca "la feudalización del conflicto", la generalización de los sistemas de autodefensa tanto de terratenientes, campesinos e indígenas y la descomposición de la gobernabilidad y la estabilidad en Chiapas.
Un segundo escenario es la reanudación de enfrentamientos militares, pero, explica Benítez, es el más poco probable de los escenarios, ya que si el EZLN llega a realizar alguna ofensiva militar "perdería todo lo que ha ganado a nivel nacional e internacional en respaldos políticos y hasta económicos". El gobierno, agrega, ha reafirmado que no acudirá a las fuerzas armadas, además de que una salida así afectaría al PRI en vísperas de la sucesión presidencial del 2000.
Un tercer escenario, según el investigador, es la negociación nacional, pero ésta se encuentra empantanada, sin que se busquen fórmulas novedosas por falta de voluntad política y por la dureza de las partes. Entre febrero de 1996 y 1998, después de la firma de los acuerdos de San Andrés, el conflicto se ha centrado entre la negación de los mismos, las propuestas de cambio y la demanda del EZLN de que se cumplan, lo que ha provocado "la parálisis del proceso de negociación".
El cuarto escenario, considera el estudioso, es precisamente que haya nuevas formas de mediación. En tal sentido, precisa que el EZLN rechaza que la Secretaría de Gobernación sea el intermediario para un diálogo directo con los zapatistas y el gobierno no acepta la colaboración internacional.
n Terminó la aventura de Albores en el municipio
Indígenas rinden homenaje a Zapata en San Andrés Larráinzar
Hermann Bellinghausen, enviado, San Andrés Sakamch'en, Chis., 10 de abril n San Andrés, una vez más, era una fiesta. La aventura de Albores terminó de momento en una erupción zapatista en esta cabecera municipal, como sólo se ve en las grandes y en las graves ocasiones. La fuerza pública se retiró, lo mismo que las indagaciones judiciales con las que todavía ayer amenazaba ardorosamente el procurador estatal Eduardo Liévano Montoya.
Con el edificio municipal ocupado nuevamente por el concejo municipal autónomo, la conmemoración de los 80 años del asesinato de Zapata fue, a la vez, un homenaje activo de estos empecinados campesinos tzotziles al general Zapata.
"En Chinameca murió su cuerpo, pero no murió su pensamiento, su idea, su corazón y su coraje contra los traidores de la patria", decía el mensaje de las autoridades autónomas leído esta tarde por el presidente del concejo y el síndico municipal.
Los zapatistas de San Andrés celebraron a Emiliano Zapata resistiendo. Dadas las circunstancias, la fiesta que se tenía anunciada en el Aguascalientes de Oventic se trasladó para acá, transformada en una defensa del municipio autónomo y de la sede del diálogo de paz.
Un Zapata en cada hijo te dio
El concejo municipal ya sesiona, sin imágenes de nadie en los muros. La fachada principal en cambio está semicubierta por dos grandes retratos pintados de Zapata y Francisco Villa. La sala de cabildos, modesta, luce igual de sencilla ocupada por autónomos que por constitucionales (que en casi cuatro años la han ocupado un solo día: anteayer).
Desde hace dos días, la plaza sigue inundada de bases de apoyo del EZLN. Miles, jóvenes en su mayoría, a ratos bailan, a ratos hablan, a ratos se dispersan y parecen desaparecer, y al rato brotan de nuevo y son más, y representan una obra de teatro y rien.
Con los rostros embozados a medias, a la hora más feroz del sol se refugian bajo la sombras y escuchan atentamente, en grupos, la noticia por radio de que el gobierno se desiste y la policía se retira de los alrededores de esta población.
La fiesta se relaja. Y sería sólo celebración si no hubiera una nota triste. Un largo discurso en tzotzil resuena este mediodía por los altoparlantes. La palabra "Morelia" resuena una y otra vez. Está contando del accidente que tuvieron unos zapatistas que venían del ejido Morelia hacia acá. Por lo menos un muerto, y heridos graves. Un "mensaje de dolencia", dicen.
Más tarde, durante el mitin por el aniversario de Zapata, un momento de silencio y cabezas descubiertas en honor a los accidentados, se rompería con un aplauso triste, entrecortado.
Qué agridulce es la resistencia.
Un vocero del concejo comenta: "Como ya se fue la policía, ya podemos hacer piesta, con esa imposibilidad muy maya de pronunciar la efe.
Una mujer, descalza anete el micrófono, de huipil en llamas y rostro cubierto con un paliacate, habla largamente, en tzotzil, sobre la vida de Zapata, la lucha de resistencia y los "distintos municipios". Recuerda que hace un año fue el cruento desalojo del municipio autónomo Ricardo Flores Magón en Taniperla.
Para los zapatistas chiapanecos, toda la historia es una, y sus continuidades son explícitas.
Tan es así que hasta el gobierno chiapaneco disputó hoy su pedacito de Zapata. Albores Guillén acudió a Chenalhó a conmemorar también, y demandar a sus huestes que no se dejen arrebatar los héroes. El boletín de prensa oficial del acto empezaba con un "Zapata vive", que hasta ahora nadie le había oído al gobierno de Albores.
Por la tarde, ante unas 3 mil personas asoleándose frente al palacio municipal, el presidente del concejo autónomo, Marcos González González, hombre de pocas palabras, se refiere a "la oportunidad y la necesidad de estar reunidos" hoy aquí. Y señala que, con su ataque del día 7, el gobierno "nos obligó a reunirnos en esta plaza".
Y ya pateado el hormiguero, no queda sino bailar. Terminado el mitin, con discursos en tzeltal y tzotzil, un grupo musical de auténtica fusión se ejecuta una versión larga, en marimba y cumbia eléctrica, del himno zapatista. Nunca el "ya se mira el horizonte" se había escuchado tan guapachoso.
Durante un solo de marimba y órgano Yamaha, el cantante, un auténtico croones tzotzil, suelta un recitativo en su lengua que adereza su versión extendida del himno rebelde.
Sigue más música y los hombres bailan solos, a los brinquitos. En tanto, el concejo autónomo concede una entrevista a la prensa y la televisión, en la que sus voceros comentan el anuncio de Albores, para que "un incidente" no derive en violencia, pues ahora es un incidente para el gobierno lo que había sido un operativo en forma.
El síndico municipal dice que la presencia o no de la Seguridad Pública es cosa del gobierno. "Ellos están rodeados siempre por la Seguridad Pública y el Ejército federal. Nosotros no".
E indica que no negociarán este "incidente". "Cómo vamos a dialogar por un solo municipio. Esa no es la demanda" Antes, dice, tendría que retirarse el Ejército federal de las comunidades.
Pide la opinión del cabildo que lo rodea. Todos responden al síndico que no negociarán esta sede municipal.
Al atardecer, el sol se pone tras el ayuntamiento y muestra a contraluz la azotea del edificio llena de gente que presencia una obra de teatro frente al mismo. También los arcos y los alrededores están abarrotados de gente. Todos ríen y celebran las incidencias de una larga representación sobre la historia de Emiliano Zapata. Un niño, un hombre y un viejo, harapientos, trabajan la caña con machetes de madera. El capataz los trata a latigazos. Van a exigir justicia ante Porfirio Díaz, y éste los manda castigar.
Todo, en su lengua. Aparecen los federales de Díaz con rifles de lámina doblada donde truenan cohetes activados a punta de cerillo. El caballo del capataz es una escoba devastada y vieja.
Pronto los campesinos humillados deciden defenderse con rifles iguales y los rostros pintados de negro, y empieza la Revolución, entre explosiones y actores arrastrándose en el suelo como niños que juegan a la guerra. Miles de indígenas siguen con atención jubilosa la representación que culmina en Chinameca, la traición y la muerte, el 10 de abril de 1919, del general Zapata.
Vista de lejos, desde la iglesia de San Andrés al otro lado de la plaza, la multitud que rebosa el edificio municipal resplandece con el sol detrás. Una manta en la fachada dice: "De nuevo estamos aquí".