n Considera Rectoría diferir la aplicación del Reglamento de Pagos
Huelga el 20 en la UNAM: estudiantes; Barnés, preocupado por la polarización
n Sin diálogo público y derogación del ordenamiento no habrá marcha atrás, insisten alumnos
María Esther Ibarra n Mientras que la Asamblea Estudiantil Universitaria (AEU) aprobó anoche estallar la huelga general en la máxima casa de estudios el martes 20 de abril, trascendió que en la sesión de hoy del Consejo Universitario, Rectoría podría plantear diferir la aplicación de ese ordenamiento hasta que se realice una amplia consulta entre la comunidad.
Por la tarde, el rector Francisco Barnés de Castro se manifestó preocupado por el "ambiente de polarización" alentado al interior de la UNAM por quienes se oponen al Reglamento General de Pagos, y no tanto por la marcha que hoy realizarán los estudiantes que demandan su derogación.
Luego de un prolongado y ríspido debate --en el que menudearon gritos y enojos, particularmente por parte de los representantes de las preparatorias, que amenazaron con abstenerse de participar en la huelga-- por 67 votos de 36 escuelas y facultades se acordó que la fecha de estallamiento sea el día 20, y no el día 22, fecha por la que se manifestaron 66 delegados. Respecto al diálogo institucional al que está dispuesto el rector Barnés, la AEU lo rechazó por considerar que los órganos colegiados --consejos técnicos, académicos, internos-- carecen de credibilidad, y en ellos "están sobrerrepresentadas las autoridades".
Momentos antes, en breve entrevista luego de una reunión de los Consejos Académicos de Area, algunos de cuyos miembros fueron renovados, Barnés de Castro destacó que la marcha de esta tarde no le preocupaba, sino la polarización, que "evidentemente no beneficia en nada a la comunidad, y menos a los propios estudiantes que supuestamente pretenden representar o defender".
Insistió en que el diálogo está abierto "siempre y cuando haya una propuesta que permita generar consensos y evite cualquier posición que genere divisiones".
Accesible con la prensa, aludió al tema de los salarios de los funcionarios de la UNAM al preguntársele si daría a conocer el monto del suyo, como demanda el movimiento estudiantil. Reiteró que los emolumentos son análogos a los de los servidores públicos, e incluso "muy por debajo de lo que su trabajo representa".
Posible salida al conflicto
Según fuentes de Rectoría, tanto la propuesta de un diálogo institucional como la posposición de la entrada en vigor del cobro de las nuevas cuotas, tienen como propósito distensar el clima de confrontación y buscar consensos entre los diversos grupos universitarios. Asimismo, trascendió que las autoridades de la máxima casa de estudios analizaban la posibilidad de que las cuotas se fijen en 200 y 150 pesos, tomando como base la actualización de los 20 y 15 centavos que se venían cobrando.
De esta manera, según fuentes universitarias, los consejeros contarían con elementos para buscar una "salida salomónica" al conflicto. Así, señalaron, de aceptarse que "quede medianamente suspendido" el reglamento, se subsanaría el problema de no dar marcha atrás al incremento de cuotas, aprobado en marzo pasado, de mil 360 pesos para licenciatura y mil 20 para el bachillerato.
La versión de una flexibilización de Rectoría se extendió entre los estudiantes. "Al parecer el rector aplazará la aplicación del reglamento, y el tema ya llegó a la Cámara de Diputados", externó el alumno Carlos Chávez, del Consejo Estudiantil Universitario.
No daremos marcha
atrás: delegados
Empero, en el auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras, los representantes de 36 escuelas y facultades, así como la Coordinadora de Estudiantes de Posgrado, que agrupa a alumnos de siete institutos y centros de investigación, manifestaron que no darán marcha atrás en la huelga general si el rector Barnés no deroga el Reglamento General de Pagos y abre un diálogo de carácter público.
Cerca de tres mil asistentes abarrotaron el Che, donde 26 planteles votaron por un paro generalizado, mientras que 12 declararon no estar en condiciones de efectuarlo.
La Coordinadora de Estudiantes de Posgrado consideró que el estallamiento debería efectuarse hasta que el movimiento esté bien organizado. En el mismo sentido, la Facultad de Ingeniería se manifestó por continuar discutiendo la huelga para lograr que sea "victoriosa". Igual postura adoptó Ciencias Políticas y Sociales, y Medicina se retiró de la asamblea por el "divisionismo".
Aunque el ambiente fue de unidad en torno a la suspensión de actividades, su fecha debió someterse a votación dos veces. Y es que las preparatorias exigían que fuera a partir del día 15, pues a finales de mes concluyen las clases.
Los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades fueron los que defendieron el estallamiento en el día 20.
No obstante, con dificultades hubo consenso en que la huelga no se levantará hasta que Rectoría cumpla el pliego petitorio de siete puntos, principalmente el de la derogación del Reglamento General de Pagos, "por violentar el carácter público y gratuito de la universidad, y por haber sido aprobado en un sesión ilegítima e ilegal del Consejo Universitario".
Las otras exigencias son: cumplimiento del acuerdo de la mesa once del Congreso Universitario de 1990, referente a un mayor financiamiento a la UNAM por parte del Estado; fiscalización y manejo transparente del presupuesto universitario; mejores condiciones materiales de desarrollo académico integral; democratización de las formas de gobierno y una nueva Ley Orgánica, y diálogo público con el movimiento estudiantil para resolver el conflicto.
Por otra parte, el dirigente del STUNAM, Agustín Rodríguez, informó que los casi 4 mil 500 académicos afiliados a esa organización no darán clases extramuros, y confirmó su apoyo al movimiento.
Asimismo, Sergio Méndez Silva, del grupo Zavinos, integrado por estudiantes disidentes de la Facultad de Derecho, aseguró que el director de ésta, Máximo Carvajal Contreras, así como los de Medicina y Contaduría, "promueven plebiscitos para consultar de manera amañada al alumnado para que se manifieste en contra de la huelga".
n Insisten las autoridades en obtener recursos mediante convenios con la IP
"No está en la agenda de la UAM" el alza de las cuotas
Alma E. Muñoz n En la agenda de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) no está prevista por lo pronto la posibilidad de discutir el aumento de cuotas estudiantiles, según informaron en la rectoría general.
Pese a las consideraciones de algunos colegiados acerca de este punto, las autoridades rechazaron que para el financiamiento de la institución sea necesario elevar los montos. Por el contrario, se insiste que una salida para aumentar los recursos de la casa de estudios podría darse mediante la firma de convenios para proyectos de investigación con empresas particulares.
Al respecto, se aclaró que este punto no puede determinarlo el rector José Luis Gázquez si no lo aprueba el Colegio Académico.
Ante la insistencia sobre las palabras del responsable de la dirección de la UAM en su informe de 1998, que dejan abierta la posibilidad de un aumento, como retoman cinco colegiados en el texto donde señalan "anomalías" en el manejo de recursos, las autoridades omitieron más declaraciones.
A las palabras de "donde aquellos sectores de la sociedad con capacidad para financiar sus estudios profesionales no tengan un subsidio indebido, y donde los que carezcan de capacidad de pago de estos servicios accedan a sistemas adecuados de financiamiento", la Dirección de Información de la UAM se limitó a señalar que el tema de las cuotas "no forma parte de la agenda de nuestra institución" y por lo tanto, se rechaza cualquier aclaración al respecto.
En el balance que presentó el rector José Luis Gázquez sobre 1998, año que calificó como de "situaciones complejas", se mencionó que "el futuro de la investigación en nuestra universidad dependerá de nuestra capacidad para establecer mecanismos de financiamiento que no dependan exclusivamente del subsidio y de agencias gubernamentales. En este sentido, la diversificación de las fuentes de financiamiento resultará crucial. Los grupos de investigación más consolidados habrán de buscar un financiamiento cada vez más independiente de las fuentes institucionales". De tal suerte que "en la medida en que nuestros grupos de investigación alcancen una mayor vinculación con las necesidades de la sociedad, sus formas de financiar las actividades habrán de encontrar mecanismos efectivos de diversificación".