n Habla Amin Maalouf, autor del libro Identidades asesinas
Abrir la mirada al otro evitará
que haya legiones de sanguinarios
n ''Quizá los medios no hacen lo suficiente para evitar que los conflictos deriven en situaciones mortales''
Juan Manuel Villalobos, especial para La Jornada, Madrid, 7 de abril n Exiliado en Francia desde 1976, luego del inicio de la guerra en su país, Líbano, Amin Maalouf (sociólogo, novelista, periodista) ha vivido a caballo entre dos naciones, tres lenguas y varias culturas. Convencido de que la identidad entendida como un rasgo único de nuestra persona, sea la lengua, la raza o la religión, es lo que lleva a los hombres a matarse encarnizadamente entre sí, temerosos y celosos de la coexistencia cultural, el autor de Identidades asesinas, ensayo que presenta Alianza Editorial en España, afirma que sólo la construcción de una identidad compuesta por varias pertenencias, abierta a la mirada del otro, podrá evitar la futura formación de legiones de locos sanguinarios, de seres extraviados.
La Unión Europea (UE), dice, es el laboratorio ideal para experimentar la construcción de una nueva identidad, de una vida común basada en la diversidad y en la convergencia de culturas, sin que la afirmación de una implique aniquilar a la otra.
Mediatizar la violencia
-ƑCómo piensa que se genera el odio?
-Es difícil responder, pero me parece que el padre directo del odio es el miedo y éste, a su vez, es fruto de la injusticia, de los desequilibrios y de los malos gobiernos. Creo que un poder capaz de preservar el equilibrio y de mantenerse sensible a los temores y a las aspiraciones de los diversos componentes de su población, puede evitar que se derive hacia el odio.
-ƑQué papel desempeñan o pueden desempeñar los medios de comunicación en la irrupción de odios o en su apaciguamiento?
-Mi tendencia natural nunca ha sido acusar a los medios. Cuando reviso algún conflicto que conozco, como el de Líbano, me resulta difícil acusarlos de uno u otro aspecto del deterioro de las relaciones en diversas comunidades, sabiendo, como sé, que a mediados del siglo XIX hubo matanzas aún peores, cuando no existían los medios de comunicación de ahora. Lo que sí se puede decir es que quizá los medios no hayan hecho lo suficiente para evitar que se evolucionara hacia situaciones mortales, porque sin duda la mediatización de la violencia puede evitar o disminuir su agravamiento.
-Desde la perspectiva optimista con la que aborda Identidades..., Ƒcómo argumentaría a la víctima de un atentado terrorista, de una guerra étnica, social o religiosa, que la armonía existe y que el futuro que propone es la reconciliación con su verdugo?
-No creo que la cuestión consista en poner en igualdad a víctimas y verdugos. Lo que digo es que los países que tienen más necesidad de paz y de reconciliación son aquellos que más han sufrido. En países donde se han producido cien mil, 200 mil o 500 mil muertos, lo último que se quisiera escuchar es que las cosas van a seguir siempre así, hasta el final de los tiempos. Más les gustaría escuchar que existen explicaciones, causas o motivos, y que hay que tratar el odio como enfermedad para buscarle remedio. Lo último que le diría a una víctima del terrorismo es que es normal que tenga ese rol y que no queda más remedio que aceptar con resignación todos los crímenes que se cometen en nombre de la identidad.
-Habla de una ''concepción tribal'' de la identidad que amenaza por igual. ƑPor qué hay conflictos más violentos que otros, pese a que piensa que no hay sociedades más proclives a la violencia que otras?
-Cualquier sociedad sometida a situaciones extremas puede producir asesinos. Con ello no pretendo comparar el grado de violencia de las mismas. Lo que sí hemos visto, es que a lo largo de la historia hay naciones del norte y del sur, ricas y pobres, con distintas tradiciones religiosas, sociales, raciales, en las que se han producido crímenes vinculados con la identidad. Sin embargo, no existe ninguna sociedad cuyo problema de identidad y violencia sea perpetuo ni agrupación alguna que se haya visto a salvo de esos problemas.
El futuro no es de apocalipsis
-Así como habla de capas de la historia, Ƒse podría hablar de capas de odio?
-Matanzas hay de todo tipo, pero no forzosamente desembocan en un genocidio, que es su forma más destructiva. Por ejemplo, en Argelia no se produce un genocidio, pero hay una situación de violencia permanente. Hay conflictos que están centrados en una cuestión de identidad, como en Bosnia o en Líbano, pero hay otros cuyas motivaciones son más oscuras, como en Sierra Leona, en donde no se puede apreciar una causalidad claramente étnica o religiosa, y en este sentido la violencia que ahí emerge es distinta de la que vemos en otras partes del mundo.
-Hace algunos años dijo que el fanatismoes el reflejo de la desesperanza, no de la utopía. ƑEstamos, hoy, al borde del año 2000, en época de desesperanza?
-Vivimos en una época difícil por la rapidez con la que se producen los cambios y no resulta nada fácil comprender, adaptarse y sobrevivir a las transformaciones. Pero no vivimos una situación de desesperanza. Creo que hay seres desesperados, pero existen muchos otros que viven con ilusión; yo soy uno de ellos. Sé que existen peligros que denuncio porque los asumo como obstáculos, pero no veo el futuro como una estampa de miedo o de apocalipsis, sino como algo apasionante e incluso milagroso.
-Esboza la globalización como una amenaza contra quienes perciben su identidad como algo limitado. ƑCómo se puede concebir una identidad de múltiples pertenencias en medio de la confusión y la angustia existencial?
-La mundialización de ciertos aspectos de la cultura contiene elementos positivos, pero peligrosos. Por una parte contribuye a enriquecer la identidad, pero produce un cierto enmarañamiento en las identidades, una cierta rigidez que puede preludiar futuros conflictos. Esa es la paradoja actual, que la mundialización crea, por un lado, las condiciones para producir un verdadero sentimiento de comunión pero, por otro, cultiva reacciones de desconfianza y autodefensa debido a la velocidad de los cambios y a la importancia que adquieren ciertas identidades dentro de esta cultura universal emergente.
UE, coexistir en la diversidad
-ƑEs factible reconciliar el pasado con el presente, lo que creemos que somos con lo que realmente somos?
-Sí. Se trata de recoger esa herencia para que conviva sin conflicto con nuestro presente. Creo que esto se puede lograr sin renunciar a las peculiaridades culturales de las que somos depositarios. La convergencia de varias culturas no tiene porqué suponer la muerte de la cultura con la que nos sentimos vinculados. Creo que la UE es un laboratorio ideal para experimentar la construcción de una nueva identidad que va a servir a la humanidad. Después de siglos de enfrentamientos por motivos nacionalistas, religiosos o ideológicos, los países de esa unión se han visto en la necesidad de construir una vida común basada en la diversidad.
-ƑQué le hace pensar que en algún momento de la historia futura, la afirmación de una cultura cualquiera deje de significar la negación de otra?
-No quiero mostrarme excesivamente optimista, pero existen muchos ejemplos de coexistencia pacífica entre personas y culturas distintas sin desembocar en la exclusión del otro. Evidentemente los procesos son largos y difíciles, pero no creo que estemos condenados a presenciar un incremento constante de la violencia y del asesinato.
-Hace poco dijo que el mundo árabe era el gran perdedor del siglo. Tal vez en Africa o en Latinoamérica se podría decir lo mismo. ƑTiene ganadores este siglo?
-Sí, existen otros perdedores, pero en América Latina, por ejemplo, las dictaduras han ido desapareciendo, hay más democracia que hace 30 o 40 años; también en Europa oriental, donde no existía prácticamente una vida política libre, existe hoy y desde hace una década una evolución hacia la democracia. Por lo que hace a Europa occidental, España es un buen ejemplo, tuvo una dictadura y hoy vive en democracia y libertad. Por el contrario en el mundo árabe, con todos sus recursos, existe menos democracia que hace cuatro décadas.